Taiwan Today

Cierta vez desapareció una muchacha muy hermosa. Su madre estaba tan preocupada, que no podía comer ni dormir y pasaba todo el día preguntándose en dónde estaría su hija. Un dia se hallaba sentada en el patio, lamentándose de la pérdida de su hija, cuando un gorrión se posó en el tejado y empezó a gorjear. La madre le dijo: "Querido gorrión, si averiguas dónde está mi hija y me conduces haeia ella, te daré una fanega de judías tostadas". El gorrión estuvo de acuerdo con el trato. Así que la madre ató una cinta roja a la cola del pájaro como señal y salieron en su búsqueda. Pero el pájaro volaba mucho más rápido que la mujer y siempre tenía que esperarla. Al fm, voló hasta una cueva en las montañas, en donde se posó sobre una piedra y gorjeó. De la cueva salió una muchacha, quedándose sorprendida al reconocer la cinta roja en la cola del gorrión. "¿De dónde sacaste esa cinta roja que es de mi casa?", le preguntó. A lo que el pájaro respondió: "Me la dio tu madre. Pronto llegará ella misma en persona". Y mientras decía esto, llegó la madre. "¿Qué estás haciendo aquí, mi niña?", le preguntó, a lo que su hija respondió: "Estaba dando un paseo en la aldea, cuando fui capturada por un mono, quien me trajo hasta aquí. Dentró de un instante llegará. Debes esconderte, porque si te ve aqui te comerá". La madre tuvo el tiempo justo para esconderse debajo de una tinaja, antes de que apareciera el mono. Este olfateó el aire y dijo: "¡ Aquí huele a carne humana!". La joven trató de ocultarle la verdad, pero como no le quedaba otra alternativa, optó por decirle la verdad: "Mi madre está aquí, pero temiendo que te la pudieras córner, se escondió debajo de la tinaja". A pesar de todo, el mono se sintió muy complacido, preguntándole: ¿cómo es que ha llegado tu madre. Dile que salga rápidamente; quiero conocerla y diciendo esto fue hacia donde se encontraba la tinaja y la levantó. La hija le dijo: "esta es tu suegra", abrazándose y sintiéndose muy contentos. El mono dijo entonces: "hoy no tenemos nada bueno qué comer. Compraré carne y vino" y diciendo esto salió. La madre y la hija decidieron aprovechar esta oportunidad para escapar, para lo cual la hija le dijo a su madre que preparara un bote de cal. Cuando los monitos la vieron, le preguntaron:"Abuela, ¿qué es eso?", respondiendo ella: "Es una buena medicina para los ojos, pero no es para niños". Sin embargo los monos dijeron a coro: "Pero nosotros queremos un poco". Así que les cubrió los ojos con cal, diciéndoles: "Poneos bajo el sol y dejad que se seque". Cuando se secó, no pudieron abrir los ojos. Entonces, la madre y la hija huyeron, llevándose con ellas todo el oro y la plata que el mono había almacenado. Cuando regresó el viejo mono y vio que los pequeñitos no podían abrir los ojos, les preguntó qué había sucedido. Ellos le contaron toda la historia. El mono puso a hervir una gran olla con agua y les dijo a los monitos que se lavaran los ojos, pero después de hacerlo, les quedó para siempre alrededor de los ojos, un círculo encarnado. Desde entonces, cada mañana, el viejo mono llevaba a los pequeños a casa de su madre. Se sentaba sobre la piedra de molino que había delante y empezaba a cantar su canción con triste voz: "Esposa del mono, esposa del mono. No es natural que abandones a tus hijos. Tus niños lloran y tu marido está triste". La muchacha empezó a asustarse, al tiempo que se sentía afectada por la trágica canción. Entonces, discurrió un plan con su madre. Una noche calentaron la piedra del molino hasta ponerla al rojo vivo. A la mañana siguiente, el mono volvió con sus niños, como de costumbre. Cuando los pequeños se sentaron sobre la piedra, saltaron dando un chillido. "¿Qué sucede?" gritó el mono. "Me sentaré". Y saltó también, dando un alarido de dolor y todos juntos huyeron a casa. Cuando se miraron uno al otro, se dieron cuenta de que el pelo de sus nalgas estaba chamuscado. Nunca más volvieron a buscar a su madre y desde ese día, todos los monos tienen el trasero pelado. (c) Miraguano Ediciones Hermosi/la 104,28009 Madrid