El Festival de los Faroles que se celebra el día decimoquinto de la primera luna del calendario lunar, cayó este año el pasado 12 de febrero. Es la fecha de la primera luna llena del año nuevo que cierra oficialmente las festividades y actividades del Año Nuevo o Festival de Primavera.
De acuerdo con la tradición, para esta época solían verse cada año, dioses y diosas danzando a la luz de la luna, durante la primera luna llena. Una vez las nubes hubieron cubierto
La luna, se usaban antorchas para ir en búsqueda de los dioses, surgiendo así la costumbre de llevar faroles por las calles.
Durante cierto tiempo en China se impuso el toque de queda, prohibiéndole a la gente transitar durante la noche. Esta prohibición quedaba sin efecto durante el festival de los faroles. Todos podían salir a admirar los faroles llevados por los demás y a la vez mostrar sus propios faroles a las otras personas. Esta tradición llegó a tener tanto arraigo, que hasta se abrieron las puertas de la ciudad imperial. El Emperador tenía así poco tiempo para ocuparse de sus asuntos.
Por todos lados podían escucharse las risas de la gente, al paso de las velas y faroles y todos solían olvidarse de sus inhibiciones.
Este era el único día cuando a las muchachas solteras se les permitía mezclarse y confundirse con los hombres por las calles, costumbre que sirvió de inspiración para numerosas historias romanticas.
En la actualidad suele celebrarse aun el festival de los faroles, casi en la misma forma como se ha celebrado siempre, si bien prevalece un elemento de craso comercialismo.
La manufactura de faroles decorativos para el festival, ha llegado a convertirse en un arte folklórico y para este día prácticamente cada niño en la República de China y muchos adultos, están equipados con un farol de cualquier tipo. Cuando se habla de faroles, solemos pensar básicamente en esferas en forma de acordeón, con una vela en su interior; sin embargo, los faroles ceremoniales del festival tienen formas incluso de lo más raras. Muchos son solamente dos discos dimensionales hechos para representar algún objeto o animal, con un candelero en él centro para insertar una vela en su interior. Una calabaza de Halloween podría servir en cualquiera de los muchos desfiles que tienen lugar y por lo menos unos cuantos de los faroles presentados aquí o allí, será esculpido de hielo.
La celebración de los faroles tiene lugar en casi cada vecindario o aldea, pero en Taipei existe una actividad especial en el complejo del Templo de Lunghsan y en el monumento conmemorativo al Dr. Sun Yat-sen. En el templo, pueden verse en exhibición literalmente miles de faroles de todos tamaños, iluminados por electricidad, mientras que en el monumento tienen lugar también las tradicionales danzas del león.
Cada festival chino tiene su propio alimento tradicional y el festival de los faroles no es la excepción. Por todos lados pueden verse para entonces, personas preparando y sirviendo pastelillos de arroz glutinoso, llamados tung yuen, que suelen tener rellenos dulces o salados.
Tienen lugar también, para esta época, muchos otros eventos, como los concursos de solución de adivinanzas, que todos disfrutan llenando las calles con espontáneas multitudes de personas, hasta que llega la hora de acostarse.