Taiwan Today

Wang Hsueh-cheng, el último piloto buscador de libertad de China Continental, fue ascendido, en días pasados, al grado de mayor de la Fuerza Aérea de la República de China; en dicha ceremonia también se le concedió la recompensa de 3.000 taeles de oro (US$1,3 millones). Anteriormente, el mayor Wang, en conferencia de prensa ofrecida el 23 de noviembre, anunció una "declaración" y el preludio de una confesión de 20.000 caracteres, la cual, según su propia afirmación, es el anhelo común de las jóvenes generaciones así como de todos los demás compatriotas de China Continental. En dicha oportunidad, describió su peregrinación hacia el mundo libre, así como las torturas físicas y mentales que sufrió en el Continente. Enfatizó en su declaración que su deserción había obedecido a "un arranque de sufrimiento y de cólera acumulados desde hacía mucho tiempo" y nunca creyó que podría lograrlo. Agregó también que la misma no fue producida sino como "un resultado de la inhumanidad e injusticia" del régimen comunista chino que ha destrozado los sentimientos positivos del pueblo que vive en el Continente. Antes de presentar las dos partes de su testimonio tituladas "Anegación y Deterioro" y "Sufriendo las Injusticias", el mayor Wang mostró a los periodistas las copias manuscritas de su testimonio, el cual empezó a escribir cuando vivía en el Continente, para desmentir los rumores creados a partir de su llegada a nuestro país de que dicho testimonio fue escrito por otra persona. En "Anegación y Deterioro", trazó el aumento del culto rendido a Mao, el cual, supuestamente fue un intento de presentar la férula de opresión y explotación que China sufrió bajo el feudalismo y los poderes extranjeros, pero que en realidad, se trocó en la forma más cruel de tiranía que China jamás ha conocido. En la tercera parte de su testimonio, "Sufriendo las injusticias", Wang se pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Cuál es el propósito? ¿Cuál es la meta? Cientos de miles de almas quemándose en el infierno, ¿para qué? ¿Es para eso que nos hemos estado sacrificando, trabajando y esforzándo, incluso arriesgando nuestras vidas? ¡Mao!, mira por favor a tu alrededor, la cantidad de sangre derramada y los miles de cadáveres, todo por tu culpa. Puedes decirnos ¿qué hemos ganado con todo esto? A pesar de todo lo que se sabe y se ha aprendido sobre la trágica historia del comunismo en China Continental, nada ha cambiado; a pesar de que Mao ya ha fallecido, el sistema no ha cambiado y tal parece que a pesar de muerto, continúa gobernando cielos y tierra, expresó Wan para finalizar.