Wang tenía fama de ser un hombre estúpido. Un día su esposa le pidió que le comprara un peine de madera, pero. temiendo que se olvidara, le señaló en el cielo la luna en cuarto creciente, diciéndole: "Cómprame un peine de madera que tenga la forma de la luna que está en el cielo."
Días más tarde, la luna llena refulgía en el cielo. Wang recordó lo que su esposa le habla dicho, miró hacia la luna y pensó que lo que tenía que comprar tenía que ser tan circular como ella, por lo que le compró un espejo redondo y se lo llevó a casa.
Cuando su esposa lo vio, lo arrojó contra el suelo; se marchó a casa de sus padres y le dijo a su madre: "Mi marido tiene una concubina. Hoy la he visto. Acompáñame y te la mostraré. "
La suegra se miró en el espejo y exclamó con un suspiro: ¡ Si por lo menos hubiera elegido a una mujer joven! ¿Cómo ha podido elegir a esta horrible vieja bruja?
Más adelante llevaron el caso ante el juez del distrito, quien al ver el espejo exclamó: "¿Cómo os atrevéis a vestiros como yo, cuando tenéis una disputa?¡ Es increíble!" Y no las atendió.
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