Los niños son quienes más disfrutan de la festividad del Año Nuevo Lunar, puesto que para entonces se les permite hacer muchas cosas que en otra época les son estrictamente restringidas. Pueden permanecer despiertos tan tarde como deseen. De acuerdo con la costumbre, los niños deben levantarse y orar por la longevidad de sus padres. El juego no es permitido en otras épocas del año, pero para la época del Año Nuevo lunar, los mayores suelen jugar dados, dominó chino y otros juegos con los niños.
Los mayores suelen darle a los jovencitos un ya suei chien (sobre rojo con dinero), a la medianoche, cuando todas las familias queman infinidad de cohetillos, cuyo estallido, según dicen las leyendas, previene del mal y le da la bienvenida a un próspero año nuevo.
Las hijas casadas deben visitar a sus padres, junto con sus esposos e hijos. Esta costumbre ha continuado hasta hoy en día.
Antiguamente, las festividades del Año Nuevo lunar solían prolongarse hasta el día 15 del mes, para cuando tiene lugar el Festival de los Faroles, la última celebración y de más color de todo el Año Nuevo lunar.