19/05/2024

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La caligrafía china, mezcla de filosofía y esparcimiento - Por Ann Te-mei Chung

26/11/1984
Desde épocas remotas, los chinos han considerado que la práctica de la caligrafía puede ayudar a cambiar el temperamento y a desarrollar la paciencia de una persona. La mayoría de intelectuales estaban firmemente convencidos de que el tener un magistral estilo de escritura era señal también de poseer un corazón integro. A los niños se les pedía aprender caligrafía desde una edad muy temprana. Sin embargo, si bien practicaban la caligrafía no era precisamente para llegar a ser grandes maestros en la misma, sino más que nada con la creencia de que a través de ella podrían cultivar la mente. De acuerdo con datos antiguos, el pincel se inventó antes del siglo V a. C., por lo que en sus inicios la caligrafía era grabada sobre lápidas de piedra, troncos de bambú y piedras provenientes de las montañas. Luego de que Tsai Lun (l05 d. C.) inventó el papel, durante la dinastía Han, la caligrafía fue usada para el registro de eventos, documentos oficiales, anuncios y cartas personales. Los grandes logros de la literatura china pueden ser atribuidos en parte al papel desempeñado por la caligrafía china, que preservó para las futuras generaciones, en forma por demás elegante, las obras maestras de la literatura. Grace Y. Y. Tung, una de las más eminentes calígrafas de Taiwan considera que el sistema de escritura china, formado por líneas horizontales y verticales, puntos, líneas curvas y trazos de pincel, tenían originalmente su propia e inherente belleza, la cual ha sido ampliamente desarrollada por la manipulación de pinceladas grandes y gruesas para reflejar el mayor sentido estético. Además, la amplia variedad de estilos de caligrafía: clerical, sellado y corriente, le agregan calidad estética a la escritura. Estos estilos pueden reconocerse relativamente con poco esfuerzo. Por ejemplo, el estilo "corriente" es escrito con todas las pinceladas en la misma dirección, representando así un tipo de caligrafía "cursiva". Los instrumentos de un calígrafo son llamados Wen Fang Chiu Pao ("los cuatros tesoros de estudio"), que consisten de un pincel para escribir, un tintero de piedra, una barra de tinta y papel para escribir. El pincel influencia especialmente el movimiento de la pluma; por lo general es hecho de pelo seleccionado de conejo, chivo, lobo y cerdo, empleando métodos tradicionales. La suavidad y sensibilidad del pincel es lo que hace posible escribir cada línea y cada pincelada exactamente en donde uno lo intente. Pero una vez los caracteres son escritos sobre el papel, estos no pueden ser alterados, por lo que es necesario volverlos a escribir en otra hoja. "Esa es la razón por la cual se necesita mucha concentración y la disposición mental de los caracteres antes de empezar el trabajo", explica Tung. Muchos maestros de la caligrafía podrían inspirarse en la naturaleza. Por lo general los textos son poemas, proverbios o pasajes de un ensayo clásico. En la fase de práctica, uno podría pasar entre quince a veinte años tratando de trazar los caracteres impresos en rojo sobre una hoja e imitando los escritos de los maestros de la caligrafía. Las obras maestras de varios grandes calígrafos, como Yen Chen-chi y Liu Kung-chuan, en los siglos VIII y IX y de Wang Hsi-chi de la dinastía Tsin (265-420 d. C.), son los modelos favoritos para los principiantes. Para poder evaluar una pieza de caligrafía es necesaria la observación de varias características: la calidad poética, la disposición, la composición, la originalidad y "la fuerza". El principio abstracto de "percibirla espontáneamente y no a través de ninguna explicación" constituye una buena guía para apreciar la caligrafía china. Los chinos consideran que una obra de arte debe ser "vista" más que con los ojos, con "el corazón". La caligrafía china tiene una historia de más de tres mil años. Aunque los chinos modernos usen bolígrafos y lápices como substitutos de los pinceles para escribir, los alumnos de la escuela secundaria elemental e intermedia en Taiwan tienen incluso que practicar caligrafía como parte esencial de sus estudios y existen muchas personas que mantienen y promueven con diligencia este arte tradicional.

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