05/05/2024

Taiwan Today

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Los nuevos cócteles de té

06/09/1993
Hasta hace poco, en Taiwan el café era signo de refinamiento y la coca-cola la bandera de las nuevas genera­ciones. ¿El té? Eso quedaba para los viejitos o los adul­tos que disfrutaban de la quietud de las casas de té tradicionales. Pero la actitud ha cambiado. Hoy en día, uno de los principales pasatiempos de los adolescentes es ir a la "taberna de tés batidos". Y entre una gran variedad de bebidas envasadas, desde gaseosas a jugos de fruta, muchas personas optan por una refrescante bebida de té. ¿Qué fue lo que pasó? Hace diez años, Liu Han-chieh tenía un negocio de venta de hojas y juegos de té en la ciudad de Taichung. En un viaje a Japón compró una coctelera occidental; pero al no ser muy aficionado al alcohol, decidió probar cómo quedaría un poco de té helado batido. Jamás pensó que el resultado fuese una bebida tan liviana y refrescante, coronada de graciosas burbu­jas. "En ese momento no se nos ocurrió un nombre más apropiado, así es que la llamamos simplemente 'té con burbujas'", recuerda Liu. Así es como empezó todo. Su negocio se amplió con siete sucursales en Taichung y la apertura de otras en distintos puntos de la isla. Como otros aprendieron y copiaron su idea, cada pueblo ahora tiene unos cuantos empresarios dedica­dos a lo que actualmente se llama "batido de té ne­gro". Estos negocios incluso han reemplazado a los de jugos de fruta. Al mismo tiempo, una gran cantidad de tés envasados ha hecho su aparición en el mercado con bastante éxito. El año pasado, las ventas totales llegaron a los 323 mi­llones de dólares, lo cual fue una verdadera afrenta para las bebidas carbonatadas y el café frío en lata. Pareciera que estos bares libres de alcohol fueran sólo lugares donde pasar el tiempo y que los tés envasa­dos fuesen populares por su mera conveniencia. Pero la verdad es que su éxito, aparte de alterar el mercado de las bebidas, también ha afectado la cultura tradicional en torno al té. De vendedor a comprador La historia del té en Taiwan se remonta a 200 años atrás, cuando la isla ya era uno de los más famosos exportadores del mundo. El té negro y verde cultivado du­rante los años de la ocupación japonesa (1895-1945), fue importante fuente de divisas una vez que la isla fue devuelta a China. En esa época, la mayor parte de la población tenía pocos ingresos y el té era un artículo de lujo que sólo se servía a los invitados. Lo mismos cultivadores de té guardaban para sí lo peor de la cosecha. Pero en los años 70 la economía mejoró y la población empezó a llenarse de buenos consumi­dores de té. Aumentó el número de casas de té tradicionales, sitios tranquilos y bien decorados donde se sigue al pie de la letra la forma ritual de servir la infusión. El ornato de estos lugares es muy importante y, generalmente, se basa en elementos históricos chinos. No obstante, una vez que se acabó la novedad, el am­biente quedó listo para un "cambio drástico", según ex­plica Liu Han-chieh: "Con todo lo que se necesitaba conocer acerca de la calidad del té, los implementos y la ceremonia, además del hecho de que ninguno de ellos es barato, la gente joven empezó a alejarse del todo". Las nuevas generaciones, especialmente la de los 80 que creció en la cultura de la comida rápida, están acostumbradas al aceleramiento. Y las casas de té tradicionales, donde la gente se sienta a esperar que el agua hierva mientras conversa sobre la calidad y fra­gancia de cada tacita, no es para esos jóvenes. Así es que, ¿por qué no darles un vaso de té bien helado en un local tipo café francés, donde pueden observar a la gente que pasa? ¿O por qué no envasar té al estilo de una bebida occidental que se puede tomar en cualquier lugar? Las bebidas de las "tabernas de tés burbu­jeantes" generalmente se hacen con té rojo o verde. "No son caras y uno puede tomar un vaso enorme por la mitad del precio de una taza de café, e in­cluso pasar varias horas conversando con los ami­gos", dice una colegiala que visita con frecuencia un local de éstos. Este tipo de "cóctel" puede ser fuerte, con el sabor del té acentuado, o suave, con bastante agua y mezclado con otros sabores como jazmín, limón y granada, por nombrar algunos. En términos comerciales, en comparación con los cafés y las casas de té tradicionales, los nuevos locales son más fáciles de instalar. El té Y los otros ingredientes son baratos y la técnica de preparación es sencilla, as­pectos muy favorables para empresarios que recién se inician. El área es especialmente atractiva para gente joven que instala su propio negocio. Es muy frecuente ver que dos o tres socios abren uno de estos locales, creando allí una atmósfera bastante individualizada. Nuevas necesidades El director de la Estación Experimental de Té de Tai­wan, Juan I-ming, indica que la industria se ha adaptado para atraer a los consumidores jóvenes. Ha observado el fenómeno en su propio hogar: "Mis hijos han tomado té wu-long (que requiere una cuidadosa preparación) desde que eran pequeños. Nunca pensé que para las noches de estudio iban a usar bolsitas de té Lipton". La Estación se ha encargado de desarrollar la mayor parte de la tecnología para conseguir que las bolsitas suelten rápido la infusión y para producir los concentra­dos que ocupan los tés enlatados o en cajitas. Todo esto ha producido un gran aumento del con­sumo y, ahora, se ha hecho necesaria la compra al exte­rior. Desde 1991 que el volumen de importación so­brepasa al de exportación. Esto "formalmente viene a ser un vuelco en la historia del té en Taiwan", dice Juan. No sólo los jóvenes son responsables del fenó­meno. Este también se debe a un despertar de la con­ciencia sobre la salud y la nutrición que ha llevado a muchos consumidores a preferir los productos naturales. Una serie de estudios médicos ha de­mostrado que el té contiene gran cantidad de vitaminas y minerales, además de que puede bajar los niveles de colesterol y dis­minuir el riesgo de contraer cáncer. También hay gente que se preocupa de mantener la línea y consume té porque éste contiene poca azúcar y a veces nada. En ge­neral, el té tiene una imagen sana. Aparte de los factores relacionados con la salud, también hay otros. Un taxista que siempre lleva unas cuantas latas de té frío consigo, dice: "Me recuerda esa tetera con té amargo que mi padre se llevaba cuando iba a trabajar al campo". Esto pareciera demostrar que, aunque cambie en la forma de tomarse, el té siem­pre seguirá siendo la bebida esencial del pueblo chino.

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