02/05/2024

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Reviviendo el espíritu folklórico del tambor

06/10/2009
Las actuaciones del Grupo de Percusión Artística Diez Tambores están impregnadas de sonido, dinamismo, espiritualidad y vitalidad.

Al llegar al somnoliento pueblo de Rende, en el sureño distrito de Tainan, comenzamos a buscar la Villa Cultural Diez Tambores. No fue difícil dar con ella por las instrucciones recibidas, había que buscar una alta chimenea con un símbolo dibujado en lo más alto de su cuello. En medio de los áridos terrenos que anteriormente eran cañaverales, divisamos una enorme chimena, y cerca del tope, el emblema inequívoco de una letra “diez” en chino muy estilizada.

En unos minutos, llegamos a la sede del antiguo ingenio de la Corporación del Azúcar de Taiwan en Rende. Ya no se percibe el olor a melaza, ni el calor del horno, tampoco se escucha el ruido del trapiche. En vez del bullicio que suele escucharse en un ingenio en tiempos de zafra, se siente un aire de frescura y tranquilidad.

Nos recibe a la entrada Yang Yu-wen, que se presenta como subcomandante del “regimiento”. Me parece extraño que se identifique de esta manera y me preguntó a mí mismo si no me he equivocado de lugar. “¿Estoy en un cuartel militar?”, indago mentalmente.

Al poco rato, me percato de la razón de su título. El sitio es la sede de un grupo de música de percusión, cuyo entrenamiento sigue un riguroso patrón que asemeja a la vida de un cuartel militar, en términos de disciplina, orden y dedicación.

El Grupo de Percusión Artística Diez Tambores fue fundado en la primavera de 2000. Su meta principal es transmitir la herencia cultural local de Taiwan y entrenar más personas interesadas en las artes de percusión. El significado de “Diez Tambores” es llevar a cabo el espíritu del fundador del grupo: “Diez” representa generar fuerzas de todas las direcciones y alcanzar la unidad.

Su fundador y director es Hsieh Shih, que ha adoptado un nombre más occidental para identificarse: Ten Hsieh. En chino, “Shih” significa diez, y ese número ha sido adoptado para designar a su grupo artístico, a pesar que en sus presentaciones se tocan más de diez tambores.

 

Algunos de los tambores chinos típicos que se exhiben en el Museo de Tambores de la villa cultural.

Además, para promover las artes de percusión, el grupo lleva a cabo la educación humanista, promueve la iniciación en la educación especial, ilustra múltiples sabidurías, populariza el arte de los tambores, crea y transmite el arte de percusión localmente, a la vez que procura reforzar el intercambio cultural a nivel mundial.

Para ello, “Diez Tambores” insiste en crear y enseñar localmente la percusión como su meta principal, con la esperanza de inspirar a los ciudadanos a valorar el tradicional arte de los tambores. También insta a todos los amantes de tambores que desarrollen las artes de tambor tradicionales en la isla, ya que esperan que Taiwan pueda ser una famosa “Tierra de la Música de Tambores” del mundo en el futuro.

Ten Hsieh, nos explica un poco el sentimiento que siente hacia los tambores: “El significado del tambor es como la vida misma. El poder de la vida surge desde el mismo momento del nacimiento. Desde que está en el vientre de la madre, el niño ya está ligado a un ritmo, el palpitar del corazón de su madre. El mismo es muy parecido al ritmo del tambor. La mayor parte de nuestras obras surge de lo que aprendemos de la naturaleza, buscamos la inspiración en la naturaleza”.

De hecho, el fundador del grupo ha estado íntimamente relacionado con los tambores y aprendió a tocarlos desde muy temprana edad. Según describe, es una tradición que ha heredado de la familia.

“Empecé a tocar a los tres años. Creo que ha sido durante toda mi vida. El tambor es como una historia de mí mismo. Mi padre me enseñó a tocarlo. El murió a temprana edad y aquí estoy, tocando el tambor. A los doce años de edad, sentí que mi padre estaba dentro de mí y me urgía a seguir tocando el tambor”, señala Hsieh.

En 2005, recibió en consignación un área de cinco hectáreas que ocupaba el antiguo ingenio de la Corporación del Azúcar de Taiwan. Las instalaciones estuvieron abandonadas por más de una década, porque desde hace mucho tiempo la empresa estatal ya no produce azúcar, sino que la importa debido al enorme costo de la mano de obra local.

