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El Maestro Chang dejó un recuerdo imperecedero - por Julia Sun

16/04/1983
Hace sólo tres meses uno de los pintores más famosos de China, Chang Dai-chien, prometió continuar su trabajo creativo al presentar una exhibición de sus obras en el Museo Nacional de Historia de Taipei. Sin embargo, el 2 de abril, Chang, considerado como el Picasso del arte chino, falleció de una enfermedad del corazón a los 84 años de edad. Chang Dai-chien, cuyo nombre verdadero era Chang Yuan, nació en 1894 en la provincia de Szechuan, y se convirtió en un destacado artista cuando tenía algo más de 20 años. Uno de los momentos culminantes de su carrera fue el encuentro que en 1956 mantuvo con Picasso, cuando el maestro chino visitó Francia. "Dai-chien" es el nombre que recibió el pintor durante su permanencia en un monasterio budista cuando tenía 20 años. Aunque sólo estuvo 100 días en el monasterio, se vinculó a este nombre, que se traduce por "transición." Cuando era joven, Chang imitó las obras de destacados pintores de las dinastías Sung y Yuan, y más tarde, las pinturas de Shih Tao, uno de los más grandes artistas de la dinastía Ching, cuyas obras son muy apreciadas, sobre todo, por coleccionistas internacionales. Se cree que más de la mitad de las pinturas que figuran en un álbum sobre las obras de Shih Tao publicado en el Japón han sido realizadas por Chang. Chang dijo, en cierta ocasión, que su carrera artística podría dividirse en tres etapas: el período de imitación, el de reproducción de la vida, y finalmente el de desarrollo de su estilo personal. Tras su etapa de imitación, Chang comenzó a pintar directamente de la vida cuando pasó dos años y medio en las cuevas de Tunghwang; e inició el desarrollo de su propio estilo cuando residía en el Brasil hace 30 años. Chang se hizo un nombre como artista a los 25 años, cuando le admitieron en un círculo de arte. El joven Chang siempre buscaba nuevos enfoques para su estilo, y sus viajes por toda China le proporcionaba abundante inspiración para sus pinturas de paisajes, en las que capturó la sublime serenidad del campo chino. Chang pasó la Segunda Guerra Mundial en las cuevas de Tunghwang, reproduciendo las escrituras, pinturas y estatuas budistas conservadas en ese "museo" vivo de la provincia de Kansu. El maestro Chang fue el primero y el único en emprender la gran tarea de introducir sistemáticamente al mundo el arte budista. Las 276 pinturas que terminó en las cuevas de Tunghwang forman ahora una valiosa colección expuesta en una sala especial del Museo Nacional de Palacio de Taipei. Siendo él mismo un entusiasta coleccionista, Chang dedicó grandes sumas de dinero a la adquisición de obras de los viejos maestros chinos. Antes de establecerse en 1976 en Waishuanghsi, una zona de las afueras de la ciudad de Taipei, Chang viajó extensamente por el extranjero. Tras la caída de China Continental en manos de los comunistas chinos en l 949, Chang se trasladó a la India. De allí, pasó a la Argentina, vía Hong Kong y Japón, y más tarde vivió en el Brasil durante 17 años. Cuando Brasil reconoció en 1970 al régimen de China Comunista, Chang, como protesta, dejó su casa de Sao Paulo, y cambió su residencia a San Francisco, California. Durante sus seis años en la costa occidental de los Estados Unidos, su casa y jardín de estilo chino se convirtieron en una atracción para los artistas de todo el mundo. La larga barba de Chang y su tradicional túnica china eran, desde su juventud, parte de sus características personales. También era conocido como un experto en la cocina china, y con frecuencia agasajaba a sus invitados con sus habilidades culinarias. En 1981, Chang emprendió el mayor desafío de sus años dorados al pintar un inmenso cuadro titulado "Panorama de Lushan," considerado como una de sus mejores obras maestras. Antes de empezar la obra, Chang consultó un gran número de documentos y libros geográficos. Aunque ha dicho modestamente, que esta pintura es un resultado de su "pelea en el aire." En la obra, se pueden identificar los famosos lugares escénicos de Los Cinco Picos Viejos, La Charca del Dragón Amarillo, La Garganta del Jade Azul y los grandes y pequeños montes solitarios. Hace dos años, la empeorada salud de Chang redujo sus largas horas de trabajo. Su ojo derecho ha ido perdiendo visión desde hace 20 años, y últimamente sufrió diabetes y tuvo que recibir terapia física para combatir sus problemas cardiovasculares. Las pinturas de Chang son muy apreciadas en los círculos artísticos internacionales. Selecciones del Reader's Digest adquirió recientemente un juego de seis pinturas de lotos por la elevada suma de US$ 140.000, y la oferta más alta por una de sus obras, realizada en una subasta internacional, ascendió a US$130.000. En su testamento, Chang dividió su propiedad en tres partes: sus pinturas, su colección de antigüedades y de obras de artesanía, y su residencia de Waishuanghsi llamada Mo Yeh. Chang dejó las pinturas a sus familiares, sus colecciones al Museo Nacional de Palacio para su exposición y su residencia al Gobierno para que sea administrada por organizaciones culturales y artísticas. Según se ha sabido, el Gobierno está planeando convertirla en un museo sobre Chang Dai-chien.

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