07/05/2024

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Conviviendo con el Zodíaco

16/10/1991

No es fácil ser chino hoy en día. La vida en Taiwan avanza a la velocidad de adelantos tecnológicos y desarrollo económico, pero al mismo tiempo con un ritmo marcado por tradiciones, creencias y tabúes que tienen miles de años de antigüedad.


Los signos de nacimiento juegan un papel muy importante en el diario vivir del pueblo chino. Algunos tienen una fe ciega en ellos. Otros, simplemente, los recuerdan para hacer bromas sobre sí mismos y los demás. Pero para la gran mayoría son una tradición insoslayable con la que se convive de la mejor forma posible.


Los chinos muy ancianos suelen olvidar su edad, pero jamás el signo bajo el cual nacieron. En una consulta médica, por ejemplo, el doctor puede acudir a este método para saber qué edad tiene su desmemoriado paciente. ¿Por qué no? El uso original del Zodíaco fue la mantención de un registro del tiempo.


La huella más antigua que existe del Zodíaco chino aparece en el libro Lun-heng de Wang Chung, escrito en época de la Dinastía Han Oriental (25-220 a.C.). Describe la siguiente correlación entre las doce ramas terrestres, los doce animales del Zodíaco y los cinco elementos: "Yin es madera, su criatura es el tigre. Hsu es tierra, su criatura es el perro. Chou y Wei también son tierra, la criatura de Chou es el buey ... "


Según la leyenda, el Emperador de Jade buscabá a doce seres vivos para combinar con las ramas terrestres, de manera que decidió invitar a una carrera donde serían elegidos los doce primeros. La ruta incluía el cruce de un río.


El gato y la rata no eran buenos nadadores y tuvieron la suerte de encontrarse con el buey, el cual los llevó sobre su lomo. En la mitad del río, la rata empujó al gato al agua y, cuando el buey se acercaba a la orilla, saltó y corrió para reclamar el primer lugar.


En Taiwan, la gente suele memorizar el siguiente verso: "Primero la rata, una pequeña ladrona; segundo el buey, tirando del arado; tercero el tigre, escalando las montañas;
cuarto el conejo, vagando por Tokio; quinto el dragón, con el destino de un emperador; sexta la serpiente, asustando a la gente; séptimo el caballo, galopando a los cuarteles; octava la cabra, comiendo pilas de hierba; noveno el mono, trepando hasta las copas de los árboles; décimo el gallo, cantando la diana; undécimo el perro, ladrando al amante; duodécimo el cerdo, destinado al cuchillo".


Debido a la trampa del roedor, el gato no alcanzó ningún puesto, por lo cual se explica la hostilidad entre uno y otro hasta el día de hoy.


No obstante, los doce animales no son exclusivos de China. En Egipto, Babilonia y Africa se desarrollaron sistemas similares, aunque no idénticos. El sistema egipcio es encabezado por el gato. El babilónico es una representación de las constelaciones con signos como Aries, Tauro, Escorpión y otros, de los cuales algunos son animales y otros no. La tribu tsaudyo de Africa posee un sistema casi idéntico que el chino. Casi, porque en lugar de un dragón tiene un cocodrilo. La discusión sobre cuál habría sido el punto desde donde se expandió este sistema de medición aún está abierta.


Todo en armonía


Para los chinos, los signos de nacimiento no son sólo una forma de contar los años, sino parte inseparable del destino humano, la fortuna y también de la vida diaria. Las fechas de ocasiones importantes como matrimonios, funerales, celebraciones, el inicio de un trabajo o una inversión fuerte deben ser consultadas en el almanaque lunar. Elegir el día y la hora correcta, en armonía con el Zodíaco, es un acto de vital importancia. De lo contrario, todos los buenos deseos podrían verse amenazados.


Incluso otros aspectos, como elegir el nombre de un niño recién nacido o el mejor día y hora para mudarse de casa, son también averiguados.


Los expertos se llaman suan-mín (el que cuenta la vida). No son adivinos sino personas capaces de leer el estilo clásico en que fue escrito el Libro Amarillo, un almanaque basado en el calendario lunar que especifica desde qué días son propicios para hacer un viaje hasta qué alimentos no se deben probar en determinada época del año.


El Libro Amarillo señala además si es que un signo determinado debe estar ausente en alguna de las magnas ocasiones, con el fin de evitar traer mala suerte a los celebrantes. De los doce animales, el que con más frecuencia es considerado tabú es el tigre. Según cuenta el secretario de la Fundación China de Artes Folclóricas, Li Mao-hsien, en la antigüedad se prohibía a las "tigresas" asistir a las preparativos del ajuar de la novia. Además, este signo debía estar lejos cuando la joven subía al palanquín o entraba a la casa, con el fin de evitar que se asustaran los espíritus de la fiesta. El prejuicio contra los "tigres" se mantiene aún en la actualidad. Es muy raro que a alguna mujer de este signo se le invite a ser madrina o dama de compañía en una boda.


El Zodíaco es aplicado también en el arte de la adivinación de la fortuna, una práctica muy expandida en China a través de métodos que incluyen también la fisonomía, la quiromancia y la grafología.


Con tantas recomendaciones, es obvia la necesidad de consultar la avenencia de la futura pareja. Antaño, el veredicto solía seguirse con mucha rigurosidad, por lo cual no faltaban los corazones destrozados de aquellos cuyos destinos señalaban una vida en común incompatible. Ahora, consultar al suan-mín es sólo una parte más de los preparativos cada vez más complejos y costosos de las bodas, en los que las tradiciones chinas se mezclan con las foráneas. Por ejemplo, está en boga que la novia use un traje blanco, aunque para los chinos el blanco es símbolo de luto. Tan contradictoria excepción se hace debido al gusto por los lazos y los encajes.


Uno puede seguirla o no, pero la advertencia está allí: una "serpiente" no debe casarse con un "tigre", un "mono" o un "cerdo"; su ideal es un "buey" o un "gallo" y, si no hay más remedio, uno de los signos restantes. Aquí entra en análisis la interacción de los cinco elementos. Si ellos están bien combinados, el matrimonio es altamente propicio; de lo contrario tiene un negro futuro.


¡Pobre dragón!


El signo preferido por los chinos es el dragón. Este animal mítico simboliza la autoridad del emperador, la riqueza y el respeto. A veces, el interés por que un hijo nazca "dragón" lleva a situaciones tales como una cuidadosa planificación familiar o, en varios casos, apurar o atrasar un parto.


En 1975, la tasa de natalidad en Taiwan fue de 22,98 por mil. Al año siguiente, un Año del Dragón, la cifra saltó a 25,93 por mil y, al subsiguiente, cayó a 23,76 por mil. El mismo fenómeno se repitió durante 1988, otro Año del Dragón.


Como resultado, lo "niños dragones" han sufrido el peso de su número tanto en la atención de hospitales como en los exámenes escolares. Para ellos, la competición para entrar a las mejores escuelas y universidades es aún más dura, debido a que las vacantes son las mismas de siempre.

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