03/05/2024

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TAIWAN "LA ISLA AMABLE" - Por Eduardo Patricio Reyna

26/06/1983
Cuando se estudian las civilizaciones occidentales, generalmente se suele decir que si bien los romanos conquistaron a los griegos por la fuena de sus armas, estos a su vez, conquistaron a los romanos por la solidez de su cultura. Un caso parecido lo tenemos en el Oriente, en donde, cuando los chinos fueron conquistados por los mongoles y los manchúes, dominándolos políticamente,estos a su vez fueron conquistados culturalmente por ellos. En efecto, por todos es sabido que si alguna característica predomina entre los chinos, es precisamente la que se refiere a su buena educación; tradicionalmente han sido reconocidos como un pueblo muy cortés, siendo por naturaleza, considerados y atentos con los sentimientos de los demás; de ahí que el pueblo chino es cortés porque,viviendo una vida de corazón, todos conocen sus propios sentimientos y por eso son capaces de demostrar consideración por los sentimientos de los demás. Por lo general, la cortesía del pueblo chino, si bien es elaborada, como la de los japoneses, es agradable, porque es una cortesía que viene desde el fondo del corazón, no es una cosa aprendida como necesaria en las relaciones sociales. Cuando se visita un país, pueden conocerse por ejemplo, diversos lugares turísticos o centros de interés, asistir a presenciar variados espectáculos, escuchar música diferente, apreciar trajes diferentes, comer, incluso comida diferente, pero, en la mayoría de los casos, aun cuando se trate de países en donde se habla el mismo idioma, ocurre que sus habitantes, sea por lo agitado de la vida, por desconfianza o hasta por indiferencia, no siempre resultan ser estas personas todo lo amable que pudiéramos esperar. Sin embargo, en Taipei, capital de Taiwan, República de China, no ocurre esto; por el contrario, por dondequiera que uno vaya, encontrará a su paso rostros sonrientes de personas que indudablemente le harán más agradable su estancia en dicho país y en donde lo verán, más que como a un extranjero, como a un amigo, aúnque uno ignore el mandarín o el taiwanés que constituyen el idioma y el dialecto predominantes. La amabilidad y cortesía de los habitantes de Taiwan, son proverbiales; de ahí que no le extrañe que, al entrar por ejemplo a un negocio, si no sabe el precio de un artículo, sin duda alguna, el vendedor, aunque sea por señas, se lo dirá y si le pregunta usted algo a alguien en su propio idioma y no le entiende, tenga por seguro que por lo menos se lo expresará a través de una amable sonrisa. Pero, si por el contrario usted logra hacerse entender por ellos y les pregunta por ejemplo, por una dirección, hasta es posible que ellos mismos lo lleven hasta ese lugar. Hasta ese extremo llega la amabilidad y cortesía hacia los extranjeros, por lo que ambas no conocen límites. En Taiwan, nadie deberá preocuparse porque lo vean como "algo raro", pues es tal la cantidad de gente, que lo más seguro es que un extranjero casi pasará desapercibido y si de vez en cuando lo observan, jamás será en forma inquisitiva, ni mucho menos despectiva y en cambio, es común que lo saluden con una amable sonrisa. Si de repente encuentra un extranjero a un niño o a un grupo de niños, de edad preescolar, lo más seguro es que lo saluden con un cariñoso ¡Hello! proveniente de sus graciosos y también sonrientes y pequeños rostros: carita blanca, pelo negro, casi siempre liso y ojitos almendrados ¡Los niños chinos son sencillamente preciosos! Tampoco suele ocurrir en Taiwan que por ser Ud. extranjero, le cobren más de la cuenta cuando compra algo, pensando que Ud., por ser extranjero, posee mucho dinero; definitivamente, no; incluso, en cuanto a ir de compras se refiere, tendrá la ventaja de poder hacerlo no sólo todos los días de la semana, puesto que el comercio no sólo no cierra los fines de semana, sino que también se puede comprar hasta las diez de la noche que es la hora en que suelen cerrar. Así son los chinos: trabajan incansablemente y difícilmente Ud. verá sin embargo, un rostro enojado debido quizás al cansancio producido por las arduas y largas horas de trabajo; ¡no! , puesto que el amor por el trabajo constituye también otro rasgo característico de los chinos. Un viaje a la República de China, de cualquier modo, siempre habrá de constituir una experiencia por demás fascinante e indudablemente la impresión que cualquier extranjero podría llevarse de los habitantes de la Isla, es de que, además de ser un pueblo trabajador y amante de la libertad y del progreso, son, por encima de todo, un pueblo amistoso y amable y que tanto al recibir al extranjero, como al despedirlo, siempre lo harán con una espontánea sonrisa en los labios. De ahí entonces que al regresar a su respectivo país, no será raro que usted, a la consabida pregunta de: ¿Qué fue lo que más le impresionó de China? Usted responda firmemente convencido: la gente, por lo cortés y amable, por lo que no sería entonces exagerado afirmar que Taiwan, además de "Isla Hermosa" como la consideraron los marineros portugueses que la descubrieron cuando la vieron por primera vez, es también la "Isla Amable".

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