05/05/2024

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Cheng Cheng-kung, guerrero y estadista

26/04/1989
En abril de 1661, una armada de 800 juncos de guerra que transportaba 30.000 sol­dados escogidos partió de la provincia marítima de Fukien, en el sureste de China, con rumbo a la isla de Taiwan. Zarpó desde las proximi­dades de Kinmen (Puerta Dorada), que 288 años más tarde, en 1949, alcanzaría fama mundial como la Fortaleza de Quemoy de la República de China, que no se rindió pese a padecer en 1954 y 1958 terribles bombardeos por parte de las fuerzas comunistas chinas. Esa armada, seguramente uno de los más grandes espectáculos que jamás se hayan pre­senciado, se hizo a la mar para llevar a cabo una misión formi­dable: reintegrar la isla de Taiwan al gobierno chino y ter­minar con los 37 años de ocupación holandesa. Quienes la vieron quedaron maravillados y la describieron como la flota más poderosa jamás reunida, según el testimonio de los historiadores, uno de los cuales escribió: "La vista de los juncos inspiraba respeto y pavor". El comandante de la expedi­ción era Cheng Cheng-kung, guerrero legitimista defensor de la Dinastía Ming, quién en 1644, después del derroca­miento del último emperador Ming por la Dinastía Ching, manchú, que se había establecido en 1583, se había hecho fuerte en el Sur de China espe­rando llevar a cabo la restaura­ción de los Ming. (Cabe señalar que ambas dinastías se superpu­sieron durante 61 años) En reconocimiento a los ser­vicios prestados a su causa los Ming le dieron su propio apellido, Chu, de donde derivó su título, Kuo Hsing Yeh (Señor del Apellido Imperial), Luego la­tinizado como Koxinga. El 29 de abril de 1661, los in­vasores desembarcaron en la costa suroccidental de Taiwan, cerca de Tainan, dando término a su misión seis meses más tarde. Koxinga, o el "Principe Cheng", como llegó a ser cono­cido a raíz de su ennobleci­miento, no fue solamente guerrero sino también hombre de estado y administrador de un nivel excepcionalmente alto, un celoso custodio de la cultura china y un ilustre reformador social. Una de sus primeras acciones, luego del reintegro de Taiwan a la soberanía china, fue distribuir gratuitamente las tierras a las familias que estaban preparadas para cultivarlas y, para facilitarles la tarea, las eximió de impuestos durante los primeros tres años. Cheng mostró asimismo verdadera magnanimidad hacia los holandeses derrotados, al no tomar ninguna clase de represa­lias contra ellos y permitirles salir de Taiwan con todas sus pertenencias, salvo sus armas y municiones. Llegó a ser tan reverenciado por los habitantes de Taiwan por haberlos liberado del dominio holandés, que ellos lo consideraban un chun tzu (hombre perfecto). Muchos creían, in­cluso, que era de origen divino en tanto que otros estaban convencidos que era la reencarna­ción de Matsu, la Diosa del Mar, que junto con Kuan Yin, la Diosa de la Misericordia, son las más veneradas del panteón chino. Koxinga nació en 1623 en Hirado, Japón, de padre chino y madre japonesa. Fue llevado a China a la edad de siete años y completó su educación en la Academia Militar de Nanking. A la temprana edad de 23 años fue nombrado comandante de las fuerzas de la Dinastía Ming en el Sur de China con el rango de mariscal de campo, con lo cual pasó a ser uno de los hombres más jóvenes que al­canzó tan elevada jerarquía, en toda la historia. Koxinga falleció en Taiwan en mayo de 1663, antes de cumplir los 40 años de edad y poco más de dos años después de su desembarco en la isla. Sus sucesores gobernaron Taiwan hasta 1683, cuando una flota de la Di­nastía Ching, siguiendo la misma ruta que Koxinga había tomado, ocupó la isla luego de apoderarse de las Islas Pesca­dores, ahora conocidas como Penghu. La llegada de Koxinga a Taiwan provocó un renaci­miento de la cultura china, del cual la isla llegó a ser un importante bastión. Entre los pri­meros colonizadores que lo si­guieron a Taiwan figuraban aproximadamente mil literatos y otros devotos de las artes, muchos de los cuales abrieron escuelas. La ceremonia en la cual fue formalmente restaurado el gobierno chino sobre Taiwan tuvo lugar en el Fuerte Zelandia, en Anping, cerca de Tainan. Ese fuerte, cuyos muros tienen aproximadamente 6 piés (1,80 m) de espesor y una gran base de 30 piés (10 m), todavía se conserva. Koxinga estableció la sede de su gobierno en Tainan, en el Fuerte Providencia, construido por los holandeses, quienes lo habían usado como sede de su cuartel general. Este fuerte fue destruido por un terremoto en 1862, pero 13 años más tarde, en 1875, se convirtió en asiento de la Torre Chihkan, erigida por las autoridades chinas que gobernaban la isla en nombre de la Dinastía Ching. En ese mismo año también, Kuang Hsu, al ascender al Trono del Dragón como penúl­timo emperador de la Dinastía Ching, perdonó a Koxinga el haberse opuesto a la misma y lo elevó a la categoría de héroe na­cional. Hecho éso, se dispuso además la construcción de un monumento en su honor, en Tainan. Ese monumento, el Fuerte Zelandia y la Torre Chihkan son considerados, hoy en día, los lugares más destacados para el interés turístico del Sur de Taiwan. El 29 de abril de cada año, al cumplirse otro aniversario del desembarco de Koxinga en Taiwan, así como para la fecha de su nacimiento, que se celebra el décimocuarto día de la sép­tima luna, según el calendario lunar chino, se llevan a cabo im­presionantes ceremonias ante el monumento levantado en su honor.

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