28/04/2024

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V. CUENTOS DE HOMBRES Historia de Chen (II)

06/08/1987

Durante 10 largos años, la esposa de Cheng contínuó fingiendo estar enferma, pero como adoraba tanto a su esposo y a su hijo, acabó convirtiéndose en una verdadera ínválida. Ahora hacía varios días que escuchaba el sonido de la carraca de madera fuera del muro del jardín. Cada golpe del sonajero le llegaba directamente al corazón. Al cabo le dijo a su doncella: "Ve hacia la puerta del jardín y averigua quién es el que hace sonar la carraca." La doncella fue a ver y le dijo que era un monje de aproximadamente 15 años. Por alguna razón, la mujer sintió compasión y le dijo a su doncella que le hiciera pasar. El monje se arrodilló ante ella, diciéndole: "¿No serás acaso la mujer de Chen?" Ella admitió que lo era y le preguntó si buscaba almas. Cuando la mujer lo escuchó, empezó a llorar, porque supo entonces que el joven monje era su hijo.


Tang-seng le contó a su madre cómo se había convertido en un monje de la Montaña Dorada y cómo había descubierto dónde vivía ella, así como que su padre no había muerto. Esta noticia alegró tanto a su madre que al instante dejó de llorar. De todas maneras, sentía cierto temor de que Niu Hung descubriera a su hijo y le hiciera algún daño, así que le mandó en búsqueda de su padre, para que éste denunciara a Niu Hung ante el Emperador y lo arrestasen.


Tang-seng se despidió de su madre y viajó primero por el mar y después por las montañas, haciendo sonar su carraca de madera hasta llegar a las montañas Yun-tai.


Pero volvamos ahora a lo sucedido con Chen Kuang-jui. Tras haber sido arrojado al mar por Niu Hung, un joven lo recogió y lo llevó hasta un palacio de cristal, al tiempo que no dejaba de darle las gracias por haberle salvado la vida. Chen le preguntó por qué lo llamaba su salvador, cuando era al revés, a lo que el joven le respondió: "Soy el tercer hijo del rey dragón. En una ocasión me transformé en carpa y me fui a nadar. Unos pescadores me atraparon y tú me compraste en el mercado, ¿no me salvaste entonces?", agregó para su sorpresa.


El joven lo llevó ante la presencia del rey dragón, quien sabía que Chen había salvado a su hijo en una ocasión. Se mostró muy amable con él y lo alojó durante 10 días en su palacio de cristal.


Pero conforme pasaba el tiempo, Chen empezó a echar de menos su hogar, por lo que deseó regresar. Entonces el príncipe le dijo en secreto: "No aceptes oro ni plata de mi padre; sólo pídele la cajita que tiene sobre la mesa." Chen fue a ver al Rey Dragón y le pidió permiso para marcharse y aunque el Rey lo presionó para que se quedara, se mantuvo firme en su idea. Entonces el Rey envió a buscar oro y plata para recompensarlo, pero Chen declinó el ofrecimiento con la cabeza, hasta que el rey dragón le preguntó qué era lo que quería, a lo que éste respondió: "Si no fuera pedir demasiado, quisiera la cajita que está sobre la mesa". El Rey no pareció muy contento al escuchar ésto, pero puesto que Chen era el salvador de su hijo, no pudo negarse.

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