Todos los tambores que usa el grupo son hechos manualmente por maestros artesanos siguiendo estrictos patrones tradicionales.

Hsieh nos explica que los miembros de su grupo trabajaron arduamente durante meses para limpiar y acondicionar el área, con el fin de convertirla en una zona cultural muy peculiar. Allí, se observan los detalles de un esfuerzo por alcanzar el equilibrio de las actividades diarias con la naturaleza. Es un proyecto basado en el esquema de construir-operar-transferir, y en la actualidad, muchos visitantes acuden al lugar los fines de semana para experimentar una sensación audiovisual diferente.

Diariamente, los miembros del grupo inician el día haciendo una correría de varios kilómetros para mantenerse en excelentes condiciones físicas. Esto es indispensable para tocar el tambor con fuerza y a veces, por largos períodos de tiempo.

También son indispensables la autodisciplina y la meditación, para poder integrarse espiritualmente con el instrumento de percusión y la pieza musical que se ejecuta en el momento.

El Grupo de Percusión Artística Diez Tambores realizará una gira del 10 al 27 del presente mes por Paraguay, El Salvador y Panamá, en ese orden. El grupo cultural contará con un elenco de unas cuarenta personas, que presentarán un programa dotado de excepcional colorido y sonoridad.

La gira es patrocinada conjuntamente por la Oficina de Información del Gobierno y las Embajadas de la República de China en Paraguay, El Salvador y Panamá.

“En esta oportunidad, hemos incluido melodías típicas de cada uno de esos tres países y las hemos integrado en nuestra actuación de tambores. En la presentación, las vamos a ejecutar como último número para cerrar el espectáculo. No sé el nombre de ellas aún”, informa Hsieh acerca de lo que tiene preparado para la gira.

Nos extraña que haya optado por incluir canciones latinoamericanos en su repertorio y preguntamos cómo ha logrado conocer esas melodias. Al respecto, Hsieh comenta: “La Oficina de Información del Gobierno me envió varios casettes grabados y he seleccionado algunas canciones para adaptarlas al concierto de tambores”.

Ten Hsieh: “El significado del tambor es como la vida misma”.

El programa estará dividido en tres partes, donde se expresan los sentimientos folklóricos, aborígenes y del entorno natural en Taiwan. De esta manera, los artistas tratarán de presentar la tradición folklórica, la idiosincracia de las tribus aborígenes y la belleza del paisaje isleño.

La primera parte muestra un repertorio de las expresiones sonoras más representantivas del folklore taiwanés, incluyendo los tambores y gones indispensables en todo género de presentaciones para ocasiones festivas. Así, el público podrá apreciar un rápido caleidoscopio de eventos como las danzas del león, las comparsas de templo y los festivales religiosos, que denotan la pasión y sencillez de la cultura isleña.

En la segunda parte, el grupo interpretará algunos de los aspectos más sobresalientes de la rica y variada expresión cultural de las diversas tribus aborígenes que habitan en Taiwan. Valiéndose de los tambores, se trata de contagiar al público con el estado emotivo que expresa la gracia y el movimiento de los aborígenes.

Por último, se trata de traducir el panorama visual de los paisajes de Taiwan en expresiones auditivas que evocan su belleza natural. Con su rítmico sonido se presenta el sorprendente impulso del movimiento del soplo del viento y el irrumpir de las olas. Se usa un gon y el cimbal para reproducir una atmósfera majestuosa. En la tercera parte del programa, cada acción y movimiento exhibe su propio significado simbólico.

La pieza más importante de la presentación es Diez Tambores ~ Encanto de Taiwan, donde su autor, Ten Hsieh, procura presentar a Taiwan reflejada en la vida diaria de su pueblo, los cantos de los pueblos aborígenes que giran alrededor de las montañas, el inmenso Cielo y la Tierra con sus magníficos ríos y montañas, y las características tradicionales innovadas por la técnicas de tamborileo que han sido integradas en la composición de dicha pieza musical.

En medio de los problemas del calentamiento global, la crisis económica, el cambio climático y la incertidumbre política en que vivimos en nuestro mundo de hoy, el Grupo de Percusión Artística Diez Tambores intenta despertar la dimensión espiritual del ser humano, para salir de la penumbra y trabajar por un mundo mejor. A través de sus actuaciones, procura estrechar los lazos con otros grupos afines en el mundo, lograr que las personas de otros países conozcan más acerca de Taiwan y hacer un llamado para proteger nuestro medio ambiente.

Texto y fotos de Luis M. Chong L.

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