08/05/2024

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VI. CUENTOS DE HOMBRES Yama, dios del infierno y Chu, el bribón (final)

26/09/1987

Mientras los espíritus traían el aceite, Chu les preguntó: "¿Queréis saber la forma de haceros ricos?", a lo que todos respondieron unánimemente en forma afirmativa. "Pues yo os lo explicaré -continuó- ¿sabéis? Yama es un estúpido. Sólo se necesitan unos pocos litros de aceite para cocer a un hombre. Sugiero que dejéis aceite suficiente para freírme y vendáis el resto".


A los pequeños espíritus les encantó la idea y vendieron el aceite sobrante de inmediato. Justo al acabar de hacerlo, llegó la orden de cocer a Chu. Ansiosos por mostrar su celo, los espíritus lo arrojaron al caldero, pero Chu no gritó, porque se sostuvo sobre el nivel de aceite, apoyando la cabeza y los pies en ambas paredes del caldero y aunque Yama continuó alimentando el fuego, no consiguió asarlo vivo. Desesperado, les ordenó a los espíritus que lo arrastraran hasta el Río del Yin y del Yang y lo arrojaran allí, para que se muriera de frío en el extremo del mundo subterráneo.


Desde la orilla del río, Chu gritó tan fuertemente como pudo, pidiendo que alguien le ayudara a cruzar el río que lo separaba del mundo humano. Una carpa que nadaba en él se compadeció de Chu y se ofreció a llevarlo. Chu miró a la carpa y pensó. "¡ Qué carpa más hermosa! Debo cogerla y cambiarla al otro lado por vino -dijo- gritando: hermana carpa, -, por favor, dime cómo podremos cruzar". Ella respondió: "Es muy sencillo. Súbete a mi lomo y yo te llevaré". El bribón dijo: "Pero tu espalda está muy resbaladiza. Tengo miedo de resbalar. No creo que me atreva, a menos que estés de acuerdo con una sugerencia mía. Ataré una cuerda alrededor de tu cuerpo y me agarraré de ella. Así no me ahogaré si me caigo."


La carpa permitió que la atara y así Chu fue conducido sano y salvo al otro lado del río, agarrando la cuerda con la mano. Cuando llegó al mundo conocido, arrastró a la carpa fuera del agua y la vendió para comprar vino, con el que se emborrachó.


*Huang Ti, el Emperador Amarillo. Su figura se pierde a través del tiempo. Fue uno de los Cinco Soberanos y representa sin suda el corazón de la Edad de Oro china: Lao Tse, Conlucio, Mencio ... , una edad que se forjó hace más de cinco mil años. Sin embargo, parece ya probado que Huang Ti vivió hacia el siglo II antes de nuestra era y no en el tercer milenio a. C., como hasta hace bien poco tiempo se pensaba. Maestro del taoísmo, la alquimia -se dice que obtuvo el elixir de la vida-, la medicina, la acupuntura, etc., su influyente presencia se deja notar por doquier en cualquier manifestación cultural china.

(c) Miraguano Ediciones Hermosilla 104, Madrid 28009

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