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Fotógrafos taiwaneses exploran más allá de la realidad que puede ver el lente

06/03/2010
Las obras monumentales de Tsai Wen-hsiang atrapan al observador por su inmensidad. (Foto cortesía del TFAM)

El televisor muestra una imagen de desolación. Hasta donde alcanza la vista, un horizonte de muerta llena el . El público local sabe que puede ser cualquiera de las playas, bosques, muelles o riberas devastados por el tifón Morakot. No puede precisar el lugar pero conoce de qué se trata. Silenciosamente, un hombre con sendas cámaras en sus manos cruza la escena y se detiene en de la pantalla. Volviéndose hacia el público, sostiene las cámaras apuntando hacia su cabeza. Las cámaras “disparan”, pero la acción se combina con un verdadero disparo y resulta en una explosión de humo y luz. La cabeza fotógrafo explota y en su lugar, queda un foco de luz en vez de la misma. No sólo las facciones han desaparecido, sino que el cuerpo fotógrafo ahora es una figura impasible, inmóvil y sin vida.

Este montaje de video forma parte de la muestra de fotografía realizada recientemente en el Museo de Bellas Artes de Taipei (TFAM, siglas en inglés). A veces chocante o cruel, otras bella y refrescante, la visión de los fotógrafos seleccionados es siempre innovadora y representa una nueva faceta de esta forma artística en .

Organizada por Suan Hooi-wah, director ejecutivo del Centro Internacional para las Artes Visuales de Taiwan, la exposición Más allá de la realidad destaca 44 obras de seis fotógrafos taiwaneses: Wu Chung-wei, Liu Chen-hsiang, Tsai Wen-hsiang, Hung Shih-tsung, Wu Cheng-chang y Chen Pin-hua.

Las obras se exhiben en tamaños más grandes de lo usual. Ciertamente, esto facilita la exploración en este medio y la apreciación de los detalles. El espacio destinado a la muestra es amplio y cómodo, permitiendo al visitante moverse libremente para apreciar las imágenes en toda su dimensión.

Siendo la fotografía contemporánea el valor primordial, los artistas expresan cómo reaccionan a las actuales circunstancias de un delicado equilibrio entre la fotografía tradicional y la digital. Para ello, conjuran formas, colores, así tiempo y espacio, empleando múltiples técnicas en sus obras, y con ellas, crean ilusiones que capturan la imaginación público. Por esta razón decimos que las imágenes mostradas en esta exhibición están más allá de la realidad.

En la actualidad, las imágenes a las que estamos acostumbrados incorporan varias características de la tecnología digital. Una vez liberados proceso cuarto oscuro que caracteriza a la fotografía tradicional, los artistas pueden prestar mayor atención a sus temas. Esto les permite enfatizar en su personalidad y transformar la realidad, buscando la verdad que justifica su existencia e introduciendo así nuevos conceptos dentro de la fotografía.

Fotógrafos taiwaneses exploran más allá de la realidad que puede ver el lente

La figura impasible de Wu Cheng-chang sirve para cuestionar la coexistencia de los seres humanos y el medio ambiente que los rodea. (Foto cortesía del TFAM)

Los artistas taiwaneses que participan en esta muestra buscan y exploran el significado visual de los temas, por medio de signos, patrones, colores y textos que engalanan sus obras con una belleza única. Por ejemplo, las diversas técnicas ayudan a resaltar elementos muy propios de , con énfasis en la cultura popular, pero las imágenes tradicionales han sido transformadas de tal forma que el espectador duda que el contenido sea fabricado o real. En resumen, las imágenes creadas sobrepasan la forma y el fondo de la fotografía tradicional.

Al ingresar a la primera sala de la exhibición, nos reciben las coloridas obras de Tsai Wen-hsiang. El artista ha titulado su serie “Paisajes - Nunca vistos”, y juega con el público, atrapándolo en medio de lo fabricado y lo real. Eso lo logra con un espacio enorme, colorido y ambiguo, que irónicamente resulta insoportable para el observador. Las fotografías están en su mayoría colocadas en forma vertical, y el espacio repetitivo e inmenso ocupa la mayor parte de ellas. Al borde, los humanos o cualquier otro elemento diferente y más cercano se ven minimizados por el contexto. Por ejemplo, en una típica escena de playa, se pierde en un mar inmenso, donde apenas asoman unas sombrillas y bañistas.

