En una de las vitrinas del Museo de los Antiguos Palacios Imperiales de Taipei, puede admirarse una balsamina de jade blanco. Prueba concreta de que los chinos hemos llevado a esta popular verdura, hasta el plano de la apreciación artística. La balsamina, aparte de su empleo común en la cocina, posee propiedades curativas. Expertos en bioquímica han descubierto que las semillas de esta cucurbitácea puede detener el crecimiento de las células cancerosas.
El nombre en chino de esta variedad de balsamina es kukua, litúalmente "calabaza amarga". M uchos ex tranjeros se sorprenden de la afición que tenemos los chinos por la balsamina. La verdad es que su sabor, un tanto amargo, es mas bien agradable. Según la creencia popular, la kukua es refrigerante y antipirética; se consume tanto en los calores del verano, como en los rigores del invierno y se presta para ser guisada en muchas formas.
La kukua pertenece a la familia de las dicotiledóneas. Su nombre botánico es monórdica charantta y en algunos países de América Latina se le conoce con el nombre de balsamina china. Es una planta originaria del Asia que se introdujo en China desde tierras meridicionales, en los inicios del siglo XVI, según afirma Li Shih-chen en su famosa Materia Médica; o sea que tiene una historia de más de cuatrocientos años. Abunda en las zonas tropicales y subtropicales. En China continental se cultiva sobre todo, en las provincias de Kwangtung y Kwangsi. Las principales zonas productoras de kukua en Taiwan se encuentran en los distritos de Changhua y Ping-tung, al centro y sur de la isla, respectivamente.
Esta planta da sus frutos entre marzo y diciembre, pero en Taiwan, debido a sus condiciones climatológicas, puede cultivarse todo el año, si bien la demanda es mayor en los meses del verano. La balsamina china tiene hojas parecidas a la palma de la mano y sus flores son de un color amarillo brillante; su fruto es generalmente alargado, aunque puede presentar otras formas y su corteza muestra protuberancias parecidas a las de la chirimoya.
Shih Tao, monje budista de la dinastía Ching, que gozó de gran celebridad por sus pinturas de paisajes, orquídeas y bambúes, sentía especial predilección por la forma y sabor de la kukua, e incluso llegó a ser conocido como "el bonzo de la calabaza amarga", por haber probado todas las amarguras de la vida.
A pesar de su sabor amargo, pueden prepararse con ella platos muy sabrosos, ya sea estofada, guisada, salteada o en baño María. Hasta puede comerse cruda, en ensalada. Existen decenas de recetas para prepararla, combinándola con diversos ingredientes.
A medida que va creciendo, la balsamina pierde su sabor amargo. Cuando su fruto ha adquirido un color entre amarillo y blanco, prácticamente deja de ser amargo. En el sur de Taiwan, los pobladores de Meinung y Chishan, que en su mayoría pertenecen al grupo étnico hakka, tienen fama por la forma de preparar sabrosos platos de kukua. No solamente a los chinos nos gusta esta singular calabaza. En el Japón y la India existen también bastantes consumidores. En la cocina japonesa de Kanto existe un guiso preparado con balsamina, nabo, col y lonjas de pescado, que constituye para los súbditos del Imperio del Sol Naciente, un manjar exquisito.
Según los análisis realizados por expertos en dietética, la balsamina tiene alto contenido de agua y bajo porcentaje de calorías. Existen solamente trece calorías por cada 100 gramos de balsamina. Su contenido en grasa, proteína y azúcar, es también bajo, con pequeñas cantidades de calcio, fósforo y vitaminas A y G, constituyendo un alimento ideal para las personas que tienden a la obesidad.
Debido a los múltiples usos de la kukua los expertos agrícolas de la República de China, han hecho grandes esfuerzos para incrementar su productividad y mejorar su calidad. La variedad nativa tenía poca pulpa y muchas semillas y tardaba mucho en fructificar. Los pocos frutos que daba la planta, muy frágiles, se echaban a perder con facilidad.
Después de 10 años de pacientes estudios y experimentación, los expertos locales han conseguido una nueva variedad que fructifica con rapidez y se produce en abundancia. Sus frutos son de gran tamaño, pesando cada uno aproximadamente 600 gramos. Esta nueva variedad, lo mismo que otras cuatro, es cultivada extensamente por los campesinos de Taiwan.
La balsamina de Taiwan se exporta a varios países, principalmente a Hong Kong, Singapur y Estados Unidos y la verdad es que dondequiera que haya chinos, habrá también grandes consumidores de kukua, calabaza amarga, balsamina china o como se le quiera llamar.