Si antaño la forma de divertirse en Taiwan era ir a ver marionetas o una pieza de Ke-tsai-hsi (ópera folclórica), la generación actual tiene otras cosas en mente. El KTV (Karaoke-televisión) y el MTV (Películas en Televisión, en inglés) constituyen en este momento la forma más común de distracción en la isla, y son reflejo no sólo del cambio en los gustos de la población, sino también de la integración de la tecnología a la vida diaria.
En todas las ciudades de Taiwan es fácil encontrar uno de estos sitios, ya que sus letreros de neón los anuncian a varios metros de distancia. Como negocios nocturnos que son, hay personás que los asocian con el ambiente de las apuestas y la prostitución. No obstante, la mala fama se ha extendido más allá de lo justificable, ya que una gran mayoría de estos centros atiende a ciudadanos responsables que sólo buscan un sitio donde salir del ajetreo diario.
Nada de vergüenza
A pesar de que se pronuncian en inglés (kei-ti-vi y em-ti-vi), los dos son fenómenos locales. En el caso del KTV, es una moda asiática. El karaoke, o canto con el apoyo de un equipo estereofónico, micrófono y acompañamiento musical grabado, se hizo primero popular en Japón en los años 80. Rápidamente se expandió por toda Asia, Taiwan incluida.
A los chinos les ha gustado cantar desde siempre. Y la oportunidad de parecer una estrella de televisión en uno de estos sitios, donde se asegura la relativa privacidad de su actuación - y por lo tanto nada de vergüenza ante extraños - resultó inmediatamente atractiva.
Entre los clientes de los KTV hay colegas de oficina, familias completas o compañeros de clase. En estos lugares hay salas para dos personas o grupos de veinte o treinta personas. La gente joven gusta de cantar los temas de moda. Los mayores reviven sus nostalgias entonando la melodía aquella con que alguna vez disfrutaron tanto. Incluso los ejecutivos de compañías comerciales ven como una buena posibilidad llevar a su cliente a relajarse a un KTV, después de una cena de negocios.
El auge de los KTV, especialmente en los últimos cinco años, ha dejado suculentas ganancias a sus propietarios. No obstante, la competencia los ha llevado a desarrollar nuevas ideas para atraer clientes.
Al principio se daba por entendido que el interesado sabía la letra de la canción que quería entonar. Luego, esto dejó de ser una obligación y se distribuyeron libros u hojas de papel con la letra escrita. Un nuevo avance llegó con la incorporación de la imagen. Ahora, el sistema incluye una pantalla de televisión en la que se exhibe un video alusivo a la canción, con la letra de ésta en subtítulos. Así el cantante aficionado puede inspirarse y dar rienda suelta a su talento oculto.
Hay un KTV en Taipei que ha prestado especial atención a la decoración de sus cuartos. Los hay de estilo egipcio, griego, árabe y mexicano, entre otros.
Comodidad ante todo
Los MTV son un servicio surgido de la revolución que produjo el videograbador en la industria del cine. En Taiwan, la primera etapa fue la compra familiar de uno de estos aparatos para grabar las películas o programas que daban en la televisión. Luego vino la apertura de clubes que ofrecían copias (legales o piratas) a sus socios para ver cómodamente en casa.
Pues bien, en esta isla - que por algo es conocida como la "tierra de los empresarios"- pronto algunos se dieron cuenta de que había algunas necesidades insatisfechas. La programación de los tres canales de televisión no ha sido nunca sensacional y, a pesar de que muchas familias disponían de videograbadores en sus casas, a los jóvenes nunca les ha gustado llevar a su primera conquista a la casa paterna.
La sala de cine sigue siendo una alternativa, pero mucha gente prefiere evitar las largas filas y la incomodidad del vecino que fuma.
Los primeros MTV tuvieron un público estrictamente juvenil y sólo dos salas: una recepción-cafetería y un cuarto grande donde se podían acomodar unas veinte personas para ver conciertos grabados de grupos rock norteamericanos.
Poco después se hicieron divisiones para crear cubículos privados y se incorporó una larga lista de películas. Al principio la gente tenía que usar audífonos, porque los paneles eran muy delgados y dejaban pasar el ruido de los parlantes. Pero en la medida que mejoró el negocio, subió también la calidad.
Hoy son muy populares los MTV con películas en disco láser. Estos ofrecen una variedad de títulos que va desde la película que estuvo en cartelera la semana pasada hasta los clásicos del cine, incluyendo dibujos animados, documentales y musicales.
Normas y servicios
Ambos tipos de local deben cumplir con una serie de regulaciones. Los asientos tienen que estar al menos a 2,5 metros de distancia de las pantallas de televisión. Y por razones de moral pública, la puerta de cada cubículo debe tener una ventana de 30x40 centímetros, con vidrio transparente, de manera que el interior sea visible desde el exterior. Las chapas interiores están prohibidas.
En una isla de clima tropical como Taiwan y con un público exigente, el aire acondicionado es una obligación. No un deber, pero sí un servicio, que los clientes aprecian y saben retribuir con su frecuente visita al KTV o MTV favorito.
Muchos de ellos ofrecen bebidas incluidas en el precio de la entrada. Cada cuarto tiene además un sistema de comunicación interna, para que con sólo apretar un botón aparezca un mozo o mesera a quien pedir algo de comer.
Las videograbaciones que acompañan la música y letra de los KTV han ido mejorando también. Los productores de tales video-clips se esfuerzan en subir su calidad, e incluso algunos van a grabar a Estados Unidos o Europa.
Hay algunos KTV que incluso ofrecen un servicio de grabación. Esto quiere decir que el cliente puede producir sus propios videos de KTV, con él como protagonista. No sólo se trata de guardar un buen recuerdo, sino también algo para mostrar a los amigos cuando estén de visita en casa. Porque cada vez son más los aficionados que compran su propio equipo de karaoke para practicar y divertirse en el hogar.
Claro que, a veces, el volumen del sonido suele ser excesivo y la entonación del que canta no es de lo mejor. Para los que gustan del karaoke, es una simple humorada. Aunque los vecinos no piensen lo mismo.