Taiwan Today

El segundo Festival Internacional de Arte llevado a cabo en la República de China desde el 13 de febrero hasta mediados de marzo, abrió nuevas dimensiones en la apreciación tanto de la cultura china como de la occidental. La denominada "Noche de la tradición china", en el Edificio Memorial de Sun Yat-sen, en Taipei, constituyó el inicio de las presentaciones de artistas nacionales y extranjeros en los principales centros de Taiwan. "El programa fue un éxito y una nueva experiencia. Este buen comienzo servirá para que se continúe con la preservación del arte chino y el descubrimiento de más artistas", señaló un destacado crítico luego de la noche de apertura. Pero, no solamente los representantes artísticos de China merecieron elogios. 25 grupos y artistas individuales de Asia, Europa y Norteamérica tomaron parte en programas realizados en Taichung, Tainan, Kaohsiung, Hsinchu y Taipei, ganando el merecido aplauso de los espectadores. De los Estados U nidos vinieron a Taiwan el famoso Ballet de Los Angeles y la soprano Elinor Ross, del Metropolitan Opera House de Nueva York. Por Europa tomaron parte Boris Belkín, de Francia, quien dio recitales de violín en Taipei y Kaohsiung; André van Driessche, de Bélgica, destacado intérprete del cuerno; los italianos Francesco Biraghi, guitarrista, y Fernando Antonelli, violinista; el conjunto instrumental de Andrée Colsón, de Francia y el violoncelista Pierre Fournier, también de Francia. En representación del Japón participaron en el Festival Etsko Tazaki, pianista y el mimo Yass Hakoshima, mientras que Filipinas estuvo representada por la Compañía de Danza Bayanihan. Los participantes chinos incluyeron a Cheng Ming, de Hong Kong, quien interpretó canciones folclóricas; la cantatriz de ópera Yang Li-hua; la soprano Violet Chang y los grupos teatrales locales de Fuchou, Ssuchuan y Funan Hua Ku. La "Noche de la tradición china" fue, realmente, una de las mejores presentaciones, con un programa que incluyó la música de gongs y tambores Chaochou, la ópera Chin, baladas e historias al son del tambor, y las canciones de los aborígenes de la tribu Bunun. La música estilo Chaochou constituye una verdadera tradición en el arte chino y se cree que data de la dinastía Tang, siendo introducida al mundo por el poeta y ensayista Han Yu (768-824 DC). Sus instrumentos rememoran los utilizados por las bandas militares dinásticas. 65 músicos tomaron parte en el espectáculo, tocando instrumentos de cuerda y viento y gongs. La ópera Chin, llamada también ópera con matraca por la inclusión de este instrumento, fue interpretada en muchas provincias chinas hace más de 2.000 años. Desde entonces, su influencia fue asimilada a las canciones folclóricas. Se canta con voz alta y penetrante, pero nunca en falsete. Las historias al son del tambor fueron la principal recreación en Taiwan cuando eran pocas las personas que podían leer o escribir, y servían para recordar a las viejas generaciones por la moralidad que impartían. Las baladas de Soochow constituyen el tipo más importante de las canciones sobre historias tradicionales chinas, y se originaron en el sur de China, pasando luego al norte y llegando a ser muy apreciadas por la corte imperial. La música de la tribu Bunun, en tanto, ha sido objeto de estudio por parte de especialistas. No hay palabras en las canciones; solamente los miembros masculinos tararean en una forma original y armónica. Las canciones folclóricas, como se dijo antes, estuvieron a cargo del barítono Cheng Ming, considerado junto con Chiang Cheng-tao, como el más autorizado intérprete de este tipo de arte. Cheng Ming, personalmente, coleccionó muchas de las piezas populares en el Continente, antes de viajar a Hong Kong en 1974. La ópera de Taiwan o Kua-a-hi fue presentada por primera vez en el Edificio Memorial de Sun Yat-sen, estando el papel principal a cargo de la famosa diva Yang Chi-hua. Se cree que este arte fue desarrollado por un hombre llamado Kua-a-tzo, durante la dinastía Ching. Los instrumentos que se utilizan principalmente son el ta ke hsien (violín), el yueh chin (guitarra), el hsiao (pipa) y el ti (flauta). La popularidad de la ópera taiwanesa llegó a su punto más alto a mediados de la década que se inició en 1930 y luego en 1950. En cuanto a los artistas extranjeros, una de las más populares presentaciones fue la realizada por el Ballet de Los Angeles, cuya gracia y ágiles movimientos cautivaron a la audiencia. Una de las piezas, "Rapsodia en azul", de Gershwin, fue considerada como la mejor de las interpretaciones. Elinor Ross, por su parte, demostró una vez más que sigue siendo una de las grandes intérpretes de Verdi, aunque también se pudo apreciar la calidad de su voz con obras de Puccini, Wagner y Mascagni, con el acompañamiento de la Orquesta Sinfónica de Taiwan dirigida por Helen Quach. En breves declaraciones, Elinor Ross dijo a los periodistas que le había impresionado el entusiasmo del pueblo de la República de China por las obras musicales clásicas. Antes de finalizar, el Festival había asegurado su éxito y algo más: contribuído en gran forma a preservar la antigua cultura y las tradiciones patrias, al tiempo que enseñó al público cómo es el arte musical de Occidente, ese mundo a veces tan lejano de China.