La gloria y el resplandor del Doble Diez brillan siempre en los corazones y en los ojos de cada chino. El 10 de octubre de 1911, fue un momento crucial en el destino de la nación china. Fue también el gran nacimiento de la República de China. Será siempre un día de celebración, felicidad y júbilo para nuestros compatriotas dentro y fuera del país.
La República de China está fundada en los Tres Principios del Pueblo del Dr. Sun Yat-sen (Nacionalismo, Democracia y Bienestar Social) y está siendo desarrollada según estos tres Principios. Durante los últimos 70 años de amarga lucha, nuestros mártires han sacrificado sus vidas y nuestros camaradas han derramado su sangre. Ellos han tenido un propósito: vencer todos los obstáculos para llevar a cabo los Tres Principios por toda la nación asegurando de esta manera la gran armonía del pueblo. La historia de los últimos 70 años ha demostrado que únicamente los Tres Principios del Pueblo pueden hacer que China sea rica y fuerte y asegurar la paz mundial. Aunque la insurrección Comunista no ha sido mitigada aún, la experiencia de todos estos años ha probado que el Comunismo seguramente será convertido en cenizas y será repudiado con el transcurso de la historia. Mientras nuestros compatriotas confíen en ellos mismos y avancen con coraje, los años 80 seguramente serán la era de la reunificación china bajo el estandarte de los Tres Principios del Pueblo.
En su discurso de posesión como presidente provisional en el primer día de la República de China, el Dr. Sun Yat-sen dijo: "Todos los revolucionarios deben contar con su espíritu sincero y puro para vencer las dificultades que puedan enfrentar. Aún si las dificultades fueran mayores que las que ya conocemos, consolidaremos aún más la base de la República de China mientras mantengamos este espíritu y avancemos sin ceder." En sus comentarios en el primer servicio conmemorativo semanal en honor a nuestro Padre Fundador en 1951, el Presidente Chiang Kai-shek dijo: "Desde el principio hasta el final, estamos convencidos que no importa cómo pueda cambiar la situación mundial, la victoria final, indudablemente, está siempre a nuestro alcance, porque la justicia y la rectitud están siempre de nuestra parte. Esto es innegable porque nuestros Tres Principios del Pueblo pueden vencer a cualquier adversario." Con la previsión e inspiración de estos grandes dirigentes, ni siquiera las más terribles dificultades y cambios pueden desviarnos de la meta de los Tres Principios del Pueblo mientras avancemos protegidos con sinceridad y pureza de espíritu.
La reunificación de China bajo el estandarte de los Tres Principios del Pueblo es la intención unánime de todos los chinos tanto en el país como en el exterior. También es nuestro deber para los años 80. Ahora que el momento para la libertad y en contra de la tiranía lanzado por nuestros compatriotas en el continente chino se está agitando con fuerza, debemos transformar este deseo en una acción positiva. Debemos convocar a todo el pueblo en general para que se una a este movimiento. Debemos consolidar nuestra solidaridad con nuestra fuerte voluntad y reunir a todas nuestras fuerzas dentro y fuera del país con optimismo y confianza para así proyectar profundamente dentro del continente nuestro formidable y arrollador movimiento anticomunista, destruir el régimen comunista y erradicar el sistema comunista de un golpe. Este es el momento en el cual la vida de libertad, democracia y felicidad puede ser restaurada a nuestro pueblo y una nueva China de paz y riqueza equitativa puede ser establecida.
Unámonos bajo nuestra bandera nacional del cielo azul, el sol blanco y la tierra roja para continuar nuestra gran empresa del anticomunismo y la recuperación nacional -con un solo corazón y una sola mente, desde el principio hasta el fin. Aclamemos, también, el firme establecimiento de la República de China en nuestro territorio:
¡Vivan los Tres Principios del Pueblo!
¡Viva la República de China!