04/05/2024

Taiwan Today

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Ggggou, Gou

26/10/1991

En las atueras del Mercado de Flores de Taipei, todos los fines de semana se reúne gran cantidad de gente entusiasmada no sólo con las especies vegetales, sino también con varias decenas de perros cachorros que son expuestos para la venta. En las tiendas especializadas nunca falta público.


Hay "fiebre perruna" en Taiwan. No en el sentido de que los canes de esta isla estén enfermos, sino en el gran interés que tienen muchas personas por criar un perro en casa. Periódicamente, la Asociación Kennel de Taiwan organiza exhibiciones y competiciones de los ejemplares más hermosos. Hasta hace un tiempo, el interés por lo foráneo primaba en este campo. Pero ahora hay un renovado entusiasmo local por los gou ("perro", en chino) originarios de estas tierras.


Según contó a la revista Sinorama el zoólogo Hsia Yuan-yu, los perros chinos prehistóricos evolucionaron de lobos chinos. No obstante, señaló que las razas principales - mestizo asiático, hsi y mastín tibetan - deben ser descendientes de lobos indios, y haber migrado o haber sido traídas por el hombre a China. Cruces posteriores han hecho difícil la posibilidad de rastrear su origen en forma más precisa.


Otros dicen que el mestizo evolucionó del lobo de Manchuria. De donde haya salido, es una raza muy expandida actualmente. Los del norte de China son grandes, los del sur pequeños, y los de Taiwan, aún más chicos. Las razas japonesas akita y kai también son sus parientes.


Los perros hsi se expandieron desde el noroeste hacia las provincias de Kansu y Shensi. Adeptos a correr y cazar, estos perros aparecen en murales de las dinastías Han (206 a.C.-220 d.C.) y Tang (618-907 d.C.).


Fueron los hunos quienes introdujeron los mastines tibetanos en China. Aún hoy, los nómadas de Mongolia y el Tibet crian ejemplares de esta raza. Los chinos del norte los llaman "perros tártaros". Se cuenta que, por su gran tamaño, lo rey e asirios los empleaban para cazar leones.


Sobre las razas pequeñas, como el pekinés, el terrier de Lhasa y el pequeño hsiu (manga) - llamado así porque es tan chico que cabe dentro de una manga - hay una teoría que sitúa su origen aún más lejos. En 1921, el inglés W. Heineman escribió un libro en el que señala que el hsiu habría sido traído a China desde Grecia por la Ruta de la Seda. Esta raza se multiplicó especialmente en la provincia de Singkiang, por donde pasaba el importante camino comercial.


Hermosamente feo


Actualmente, las razas que con más facilidad se encuentran en Taiwan son: terrier de Lhasa, doguillo, pekinés, chow chow y sapi-gou.


Este último, bautizado en inglé como sharpie, se caracteriza por tener una piel arrugadísima y suelta. Es un feo adorable. Un ejemplar modelo debe tener cara cuadrada y plana, orejas delgadas, ojos profundos, hocico ancho y la cabeza parecida a la de un hipopótamo. Los expertos en perros dicen que, en los concursos, el sapi- gou gana con frecuencia la categoría de "raza más horrible", superando incluso al bulldog inglés. En Taiwan, un cachorro cuesta alrededor de dos mil dólares estadounidenses.


Los cantoneses dicen que el arrugado especímen es originario de su provincia. De hecho, el nombre con que se le conoce en Taiwan es de pronunciación cantonesa.


Los terrier de Lhasa provienen del Tibet y fueron llevados a Pekín como tributo durante la Dinastía Ching (1644-1911). Tienen un pelaje largo y abundante que incluso cubre sus ojos. Vivos, alertas e inteligentes, son excelentes guardianes. Por estas y otras cualidades, como su tamaño reducido, adaptabilidad y facilidad de cuidado, han llegado a ser muy populares en Taiwan desde que fueron introducidos hace varias décadas. Tan populares que, de hecho, ejemplares de raza pura son muy difíciles de encontrar.


