02/05/2024

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El arte chino de tomar té

06/09/1991
" Los chinos fueron los primeros en descubrir las cualidades de la hoja de té y han bebido su infusión por varios siglos. " Bebida nacional de China, el té ha estado presente en la cul¬ tura de este pueblo no sólo como un líquido de buen sabor y aroma, sino que también ha ju¬ gado un papel importante en la nutrición, el arte, el comercio y las relaciones sociales. Los chi¬ nos fueron los primeros en des¬ cubrir las cualidades de la hoja de té y han bebido su infusión por varios siglos. En Taiwan, así como en otras partes de China, es muy común ver grupos de hombres ancianos sentados a la sombra de un árbol o en un rincón de algún templo. Invariablemente, están reunidos en torno a una pequeña tetera, de la cual van sirviendo la aromática bebida mientras con¬ versan. Es una costumbre popu¬ lar conocida como el "té de los viejos" (lao jen cha). En las bulliciosas calles de Taipei es fácil encontrar "casas de té". Son sitios tranquilos, có¬ modos y decorados con elegan¬ cia donde se puede charlar o hablar de negocios mientras se bebe una de las múltiples va¬ riedades de té que hay disponibles en la isla. En realidad, el té es parte im¬ prescindible de la vida de un chino. Un proverbio local dice que las siete necesidades básicas son el combustible, el arroz, el aceite, la sal, la salsa de soja, el vinagre ... y el té. El primer libro especializado en el arte de hacer un buen té fue escrito a mediados de la Dinastía Tang (618-907 d. C.) por un hombre llamado Lu Yu. Siendo muy joven, Lu se hizo monje budista, pero a más avanzada edad regresó a la vida secular. Toda la experiencia y co¬ nocimientos que tenía sobre el tema de la fragante bebida los volcó en el "Clásico del Té" (Cha Ching), obra que ayudó a popu¬ larizar el arte de tomar té en toda China. Así, desde el Emperador y los ministros hasta los soldados y los vendedores callejeros se convirtieron en serios aficionados al té. Incluso países vecinos, como Corea, Japón y otros del Sudeste Asiático adoptaron esta costumbre. A principios del siglo XVII, la Compañía Holandesa de India Oriental introdujo el té chino en Europa. A mediados de ese siglo, el té de la tarde ya se había convertido en un ritual obligado entre la nobleza británica. Es interesante notar que, en diversos idiomas, la palabra "té" ha sido tomada de los vocablos cha o lee, presentes en dife¬ rentes dialectos chinos. Los lenguajes de aquellos países que alguna vez importaron hojas desde el norte de China, tales como Turquía, Rusia y Japón, adoptaron la variación del sonido cha, para convertirlo en chay, chai o chya. España, Alemania e Inglaterra, más fa¬ miliarizados con las líneas marí¬ timas del sur, incluyeron en sus idiomas las palabras té, Tee y tea, según la pronunciación sureña. Un caso especial es el idioma portugués. Los marinos lusos es¬ tablecieron la colonia por¬ tuguesa en Macao, sur de China, pero adoptaron la palabra chao Tostado y fermentación La bebida se hace de las ho¬ jas jóvenes y tiernas del árbol de té. Las diferencias entre los mu- chos tipos de té se basan en el método particular para procesar las hojas. Las claves de todo el proceso son el tostado y la fer¬ mentación. A través de la fermentación, la hoja verde oscura original se vuelve de un color rojizo. Este es más oscuro mientras más largo el proceso. Dependiendo del tiempo de tostado y el grado de fer¬ mentación, la fragancia puede ser floral, frutosa o maltosa. El té que no se ha hecho fer¬ mentar es llamado "té verde". Su infusión es de un color ama¬ rillento y tiene la fragancia de las verduras frescas. Ejemplos de té verde son el Lung ching (Pozo de dragón) y el Pi lo chun (Primavera del caracol verde). Al té que ha pasado por una completa fermentación se llama Hung cha (té rojo) y