No muy distante de la aldea de Lungtan, a una hora de la febril aitividad de la floreciente ciudad de Taipei, en Taiwan, puede encontrarse una de las más recientes e interesantes atracciones de Asia. Siendo a la vez parque y museo, Ventana para ver China o La ciudad de Catay en miniatura, como también se le conoce, capta a escala liliputiense, mucho del sabor único del país más populoso del mundo.
Consistente en aproximadamente 90 réplicas a escala de muchas de las estructuras mejor conocidas tanto de Taiwan como de China continental, Ventana para ver China se ha convertido rápidamene en una de las atracciones más populares de Taiwan y gracias al extraordinario y amplio campo de sitios recreados, este nuevo parque ofrece una presentación única de la historia China durante un periodo de aproximadamente 4000 años, registrados a través del desarrollo de las artes, la arquitectura y los paisajes.
Mejor conocida como una colección de miniaturas diseñadas para deleite de visitantes, jóvenes y viejos, Ventana para ver China, ha ido ganando una sólida reputación dentro de los intelectuales, por la estricta atención puesta en los detalles mostrados en sus representaciones. Para la construcción de los modelos, el parque contrató personal a tiempo completo: arquitectos e ingenieros profesionales, que trabajaron a partir de gráficos o anteproyectos originales, siempre que estuvieron disponibles. Recorrieron las fuentes de Taiwan, para los planos originales de las estructuras locales, así como para los documentos antiguos que fueron traídos a la isla. Los investigadores consultaron también bibliotecas y archivos de los Estados Unidos, Hong Kong, el Japón y otros sitios, en búsqueda de gráficos o dibujos detallados de lugares situados en el Continente. Para las estructuras de Taiwan, en las que no pudieron encontrarse planos confiables, los arquitectos visitaron los diferentes sitios, tomando sus propias medidas.
Exactitud absoluta
La insistencia en la exactitud fue tan grande que al conocerse los planos de la disposición interior del Palacio Presidencial, uno de los mejor conocidos en Taipei, los impulsores del nuevo parque, decidieron incluir una réplica de dicho edificio, no obstante que el Gobierno dispuso los planos del exterior para su uso. Al citar la demanda para una total autenticidad, los funcionarios del parque optaron por recrear en su lugar, cierto número de otros edificios gubernamentales, incluida la municipalidad de Kaohsiung.
Igual cuidado se puso en los paisajes de las diferentes miniaturas, Ventana para ver China empleó su propio cuerpo de jardineros y expertos en plantas, quienes pasaron incontables horas completando la decoración. Literalmente miles de árboles y arbustos vivos se transformaron cuidadosamente dentro de formas adecuadas y crecieron en diferente tamaño para completar los diferentes edificios a escala.
Más que formar solamente parte del paisaje, las plantas desempeñan también un importante papel en el acabado de muchas de las exhibiciones. Uno de los numerosos expertos empleados por el museo, es especialista en musgos. Dentro de sus numerosas tareas, estuvo la de encontrar diferentes tipos de musgos que pudieran sobrevivir bajo las condiciones existentes en el parque -teniendo que estar expuestos a la directa luz del sol y a la escasa protección climática- condiciones completamente inapropiadas para la mayoría de variedades de musgos. Se encontraron tipos adecuados, usándose para crear la apariencia de antigüedad sobre los modelos que representen.
Dicha técnica tuvo tanto éxito, que muchos de los modelos, aunque completados hace pocos meses, parece que tuvieran siglos de antigüedad.