Los doguillos son una raza china llevada "a Europa por mercaderes holandeses, donde se fueron refinando. Tienen el pelo muy corto, una constitución maciza, el pecho como un barril y la espalda corta. Sus grandes ojos, nariz achatada y expresión de desamparo los hacen parecer filósofos melancólicos. Pero, en realidad son activos y alegres.


Los pekineses, en honor a su nombre, constituyen la raza más "ortodoxa" de China. Los chinos los llaman "peces de la tierra" porque tienen la cabeza aplanada, ojos sobresalientes, cuerpo corto y cola encrespada. Además, como sus patas delanteras son más cortas que las traseras, caminan contonéandose como un pez nadando en el agua.


A la Emperatriz Viuda Tsu Hsi (1835-1908) le gustaban mucho los pekineses y contribuyó a mejorar la raza. De hecho, durante la Dinastía Ching, sólo las clases privilegiadas podían criarlos. Actualmente, en Taiwan los pekineses favoritos son los de color amarillo crema y blanco puro, los más caros de todos.


Lengua azul


Los chow chow tienen un pelaje dorado, ojos brillantes y, lo más especial, la lengua azul. Una leyenda dice que después de que el gigante Pan Ku abriera los cielos, las estrellas iluminaban la tierra con una luz azul. Un perro lamió el haz de luz y su lengua se volvió de color azul. Era el ancestro del chow.


Mucha gente piensa que este perro es originario de Cantón, cosa poco probable debido a la molestia que siente en climas calurosos. Otros afirman que proviene de los monasterios de lamas del noroeste de China. A pesar de ser gordinflón y tener apariencia de tonto, el chow posee un aire de dignidad y es extremadamente leal a su dueño. Fue introducido en Taiwan hace unos 25 años.


Otro ejemplo de fidelidad es el mastín tibetano. En Taipei circula la historia de un perro de esta raza que, seis meses después de ser vendido a un nuevo dueño, escapó y recorrió el condado entero hasta encontrar su antiguo hogar.


Los antecedentes señalan que el origen del mastín tibetano está en la Meseta del Asia Central, y es el más antiguo de los "perros primitivos". Su contextura fornida, 70 centímetros de alto y 90 de largo, le permitieron resistir las temperaturas extremas del altiplano.


Esta raza aparece en muchos puntos de la historia. Se ha dicho que Genghis Khan usó mastines tibetanos en sus conquistas y que así estos perros habrían llegado a Oriente Medio. Otras versiones señalan que un ejemplar de éstos habría sido regalado a Alejandro Magno por mandatarios asiáticos. En la antigua China, los mastines eran guardianes muy apreciados. Por eso muchos ejemplares fueron llevados a las grandes ciudades. En el Tibet todavía son usados como pastores. Se sabe que sólo quedan unos cien ejemplares en el mundo.


Amigo, pero independiente


La isla de Taiwan también tiene una raza propia, el perro formosano. Hasta hace poco, la gente no sentía mucho interés por criarlo, ya que había una marcada preferencia por las razas extranjeras. Pero esta tendencia se ha revertido en el último tiempo, debido a su belleza simple y su buen carácter. Claro que, en la actualidad, la mayoría de ellos es resultado de cruzas con otras razas.


¿Cuál es la apariencia de un formosano puro? Según e tudios exhaustivos, hay dos tipos. El de tamaño mediano tiene unos 50 centímetros de altura, cintura estrecha, y el pecho como un barril (de unos 40 centímetros). Su cara es redonda y su pelaje tiene tonos de marrón y dorado. Generalmente mantiene la cola parada o enroscada. El pequeño viene en dos tamaños, de 30 y 40 centímetros de alto.


El formosano es un perro de montaña extremadamente inteligente. Le gusta acompañar a su amo al trabajo y jugar con él, pero también sabe arreglárselas por sí solo. Quizás por eso cuesta un poco ganarse su lealtad. No faltan los ejemplares jóvenes que huyen de sus casas, quizás buscando un hogar natural en el monte.

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