Taiwan Today

El 28 de septiembre de cada año, una ceremonia algo extraña, pero siempre bella, es realizada en el Templo de Confucio en Taipei y en otros seis santuarios de Confucio en la isla. Dicha ceremonia rinde homenaje a la quizás única persona china conocida a través de todo el mundo, no obstante haber vivido hace más de 2.000 años. Confucio, nació, según se tiene noticia, el 28 de septiembre del año 551 A. C. y falleció a los 72 años, después de una fructífera vida de enseñanza e instrucción. Sus palabras han tenido sentido para muchas generaciones de chinos a través de todos los tiempos, tanto que su nombre ha sido casi considerado como sagrado. Por eso, incontables monumentos conmemorativos y templos han sido construidos en su honor. En realidad, la palabra "templo" es inapropiada. Confucio nunca fue deificado, aunque los numerosos edificios a su memoria dan la impresión de templos. Invariablemente, uno podría sentirse desilusionado al descubrir que allí dentro no hay nada, salvo unas pocas lápidas con letras grabadas en oro con el nombre Kung, seguido por Fu-tze, que quiere decir "el sabio" inscritos debajo de los caracteres chinos: "señor maestro". Confucio es su nombre latinizado o romanizado, inventado, según se cree, por algún misionero desconocido. Fijada convenientemente a una fecha no variable de septiembre, al contrario de la mayor parte de las fiestas públicas chinas que varían de acuerdo al calendario lunar, el ritual de este templo es una de las pocas ceremonias antiguas que el hombre moderno puede presenciar. Si uno se inclina a pensar que la música de la ópera china es extraña, debe entonces, escuchar la música de Confucio que suena realmente como lo fue en sus orígenes hace más de 2.000 años. El estruendo de inmensos tambores, el fragor de los címbalos, el silbido de las flautas y el rasgueo de las cítaras se escuchan cuando los niños entonan una bendición que suena como un canto gregoriano oriental. Otre grupo de 30 niños vestidos al estilo de la Dinastía Ming, con mantos imperiales amarillos, blandiendo una larga pluma de faisán en una mano y una corta vara de bambú en la otra. El simbolismo de esta danza probablemente escapa a la mayoría de los espectadores quiene expresan su admiración y apreciación por el solemne servicio de cumpleaños y están contentos por lo que han visto, no obstante haber tenido que levantarse con la aurora, para poder estar allí a las 5:30 de la mañana. Cientos de visitantes reunidos en el limitado espacio del templo, la mitad de ellos occidentales y turistas, se impresionan por lo deslumbrante de la ceremonia. Los celebrantes oficiales en mantos púrpura caminan hacia atrás y hacia adelante en el patio del templo, al ritmo del redoble de un tambor. Se inclinan haciendo una reverencia y queman incienso cuando las puertas rojas de madera china se abren para darle la bienvenida al espíritu del señor maestro. Estas puertas permanecen cerradas todo el año, excepto este día, para conmemorar esta ceremonia anual. Ritos similares se realizaron a través de toda la isla de Taiwan, en los otros monumentos conmemorativos a Confucio y se disfrutó de un feriado nacional por parte de 18 millones de personas, especialmente estudiantes y profesores. Los maestros modelo o sobresalientes fueron homenajeados y premiados por su buena labor en las clases y el Ministro de Educación les ofreció una fiesta en su honor. En Nueva York, fue desvelada una estatua de Confucio de tamaño natural sobre una base de mármol, en frente de la Plaza de Confucio en el Barrio Chino, para conmemorar el 2533 aniversario de su nacimiento. En Panamá, los chinos de ultramar residentes allí, conmemoraron dicha fecha con una reunión realizada el 28 de septiembre por la noche. En Brasil, el director del Centro Comercial del Lejano Oriente, Su Ping-chao, en Sao Paulo, junto con su esposa, fueron los anfitriones de una cena en el Restaurante Loon Foon en honor de los alumnos y profesores chinos. En Perú, la escuela Diez de Octubre de Lima, realizó una ceremonia conmemorativa en homenaje a Confucio, el día del aniversario de su nacimiento. En Bangkok, más de 400 profesores chinos de ultramar en Tailandia, asistieron a una cena para conmemorar el natalicio del más grande sabio chino.