03/05/2024

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Refrésquese con un abanico chino

06/09/1988
Hoy en día, cuando uno siente calor, simplemente enciende el ventilador o, mejor aún, el acondicionador de aire. Pero ¿qué se hacia cuando todas esas comodidades modernas no habían sido inventadas? Simplemente, se usaba un abanico de papel.
Estos adminículos tienen una larga historia en China. Tanto, que se dice que ellegendario gobernante Huang Ti ya los usaba en su palacio, hace más de 6000 años.
Los antiguos grabados chinos describen a los abanicos como hechos de plumas y bambú. Entre las plumas, se usaban las de faisán, urraca, ganso salvaje, grulla blanca y pavo real. Según se afirma, los abanicos hechos de plumas de ganso salvaje eran los más finos.
La tradición dice que cuando los gansos salvajes volaban sobre la Gran Muralla hacia el Sur, cada año, dejaban caer una cantidad de plumas, y que los gobernantes manchúes tenían hombres en los pasos fronterizos para juntarlas.La mayoría de las plumas recolectadas se usaba para hacer flechas, pero las de mejor calidad se reservaban para fabricar abanicos.
Los primeros abanicos datan de la Dinastía Han (206 AC -220 DC). La mayoría de ellos se fijaba a sillas de mano cerradas durante las procesiones. No sólo brindaban a sus ocupantes protección contra el sol y el polvo, sino que daban al vehículo una apariencia majestuosa.
Los abanicos ceremoniales eran usados solamente por funcionarios del estado de alta categoría, ya que eran símbolos de poder. Durante las Dinastías Tang y Sung (618 -1279) el uso de tales abanicos estaba estrictamente regulado: El número y el diseño de los abanicos estaba prescripto sistemáticamente para cada tipo específico de ceremonia y el rango de los funcionarios que debían usarlos. En Taiwan aún se usan abanicos ceremoniales en las procesiones que forman parte de los festivales en honor de deidades populares.
Comparados con los abanicos ceremoniales, los usados primariamente para darse aire son mucho más pequeños en tamaño. Estos también tienen una larga historia y ya estaban en uso en China en tiempos prehistóricos. Originalmente, en su mayoría se fabricaban con hojas de palmera y tiras de bambú, pero otros más costosos tenían superficies de seda y mangos de marfil, madera de sándalo, y hasta de cuerno de rinoceronte.
Los abanicos para uso práctico se hacían de una variedad de formas: de seis puntas, ovalados, cuadrados, en forma de riñón, etc., aunque la mayoría de ellos eran redondos y con el nombre de "abanicos redondos" se les conocía. Eran del tipo que en algunos países latinoamericanos se llama pantalla o paipai.
Los abanicos redondos alcanzaron amplia difusión durante el reinado de Chengti (32- 6 AC), de la Dinastía Han. Una historia romántica cuenta que Pan Chieh-shu, una de las concubinas favoritas del emperador, había perdido su posición ante la llegada de otra concubina más joven y bella. Sola en su cámara, que el emperador ya no visitaba, Pan compuso un poema y lo escribió en un abanico redondo. El poema versaba sobre un abanico blanco y bello que había proporcionado frescura a su dueño durante el verano, pero había sido dejado de lado con la llegada del otoño. Al leerlo, el emperador se sintió profundamente conmovido y volvió - según cuenta la leyenda - a amar a Pan como nunca lo había hecho.
Eso inició la práctica de escribir poemas en los abanicos redondos para expresar sentimientos o pensamientos personales. Dado que la práctica se hizo muy popular entre mujeres educadas, esos abanicos eran algunas veces designados como "abanicos de cámaras de doncellas".
Los abanicos redondos, con caras de seda blanca, se adaptaban en forma ideal para la escritura y la pintura, y muchos eruditos y artistas chinos llegaron a interesarse grandemente en pintar o escribir en ellos. Uno de ellos fue el famoso calígrafo Wang Hsi-chih, que vivió entre los años 312 y 379 DC, y se dice que comenzó a hacerlo para ayudar a una pobre vendedora callejera de abanicos, que no lograba que se los compraran.
La Historia dice aSImIsmo que eruditos y artistas de la Dinastía Sung (960-1279) disfrutaban particularmente usando abanicos redondos para pintar paisajes, bellas mujeres, pájaros, plantas en flor y aún escenas de la vida diaria. Muy pronto, el abanico ocupó un lugar especial en la pintura china, y finalmente llegó a ser una forma de arte sumamente popular.
Otra variedad de abanico es la plegadiza, que por su construcción puede llevarse cómodamente en una manga. No es originaria de China, sino que fue introducida como otra forma de tributo por monjes coreanos y japoneses alrededor del Siglo 10. Esos abanicos también estaban exquisitamente pintados y ganaron popularidad inmediata. Posteriormente, los artesanos chinos aprendieron a fabricarlos y con ello cobraron otra apariencia.
Pero, la fabricación de abanicos cobró calidad de arte altamente desarrollado durante las Dinastías Ming y Ching (1368-1911). Hangchow, capital de la provincia de Chekiang, se ufanaba de contar con un "callejón de los abanicos" de cerca de un kilómetro de largo, en el que se apiñaban varios centenares de tiendas en las que se fabricaban y vendían abanicos. En una de ellas, se hacían más de 15 tipos de abanicos, divididos en alrededor de 400 calidades y bajo más de 3000 diseños. La fabricación de un solo tipo, el abanico de papel negro, implicaba un procedimiento de 86 pasos. El producto terminado constaba de siete capas de fino papel de seda y siete capas de pintura. Se proclamaba que era resistente a la lluvia y al sol.
Aunque ya han sido reemplazados en su mayor parte por los ventiladores o los acondicionadores de aire, los abanicos aún se siguen usando ampliamente en las áreas rurales, ya sea para hacerse aire, defenderse del sol, avivar un fuego, espantar moscas o mosquitos fastidiosos, o simplemente para enfatizar algún punto de una conversación.
Los abanicos, finalmente, tienen una función de carácter socio-familiar. Cuando una joven contrae matrimonio, al subir al vehículo que la llevará de la casa de sus padres, suele arrojar un abanico plegado por la ventanilla del automóvil, para simbolizar el hecho de que abandona su apellido de soltera para adoptar el de su marido.
Por Irene Lin

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