02/05/2024

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El escultor español Antonio Kieff expone sus obras en Taiwan

26/12/1988
El afamado escultor español Antonio Kieff inauguró el 15 de diciembre pasado, en la Galería del Consejo de Planificación y Desarrollo Cultural del gobierno nacional, en Taipei, una exposición de sus esculturas de bronce pulido que durará dos semanas, tras las cuales pasará a una galería privada. La muestra de Kieff, aparte de las sesenta piezas propias, está complementada con pinturas y dibujos de Pablo Picasso y Joan Miró, y con esculturas, asimismo de bronce pulirlo, del artista británico Henry Moore, famoso por sus obras de expresión corporal, y fue resentada previamente en Kaohsiung, con gran asistencia de público. En oportunid de ser presentada en Londres, se estima que la misma fue vista por más de 200.000 personas. La exposición fue inaugurada por el presidente del Consejo Nacional de Planificación y Desarrollo Cultural, Kuo Wei-fan, quién enfatizó que, aprovechando el medio ambiente y tus propias características e inspiración, el artista ha sabido volcar en el bronce pulido una expresión musical romántica que le ha hecho famoso en el arte internacional. Al concluir, Kuo obsequió a Kieff un jarrón chino. De inmediato hizo uso de la palabra el escultor, quien tras agradecer el obsequio puso de relieve su complacencia por la apertura de su primera exposición en Taipei, y reiteró que retornará a breve plazo. De inmediato, obsequió a su vez al señor Kuo una escultura suya en bronce pulido, denominada "Maternidad", con lo que quedó oficialmente inaugurada la muestra. Antonio Kieff es una personalidad multifacética y, aunque su nacionalidad es española, casi se podría decir que es un ciudadano del mundo. Nacido en Madrid, emigrado a Brasil, artisticamente orientado e iniciado en la Argentina, perfeccionado en España de nuevo y en Austria, y dedicado definitivamente a la escultura en Canadá, donde se halla radicado en forma permanente. La suya es, desdé luego, una trayectoria fascinante, aunque Kieff trate de describirla a grandes rasgos. "Nací en Madrid en 1936, y allí viví y estudié, trabajé como ebanista e hice el servicio militar. Cuando egresé de filas emigré a Brasil, donde estuve un año trabajando y luchando por abrirme paso, y de allí me marché a Buenos Aires". "En Buenos Aires," prosigue Kieff, "como lo único que sabía hacer era trabajar de ebanista, pués trabajé de ebanista. Pero en seguida empecé a estudiar teatro, cine, música, canto. Poco más o menos al mes de llegar me relacioné con una troupe que hacía teatro en A vellaneda, una ciudad lindera con Buenos Aires. Actuábamos en una Sala muy tradicional y muy bonita de esa ciudad, el teatro 'Roma'. Allí pasé a integrar la Escuela de Teatro Dramático de Avellaneda y llegué a actuar con Alfredo Alcón y con Eduardo Castro Rios - dos famosos actores argentinos - y también estudié música con Orestes Castronuovo, un músico maravilloso y uno de los mejores que ha tenido la Argentina, lamentablemente ya fa¬ llecido, y canto con Lily Sanders." "Todos ellos me guiaron artísticamente y me ayudaron a orientar mi vida. A todo ésto, también había efectuado estudios de arquitectura. Fueron una época muy bella de mi vida esos cinco años de bohemia que pasé en Buenos Aires. Incidentalmente, a los seis meses de estar allí dejé la ebanistería y me puse a hacer guitarras, de esas criollas, y también guitarras eléctricas. Llegué a hacerle guitarras de concierto nada menos que a Eduardo Falú y eléctricas a Ramón 'Palito' Ortega. Me dediqué a ello para ganarme la vida y poder pagarme mis estudios. Como cantante de ópera actué en el coro del Teatro Colón de Buenos Aires y en algunas audiciones en Radio El Mundo. También di dos conciertos ya como solista en La Plata y en Córdoba. Luego, con el director de orquesta Foret, cuyo nombre de pila no recuerdo, hice una tournée de conciertos y con un famoso organista también hice conciertos en el Hotel Hermitage, un hermoso hotel de Mar del Plata," recuerda Kieff. "Hasta ese momento mi vida estaba consagrada al canto" , prosigue el artista y agrega, "yo jamás había hecho escultura ni nada parecido. Pero, justo entonces, el gobierno español me concedió una beca para ir a perfeccionar canto en Barcelona, con Conchita Badía, la discípula preferida de Manuel de Falla. Estuve allí un año y luego me trasladé a Viena, que era lo que yo quería. Mi meta era ir a estudiar a Viena. Yo ya tenía 25 o 26 años. Estudié en la Musikakademie durante tres años. Allí conocí a mi mujer a poco de llegar y nos casamos. Luego ella comenzó a cantar profesionalmente. Yo también. Y después nos fuimos a Canadá, ya que ella quería tener nuestro primer hijo allá. Kieff está casado con Nicole Lorange, cantante de ópera canadiense de origen español que actuó en Taipei durante dos meses, el verano pasado". " y allí sí que cambió mi vida totalmente" ,prosigue. Dejé la música y, por accidente, comencé a hacer escultura contemporánea. Directores de museos y de galerías me dijeron que debía continuar en eso. Empecé a hacer esculturas, más tarde exposiciones, comenzó así la rueda, fuí a Tokio, luego a Estados Unidos, a otras partes del mundo, y ahora estoy aquí. Y son ya 21 años que llevo haciendo esculturas ... " Interrumpimos por un momento al artista para comentarle que, por lo visto, esa actividad le ha brindado grandes satisfacciones y nos contesta afirmativamente. "Sí", nos dice, "porque en ella yo puedo expresar todas las artes que he estudiado, sea el teatro, la danza, la ópera, hasta el punto de que ahora, el trabajo que estoy haciendo es escultura sobre el personaje de Otelo, pero transformada desde el figuratismo a lo abstracto, en la cual he tenido como modelo a Plácido Domingo. Estoy trabajando con él y el año que viene, posiblemente, haremos la exposición aquí. Son unas cién obras, entre pinturas y esculturas, de Plácido Domingo en el personaje de Otelo. O sea, que estamos tratando de organizar eso aquí para el año que viene. Es una tournée que va a durar cinco años por todo el mundo la de esa exposición. Pueden ver," acota Kieff, "que pese a la transición registrada en mi vida, de la ópera a la escultura, siempre continúa ligada a la música." "Hoy en día la escultura ya no está reducida al cuerpo humano, como hace siglos atrás. Hoy en día, cualquier cosa puede ser una escultura," comenta. Y agrega: "Todo aquello que tiene tres dimensiones puede ser una escultura y las artes están interrelacionadas. La escultura tiene que ser musical, la música tiene que ser arquitectónica, la arquitectura tiene que ser pictórica ... O sea, que hoy en día el campo es inmenso, tal como nos lo ha demostrado Picasso, que nos abrió infinidad de caminos. De modo que hoy un artista puede expresarse de cualquier forma. Lo importante es expresarse", aseveró Kieff. El artista enfatizó, finalmente, su satisfacción por la apertura de su exposición, que es consecuencia de otra realizada en Los Angeles donde llamó la atención de marchands expertos de Taipei, quienes opinaron que la escultura moderna en bronce pulido que crea Kieff iba a atraer a a los amantes de ese arte de Taiwan, igual que atrajo a los de otros lugares del mundo.

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