06/05/2024

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Un artista italiano en la corte china - por Bernardo Acevedo S.J.

26/04/1983
José Castiglione,juntamente con el P. Mateo Ricci, cuyo cuarto centenario estamos celebrando, es uno de los grandes hombres que hicieron comprensible la doctrina cristiana en la ya altamente civilizada Nación China. Hasta la entrada del sabio y bondadoso ;Ricci, China no conocía más extranjeros que los mercaderes que venían a este país exclusivamente con motivos de lucro y a quienes las fronteras les estaban severísimamente cerradas. El contacto que había era meramente comercial y más o menos disimulado. Pero el gran logro de Ricci se realizó a través de aquellas ramas de la ciencia que él dominaba y que aún eran muy imperfectamente conocidas en China. Al morir el gran sabio había dejado un gran sabor de la religión católica en el ambiente y antes de dejar este mundo soñó con que alguien pudiera en seguida seguir por el camino que él acababa de abrir. Uno de los que entró por este camino ganándose también el aprecio de los mismos emperadores fue el jesuita italiano Hermano José Castiglione, nacido en Milán. A los 19 años entró en la Compañía de Jesús y ya era un pintor de grandes esperanzas para los maestros de esa época. Como los superiores necesitaban un hombre tal para seguir los caminos de Ricci, fue destinado a la evangelización de China. Gracias a su arte y sus otras muchas capacidades artísticas entró, como quien dice, por la puerta principal de los emperadores. Los chinos eran aficionadísimos a la pintura pero no eran maestros en el arte del claroscuro ni de la profundidad y perspectiva combinadas. Castiglione fue lo suficientemente inteligente para tomar por base la habilidad china para la pintura- el mero hecho de saber escribir caracteres perfectos supone una gran habilidad de pintor- en introducir los adelantos y concepción de la pintura occidental. Como pintor, se destaca por sus cuadros de figuras humanas, flores, pájaros y sobre todo, de caballos. En el Museo Nacional de Palacio de Taipei, de merecida fama mundial, hay preciosos cuadros pintados por Lang Shih-min, que tal fue su nombre chino. Por ejemplo el famoso cuadro de los cien caballos, que de cuando en cuando vemos expuesto, es una de las obras maestras por las cuales es bien conocido por todos los amantes del arte. Pero Castiglione fue un artista multiforme, verdadero genio: escultor, arquitecto, decorador... Para no mencionar sino la arquitectura, el emperador Ch'ien Lung le encargó la reconstrucción del Palacio de Verano lo cual él, en compañía de otro jesuita, Miguel Benoist, logró hacer con tal profusión y maestría que vino a resultar una especie de Versalles con pabellones, jardines, puentes artísticos de estilo chino, lagos, fuentes, laberintos, empleando madera, mayólica, mármol y bronce en una mezcla de arte occidental y oriental. Aunque Castiglione era un gran artista y no un sacerdote ; su mayor empeño fue tratar, valiéndose de su capacidad, de dar a conocer entre los chinos y hacerles amar la doctrina de Cristo. Los emperadores de China lo estimaron en mucho y gracias a esta amistad favorecieron o toleraron la predicación del evangelio y aun protegieron su propagación contra los ataques de inferiores envidiosos. El emperador Ch'ien Lung llegó a manifestarle tanta estima que lo nombró 'mandarín ad honorem' realizando con tal motivo una gran fiesta en la Corte. Castiglione vivió por espacio de cincuenta años en China dejando una estela imborrable en la historia del arte y también en el corazón de los chinos.

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