en Occidente es conocido como "té negro". No hay discrepancia al¬ guna. Lo que ocurre es que las hojas son negras, pero al sumer¬ girlas en agua caliente se ob¬ tiene un líquido rojizo y un aroma maltoso. Exclusivo de China El Oolong, Wu Lung o "dragón negro", es aquel par¬ cialmente fermentado. Es un té exclusivo de China; y Taiwan es una de sus principales áreas de producción. Este tipo viene en tres grados de fermentación: suave, moderada y total. Las características del Oolong suave, tales como el Paochung, son su aroma, claridad y color dorado. Las variedades mode¬ radamente fermentadas, tales como el Tie kuan-yin (Diosa Kuan-yin de hierro), Shui-hsien (Narciso) y Tung-ting (Cumbre congelada) tienen un color ma¬ rrón, un sabor "maduro" que apela más al sentido del gusto que al del olfato, y dejan una sensación dulzona en la boca. La infusión de las hojas fuerte¬ mente fermentadas, como el Pai hao Wu lung (Oolong de pelo blanco), tiene un color roji¬ naranja y un aroma frutoso. Para hacer una buena taza de té, se debe prestar especial aten¬ ción a la calidad del agua, su temperatura, la cantidad de ho¬ jas a usar y el tipo de tetera. En primer lugar, se requiere agua suave (con poco contenido mi¬ neral). La temperatura correcta varía de té a té. Para los tipos completamente fermentados y los moderados, ésta debe ser cercana a la ebullición (100 OC). Sin embargo, debe ser de menos de 90°C para los tés verdes. La proporción entre hojas y agua depende del tipo de té. La tetera debe ser llenada entre uno y tres cuartos de su contenido con hojas de té, según cuán en¬ roscadas éstas se encuentren después del proceso de tostado. Luego se llena la tetera con agua caliente. Las hojas comienzan a soltar el sabor al cabo de un minuto, pero esto varía según el tipo de té. El mejor tipo de tetera para los tés fermentados es la hecha de arcilla morada. Su tamaño debe ir en correcta proporción con el de las tazas. Lo ideal es que estas últimas tengan el inte¬ rior blanco para que sea más fá- cil saber si la infusión tiene el color preciso. Generalmente, los aficiona¬ dos al té también disfrutan con la belleza y suavidad de las teteras. Hoy en día, son muy populares en la República de China las teteras pequeñas. Al preparar la infusión en ellas se obtiene un fuerte aroma y un sa¬ bor dulzón. El método ha recibido el nombre de kung fu, y tiene unos cuatro siglos de antigüedad, ya que data de los días del Emperador Shen Tsung de la Dinastía Ming. Las teteras de arcilla morada de Yihsing, Kiangsu, se hicieron famosas durante las dinastías Ming (1368-1644) y Ching (1644-1911). En ese entonces, cualquier pieza hecha por un maestro artesano tenía un enorme valor. Ahora, en Taiwan se sigue fabricando la tetera tradicional, pero también hay una amplia creación de diseños originales, con mucho apoyo del público. Coleccionar teteras es un pasatiempo de moda. Pero los chinos jamás in¬ cluyen algo en su dieta sólo por su sabor o apariencia. En reali¬ dad, el té contiene vitaminas y aceites, es diurético y se le atribuye la propiedad de mejorar la vista y aumentar la capacidad de atención. Los chinos creen que los bebedores de té disfrutan de una vida más larga. Y, de he¬ cho, sus beneficios para el cuerpo humano han sido proba¬ dos científicamente. El té ha sido reconocido como un ali¬ mento natural. Para Taiwan, además, el té es un producto agrícola que deja muy buenas ganancias en di¬ visas extranjeras. En diversas áreas de la isla se realizan com¬ peticiones con la participación de cultivadores, comerciantes y es¬ pecialistas. El té ganador no sólo se lleva el trofeo local, sino que su precio en el mercado inmedi¬ atamente refleja su nueva cate¬ goría. En sus múltiples variedades, el té sigue siendo parte intrínseca de la vida de los chinos.

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