06/05/2024

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Las pintorescas carrozas chinas

26/12/1992
La multitud, congregada en la calle, observa el paso de las ornamentadas carrozas. Los más pequeños han sido encumbrados sobre los hombros de sus padres, para que vean mejor el espectáculo. Y más de algún progenitor orgulloso o el patrocinador de una de las comparsas registra el momento con su cámara fotográfica o de video.

¿Una escena que puede darse en cualquier parte del mundo? ¡Ciertamente! Los carros de flores, triunfales o alegóricos como se les llama en distintos países, son comunes a las celebraciones de diversas culturas. En China no están ausentes y, por supuesto, tienen características especiales.

Para comenzar, en Taiwan existen múltiples oportunidades de verlos: festividades importantes, como el Festival de los Faroles y la celebración nacional del Doble Diez, o fiestas locales en torno al aniversario de algún dios del panteón chino.

"Los y-ko están enraizados en el alma festiva de las masas. Por eso van ganando nueva vida con el pulso de los tiempos", dice la estudiosa de las artes folclóricas, Tsa Hsin-hsin.

Y-ko es, de hecho. el nombre corto de "pabellones artísticos". En un principio, éstos no fueron rodantes. Estaban construidos en lugares específicos y era la gente la que circulaba observando las diversas escenografías. basadas en leyendas o historias poéticas.

Es difícil decir cuándo y a quién se le ocurrió ponerle ruedas a las plataformas, encaramándolas primero sobre carretas tiradas por bueyes y, luego, encima de vehículos con motor. El resultado fue más y más popularidad para las pintorescas procesiones.

Objetivos múltiples

Existen antecedentes de que ya en la Dinastía Sung (960-1280 d.C.) los carros alegóricos formaban parte de las celebraciones masivas.

En el libro Discusiones del pasado y el presente de Taiwan escrito a fines del siglo pasado, se dice que los principales patrocinadores de y-ko eran los comerciantes ricos, deseosos de ganarse el favor de los dioses y, al mismo tiempo, hacer publicidad a sus tiendas y productos.

No faltaron los concursos para determinar cuál era el trabajo mejor logrado. Y, habiendo premios como incentivo, los mercaderes invitaron a intelectuales a participar en el diseño y la construcción. El historiador Lien Ya-tang señala que las "profesiones doradas" de la época inventaban carros con características únicas. Tan especiales eran que incluso se vendía en ellos té, incienso y medicinas.

Como hemos dicho, los temas de las carrozas han sido principalmente leyendas o cuentos folclóricos, especialmente los más conocidos por la gente. De ahí que en ellas siempre esté plasmado el color y la luminosidad de los antiguos edificios y trajes chinos.

Rayos láser

En el último tiempo, no obstante, algunos creadores han optado por temas actuales. Así es como han aparecido y-ko con escenas como "Las diez contrucciones principales" (un programa estatal de obras públicas), "Armstrong en la luna", "El monje Wu Hua lucha fieramente contra Chu Liu-hsiang" y "Las multitudes saludan al presidente Lee Teng-hui".

Otros cambios se han dado en los materiales y la forma de construir los carros. Al principio todo era hecho a mano. Pero hoy se cuenta con mucho más tecnología, aparte de que las carrozas chinas modernas generalmente llevan sonido además de iluminación.

"Hace 40 años, ¿qué recursos teníamos? Sólo pintura y madera. Ahora, los dragones pueden lanzar agua y vapores. Incluso se ponen luces y rayos láser en movimiento. ¡Todas esas máquinas son controladas por computadoras!", dice con entusiasmo Chiu Tung-hsuan, un experimentado constructor de y-ko.

Chiu comenta, además, que para hacer un conjunto merecedor de un premio se debe contar con un presupuesto de al menos 16 mil dólares estadounidenses.

Antaño, la belleza y el arte de una comparsa se medía en torno al principal personaje femenino. La calidad no estaba en la complejidad de la construcción hecha, sino en la apariencia física y la forma de cantar de la protagonista. Hoy, lo más común es que sean niños los que interpreten a los diferentes personajes o éstos sean reemplazados por muñecos.

"La gente cree que los y-ko pueden mantener alejados a los fantasmas y evitar el mal. Al representar un paper, los niños serán ayudados por los dioses y crecerán en paz", dice Huang Wen-po, investigador del tema.

Esto es especialmente notorio en poblados cercanos a templos grandes, como Peikang y Chiali, en el sur de Taiwan, donde la mayoría de los participantes son niños. Los pequeños son seleccionados a través de un concurso, en el que se supone que hay intervención divina.

El "gran día", la misión de los chicos es vestir el atuendo que se les ha señalado y sentarse inmóviles sobre el carro durante toda la procesión. Al llegar la noche, generalmente están exhaustos, pero les ha quedado un recuerdo imborrable de su infancia.

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