En una sala aparte, oscura y más cerrada, Chen Pin-hua escogió una forma bastante única para presentar la serie “El hogar de mi familia”. Los espectadores deben ponerse unos anteojos especiales para experimentar los efectos tridimensionales que evocan la cercanía “hogar” donde pasó su niñez. Los detalles nostálgicos de los aposentos familiares, desde los condimentos y aparatos antiguos en la cocina de la casa hasta los medicamentos en la botica donde su padre trabajó, literalmente saltan a la vista. Chen empleó un lente especial de 360 grados para evocar la sensación de estar allí presente. El proyecto de emplear la tercera dimensión antecede a la explosión de popularidad de este medio gracias a la película Avatar. Para Chen, la tercera dimensión es un medio por el cual establece un enlace que permite al espectador sentir que ha entrado a este hogar y forma parte de su familia.

Cada una de las series de los fotógrafos es exhibida en un espacio separado y con su propia identidad. En la gráfica vemos que para las obras de Liu Chen-hsiang, el ambiente es más íntimo y sólo se iluminan las fotos. (Foto de Silvia Villalobos)

Por su parte, Liu Chen-hsiang produce “Panoramas de vida”, la mayoría en blanco y negro. Las imágenes son mucho más abstractas y pulidas técnicamente, enfatizando en detalles que ejemplifican cada etapa de la vida. Los nacimientos, el envejecimiento, la crisis de la edad madura, las ilusiones y los dramas forman todos parte de la vida cotidiana, y Liu trata de representarlos con sus imágenes y generar una reacción emocional en el observador. Por medio de sus obras, Liu desea manifestar su amor por la vida y en particular su apreciación de los momentos más intensos que la componen.

Wu Cheng-chang es único fotógrafo de los participantes que escogió aparecer dentro de la serie “Hermosos paisajes”, que captura con su cámara fotográfica o de video en . No obstante, lo hace esa figura cuya cabeza luminosa y apariencia acartonada producen un símbolo de inexistencia. Su intención es que esta imagen sea una “señal humana”, cuya ropa no es más que un cascarón vacío, ya que el alma ha desaparecido. Las fotografías destacan paisajes únicos que son bellos, pero que producen un sentimiento de tristeza porque detrás de su hermosura yace la fealdad y el absurdo. Wu quiere que el público se pregunte qué estamos haciendo con el medio ambiente que nos rodea. También quiere que se cuestione acerca de la coexistencia entre el ser humano y el entorno, ya que con el desarrollo económico tomando precedente sobre la naturaleza, “nuestra tierra está llorando”.

Al acercarnos a estudiar las fotografías de Wu Cheng-wei, descubrimos que ellas trascienden la realidad. El que sean fabricadas o no resulta no ser tan importante. El fotógrafo manipula la imagen dejando una impresión indeleble en el público. Sus imágenes de rostros “desfigurados”, con notable aporte técnico, resultan en retratos sicológicos de fuertes emociones. Además, nos ponen a reflexionar sobre la relación entre la apariencia externa y el ser interior. No obstante, hasta esta introspección es desviada por sentirnos deslumbrados ante las fascinantes imágenes. Esta contradicción es también la intención artista.

Otro artista que juega con la manipulación de las imágenes, al punto de crear un universo paralelo oscuro, es Hung Shih-tsung, quien nos lleva a un teatro de ilusiones espirituales, donde podemos sentir una atmósfera calmada y misteriosa, o tenebrosa e inconclusa. Eso depende de lo que las imágenes de escaleras al vacío, muelles vacíos, edificios inconclusos y otros en matices de tonos grises, dada la luz tenue en que se envuelven, generen en el público. Muy apropiadamente, ha llamado su aporte “Imágenes en tinta”.

Basados en el concepto de llegar “más allá de la realidad”, los fotógrafos participantes trataron de crear una nueva sensación de lo “real”, usando las técnicas más novedosas disponibles gracias a la tecnología digital. Las imágenes de la nueva realidad así producidas constituyen el eje de esta exhibición.

La exposición Más allá de la realidad estará presente en el TFAM del 30 de enero al 14 de marzo.

 

Texto de Silvia Villalobos

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