07/05/2024

Taiwan Today

Noticias de Taiwán

I. CUENTOS SOBRE EL ORIGEN DE LAS COSAS - Como Pan Kuformó el mundo

16/11/1985
A partir de la presente edición de NOTICIAS de la República de China, iniciaremos la publicación de esta nueva sección de CUENTOS CHINOS, esperando sea del interés de nuestros amables lectores. Estos cuentos divididos en siete partes, comprenden: cuentos sobre el origen de las cosas, de animales, fantásticos, mágicos, de espíritus, de hombres y de amor. La selección de los mismos, así como las notas y la traducción del chino al inglés, fueron hechas por Alfred J. Hodgson de Saint Mathews University, mientras que la traducción al español es de María de los Angeles López Moraleda y Ramón Martínez Castellote, habiendo sido publicados a principios de este año en Madrid, España por Miraguano Ediciones. En épocas inmemoriales no existían el cielo ni la tierra. El universo era una nebulosa caótica y embrionaria de forma parecida a la de un gran huevo. Allí dormía apacible y tranquilo, un gigante llamado Pan Ku. Al cabo de dieciocho mil años, el gigante se despertó. Encolerizado porque a su alrededor sólo reinaban las tinieblas, sacudió los brazos, vigorosos como el hierro, para apartarlas. Se produjo una explosión ensordecedora y el gran huevo estalló de improviso. La nebulosa caótica y primitiva, que había permanecido concentrada en un solo lugar durante varios cientos de miles de años, comenzó a girar convulsivamente. Las materias ligeras se levantaron vertiginosamente, dispersándose para formar el cielo azul, mientras que las pesadas, comenzaron a precipitarse dando origen a la tierra. Pan Ku relajado y alegre, exhaló un suspiro mientras se afirmaba entre el cielo y la tierra. A pesar de que el cielo y la tierra se habían separado, Pan Ku, preocupado de que se volvieran a unir, resolvió sostener al primero con las manos e hizo progresar su talla vertiginosamente. Creció diariamente 3,3 metros, separándose a este mismo ritmo el cielo y la tierra. Después transcurrieron otros dieciocho mil años; el cielo alcanzó mayor altura y la tierra se solidificó. Por su parte, Pan Ku llegó a tener una estatura de 45.000 kilómetros y apoyando sus pies sobre la tierra, sostuvo el cielo con la cabeza: era digno de que se le llamase gigante. El mundo se formó gracias a los poderes mágicos que poseía Pan Ku y debido a su esfuerzo, el cielo jamás volvió a fusionarse con la tierra. Las tinieblas y el cáos se disiparon para siempre, pero Pan Ku agotó todas sus energías, muriendo extenuado poco más tarde. Pan Ku aspiraba a crear un mundo bello y resplandeciente donde coexistieran el sol y la luna, las montañas y los ríos y todas las especies, pero murió sin poder plasmar tan grandioso objetivo. Sin embargo, en el momento mismo de morir, su cuerpo sufrió una metamorfosis repentina, dando origen a todo lo que nos rodea: De su aliento nacieron el viento primaveral y las nubes que nutrían a los seres; su voz se convirtió en el trueno ensordecedor. Su ojo izquierdo se transformó en el sol brillante y el derecho, en la hermosa luna; su barba y sus cabellos dieron origen a las incontables estrellas. Sus cuatro extremidades y el tronco dieron principio a los cuatro puntos cardinales y a las cinco grandes montañas sagradas. De su sangre brotaron enormes y tumultuosos ríos y sus tendones se transmutaron en amplios caminos dispuestos en todas direcciones. Sus músculos se convirtieron en fértiles tierras y sus dientes, huesos y la médula de éstos, en el blanco jade y en las infinitas reservas minerales. El fruto de sus vellos fueron las plantas, la hierba y los árboles y el de su sudor, la lluvia y el rocío. Todo lo que existe, pues, procede de Pan Ku. © Miraguano Ediciones Hermosilla, 104,28009 Madrid.

Popular

Más reciente