03/05/2024

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La habilidad del bordado en manos expertas se convierte en arte - Eduardo Patricio Reyna

16/05/1983
El arte del bordado en China hace aparecer visiones de dragones de ojos salvajes emergiendo de grandes nubes, realzados sobre mantos de seda de la corte. Es un arte que por mucho tiempo ha sido tradicional. Sin embargo, Yang Shiu-chih, de 35 años, con la aguja como pluma, hilo de bordado como pigmentos y tela como papel, ha dado un nuevo giro al antiguo arte folklórico, con "pinturas" bordadas. Al entrar a la residencia de la Sra. Yang en la calle Yung-kang, los visitantes son atraídos inmediatamente por una completa colección de pinturas de China y de Occidente, de variados tamaños y enormes pergaminos caligráficos, trabajos de maestros bien conocidos. Pero una mirada cercana revela que todos estos tesoros son imitaciones en bordado. Las Flores de Loto, por el recientemente "fallecido Chang Dai-chien, Las Cataratas, por Huang Chun-bi, Las Espigadoras, por Jean Francois Millet y Vida Apacible, por Paul Cezanne, evocan los trabajos originales a los cuales la artista Yang les ha agregado su propia creatividad y sentimiento. La artista Yang, casada recientemente, contó de su largo viaje artístico y matrimonial. Nacida de una pobre familia en Fengyuan, en Taiwan central, fue adoptada, a solo 30 días de nacida, por una familia de Houli, un municipio cerca de la ciudad de Taichung. Fue creciendo bajo la simpatía de los adultos, pero con las burlas de los niños por su adopción. Luego de fracasar en su trabajo escolar, abandonó la escuela a la edad de 14 años. En ese tiempo para una joven muchacha que abandonara la escuela, el único futuro posible estaba en aprender un oficio especial que le permitiera defenderse por sí misma. Escogió la profesión de modista y de bordadora a máquina, abriendo más tarde un pequeño negocio, especializándose en el bordado de vestidos ceremoniales y de números sobre uniformes escolares. Cuando tenía 17 años, su madre le pidió un día que bordara El Pa Hsien (Los Ocho Inmortales), sobre una pieza de satin rojo, para colgarlo en el dintel de la puerta de entrada, en la celebración del casamiento de un hermano mayor. Como Yang no tenía la menor idea de como hacer estas figuras, fue con su maestra de bordado para solicitarle ayuda, pero no la obtuvo. Buscando por sí sola, cada mañana iba a un templo cercano dedicado al Dios de la Tierra, para estudiar las actitudes y expresiones de su concreto Pa Hsien; luego volvió a copiar sus observaciones del día sobre el satín rojo. Prestó inmensa atención a su tarea, olvidando a veces comer y dormir. Ella soñaba acerca de los trajes para estas figuras en parte real y en parte legendaria, de la historia folklórica de China. Su animado Pa Hsien bordado fue ampliamete elogiado por los invitados al casamiento. Esta experiencia despertó en ella un profundo interés en las posibilidades del bordado. Después de un corto período de amplio estudio, finalmente llegó a la conclusion de que el conocimiento fundamental y las habilidades para pintar eran indispensables para cualquier expansión de sus capacidades. Estudió pintura de maestros tales como Yu Chung-lin, Huang Chun-bi y otros, pero aunque varios de sus profesores desearon cultivarla como una pintora, ella tuvo la determinación de perfeccionarse en el bordado como la meta de su carrera. Una máquina de coser y bordar telas de colores vivos y madejas de hilos de seda eran los requisitos para su trabajo. Partiendo de una "pintura" china de una belleza clásica, elaboró el procedimiento para lograrlo. Generalmente, dice, todos sus bordados han sido parte de cuatro procesos. Primero ella pinta un ligero esbozo sobre la tela. Luego borda el contorno. Luego, las madejas de colores preparadas para puntadas adecuadas, son apiladas capa por capa. Finalmente el pulido y el embellecimiento ayudan a alcanzar los fines deseados. La pintora Yang asentó: "Durante las difíciles etapas porque yo estaba probando alcanzar la más refinada presentación de colores y de puntadas, aun mis sueños estaban puestos en ello. Después de los resultados finales y constantes mejoras, yo obtuve encantadores resultados. Cada parte del proceso de bordado, lleva tiempo -de varias horas a varias semanas. Interés, talento, paciencia y concentración son cruciales para obtener todos los cambios de la destreza que completa los requisitos tradicionales filosóficos chinos para la calma, tranquilidad y la consecución del fin deseado. La Sra. Yang se refiere a su trabajo como "flor de ciruelo en bordado" que significa perseverancia y paciencia a todo cambio -igual a la persistencia de la flor del ciruelo en el frío. Yang enseña también a 18 estudiantes, amas de casa en su mayoría, quienes ya poseen destrezas básicas en el bordado. Yang les dice a ellas: "si ustedes quiere aprender desde el punto de vista de la actitud ordinaria que ustedes aplican a aprender otras habilidades manuales, ustedes estarán subiéndose a un árbol para atrapar peces- nada resultará, excepto que la desilución, gradualmente, las convencerá para abandonarlo todo." ¿Cuáles son las principales diferencias entre sus imitaciones y las verdaderas obras de arte? Yang medita por un momento, "Es igual a tocar la misma melodía en diferentes instrumentos. La melodía es la misma, pero el timbre y las técnicas para cada instrumento, hacen la entera composición fresca, mostrando penetración de nuevos toques en cada ejecución. En el bordado, como en cualquier otro arte, la visión personal del artista puede ser mostrada." En 1977, el Museo National de Historia exhibió sus obras, las cuales fueron posteriormente enviadas a corea, Japón y los Estados Unidos para ser exhibidas. En el verano de 1980, participó en un Grupo Cristiano de Artistas Visitantes, exhibiendo sus obras en ciertos países de América y Europa. Los espectadores se quedaron maravillados de la delicadeza de detalles en los bordados. "Muchas cosas inesperadas pasaron en dicho viaje," dijo ella. Se extrañó cuando al entrar a Canadá, proveniente de los Estados Unidos, sin haber solicitado visa de entrada previamente, el inspector de migración le dio voluntariamente, una garantía. Luego, en varias ocasiones públicas, fue obligada a tocar el cheng, un instrumento musical chino, aunque ella en ese tiempo era una principiante en dicho campo. Desde su pequeño taller de bordado en el campo, Yang ha cultivado un arte sin fronteras, el cual espera no dejar de realizar.

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