05/05/2024

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Se celebra el Festival de la Luna o del Medio Otoño

16/09/1988
Dentro de las fiestas que se celebran alrededor de todo el mundo que han sido pregonadas por poetas, sacerdotes y hasta políticos, el Festival Chino del Medio Otoño se caracteriza por ser un festejo verdaderamente familiar, surgido como una celebración natural, en el ciclo de eventos que conforman la vida china. En la China tradicional, como en todas las sociedades agrícolas, la época de la cosecha era quizá la más feliz del año. En el Norte de China llegaba precisamente en el octavo mes lunar, cuando el astro estaba en su máximo esplendor. Con los graneros llenos, las familias tenían oportunidad de pasar largas temporadas juntas cuando iba desapareciendo el calor del verano, brillaba seductora en el firmamento la enorme "luna de la cosecha" y era inevitable que todas las personas tuvieran una alegre celebración. Las referencias más remotas a este festival de la cosecha pueden hallarse en poemas y canciones de la Dinastía Chin (265-400 DC), aunque seguramente viene desde antes. Hacia la Dinastía Tang (618-906 DC), cuando según se dice el emperador Tang Ming-huang efectuó un viaje de medio otoño hacia la luna y compuso en su honor un poema alucinante, la fecha del festival se fijó para el día décímoquinto de cada octavo mes lunar ( este año, el 25 de septiembre). Todos los habitantes de China tiene ese día libre para pasatiempos, disfrutar de los alimentos recientemente cosechados, observar la luna y orar a los dioses y deidades que llegaron a estar asociados con el festival. Debido a que el Festival del Medio Otoño fue una celebración incidental, la mitología que lo rodeó se convirtió en un guisado inescrupulosamente delicioso de motivos populares de toda China, en su mayoría centrados alrededor de la luna. Por ejemplo, hay un conejo oscuro que vive allí y que se pasa los días con un mortero y un mazo, convirtiendo oro, jade y cinabrio en un elixir de inmortalidad. Otro residente es Wu Kang, el leñador-deidad cuya frívola naturaleza llegó un día a irritar a los dioses, quienes los desterraron a la luna. Allí deberá permanecer toda la eternidad intentando cortar un árbol de canela que nunca logrará derribar, puesto que después de cada hachazo recobra nuevamente su integridad original. Con su misterio celestial y sus ciclos mensuales, la luna es universalmente asociedad con la feminidad. Quizá la más famosa habitante de la luna sea, según la tradición china, la encantadora Chang O. Las versiones sobre su historia son numerosas. Una, la considera la esposa de Hou Yi, quién fue enviado a la Tierra por el Emperador del Jade para resolver el problema creado por una devastadora sequía que afectaba tremendamente al pueblo, y que se debía a la existencia de diez soles en el cielo. Hou Yi trató de convencer a los soles intrusos de que se alejaran, pero como no quisieron escucharlo tomó su arco y flechas y derribó a nueve de ellos. Poco después se enteró que los soles eran vástagos del Emperador del Jade, por lo que aquel estaba tan enojado que no le permitió a la pareja retornar al cielo. Hou Yi fue capaz más tarde de obtener un elixir celestial de la inmortalidad de la Reina Madre de Occidente. Sin embargo, aunque el elixir era suficiente para hacer inmortales a ambos, sólo alcanzaba para hacer regresar a uno de ellos al cielo. Hou Yi y Chang O prometieron beberlo juntos. A pesar del fin de la sequía la situación en la Tierra seguía siendo miserable. La bella Chang O comenzó a sentir lástima de sí misma y un día, cuando Hou Yi estaba de cacería, robó el elixir y se le bebió todo, esperando así poder regresar al cielo. Sin embargo, los dioses estaban tan airados por el engafto infligido a su esposo que le negaron la entrada. Al no ser capaz de regresar al cielo, y tampoco a la Tierra, tiene que pagar por su traición y languidece desterrada para siempre en la luna. Si esta versión pudiera parecer demasiado machista para los gustos modernos, debe tomarse en cuenta que existe otra, en la que después de su victoria contra los soles Hou Yi se vuelve un tirano orgulloso y malévolo. La razón por la cual Chang O roba la poción es, en este caso, porque no quiere que su esposo, aún como inmortal, siga tratando cruelmente al pueblo, para siempre. Pero hay más aún, hay quienes afirman que los dioses misericordiosos la transformaron en un sapo en la luna para que no tuviera que vivir como una belleza inaccesible. De cualquier manera, mientras que la celestial Chang O languidece por amor en la luna,esta leyenda da además ocasión a las almas terrenas para pensar en romances, especialmente cuando hay luna llena. Otro personaje asociado con el Festival del Medio Otofio es Yueh Lao, el viejo casamentero, de quien se dice que ata con un hilo invisible de seda roja a las parejas destinadas a estar juntas. Algunos dicen que vive en la luna, otros, que aparece a la luz de la luna llena. En todo caso, ias muchachas de la antigua China lo tomaban muy en serio, apelando a su lado bueno con la esperanza de lograr un esposo excelente. Mientras que los que se deleitan con el Medio Otoño suefian con romances, rezan a sus dioses preferidos y descansan con sus familias, el plato tradicional del que disfrutan es el "Pastel de la Luna", redondo y de color amarillo, cuya forma recuerda la del astro nocturno y para el cual existen muchos y diferentes tipos de relleno, que varían desde las yemas de huevo hasta delicadas nueces y frutas desecadas. Existe también una leyenda aparentemente basada en hechos reales y relacionada con estos pasteles. Cuando China estaba estaba gobernada por los mongoles (1279-1339 DC), existía mucha actividad revolucionaria clandestina. Durante un Festival del Medio Otoño, los patriotas chinos decidieron que era tiempo de actuar. Dentro de pasteles de la luna ocultaron notas incitando a los chinos a "matar esta noche en su casa al Mongol". Aquellos, que no seguían la costumbre de comer esos pasteles, fueron tornados por sorpresa y así la revuelta logró finalmente triunfar. Es claro que en la Taiwan moderna no hay posibilidades de intrigas políticas por medio de pasteles de la luna y que ahora la población de la isla no es la sociedad agrícola y supersticiosa de antes. Sin embargo,muchas de las tradiciones continúan. Las tribus aborígenes, cuyos propios festivales han contribuido mucho a la tradición del medio otono, tienen danzas folklóricas durante todo el año. El festival Maklikuda, de los Ami, está especialmente lleno de color. En esta estación, se efectúa en Taiwan la cosecha de pomelos, y esta fruta, similar a la toronja o grape fruit de América, es un regalo y un plato muy popular durante ese festival. En el Sur, los niños participan en vigorosas competiciones fisioas para ganar premios consistentes en pomelos maduros,en tanto que en todas las pastelerías de la isla se sacan de las estanterías y escaparates los sandwiches de jamón y los esponjosos bizcochuelos, para hacer lugar al variado surtido de pasteles de la luna. Lo principal de todo es que el Festival del Medio Otono es un día alejado del ritmo ultramoderno de vida de Taiwan. Los jóvenes amantes se reúnen en lugares solitarios, bajo la luna, las familias se juntan dando gracias, y todos recuentan las viejas leyendas con fingida credulidad. Sin embargo, ¿ no es posible que sea la melancólica imagen de Chang O eso que reluce en el enorme y misterioso globo lunar, en el fresco cielo de mediados de otoño?

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