Taiwan Today

El pintoresco Festival de la Cosecha de Otoño, cáe en el décimoquinto día del octavo mes lunar chino. En esta noche se cree que la luna se encuentra en su máximo esplendor y el Dios de la Tierra se muestra agradecido por la cosecha. Muchas personas se dirigen a los parques, las orillas de los ríos, las montañas y otros espacios abiertos, para disfrutar de la luz de la luna o simplemente para observarla. La luna es un símbolo de femineidad. Durante la dinastía Hsia (2205-1818 a. C.), Chang- O, fue la esposa de Hou Yih, guardaespaldas del emperador, que pretendía vivir en la luna. La leyenda cuenta que Hou Yih fue un experto arquero, tan hábil que cuando un día aparecieron diez soles en el cielo, amenazando con quemar la tierra, el emperador, siempre consciente del bienestar del pueblo, le dió la comisión de destruir nueve de los dies soles que se encontraban en el cielo. Hou Yih realizó dicha hazaña, quedando la diosa de los cielos occidentales, tan impresionada, que lo comisionó para construir para ella un palacio multicolor de jade. El oficial, quien era obviamente un hombre de mucho talento, ejecutó esta comisión tan brillantemente que como recompensa, la diosa le otorgó el elixir de la inmortalidad, en forma de una píldora, pero con una sola condición: Hou Yih no tenía que tomarla, sino hasta pasado un año de oración y ayuno. Hou Yih se llevó la píldora a su casa y la escondió. Un día, cuando tuvo que salir a ejecutar una misión, su esposa encontró la píldora y se la tomó, pero ocurrió que una vez que lo hubo hecho, Chang-O se encontró ascendiendo hacia la luna. Su juventud y belleza fueron conservadas, pero como castigo por haberla robado, fue condenada a permanecer en la luna para siempre. Como en el Occidente, la luna es también un símbolo de romance. Otro residente de ella es Yueh Lao, el anciano de la luna, quien es el casamentero universal. Durante la noche del Festival de la Cosecha, permanece muy ocupado, atando a las parejas, con invisibles hilos de seda roja. El plato del día lo constituyen los pasteles de la luna, decorados y rellenos en forma redonda y amarilla, como si fuera la luna misma. Existe también una leyenda alrededor de los pasteles de la luna. En la dinastía Yuan, cuando los mongoles gobernaban China, los patriotas complotaron para derrocarlos. Sus mensajes secretos entre unos y otros fueron ocultados en los pasteles preparados para dicho festival, intercambiándolos como obsequios, por lo que los pasteles de la luna llegaron a constituir una tradición, que aun continúa vigente entre los millones de habitantes de China y entre los chinos residentes en todas partes del mundo.