La idea surgió cuando estuvieron en Taiwan recientemente los miembros de la delegación azteca a la entrega de los Premios Kinma, que se otorgan a las mejores producciones del séptimo arte, realizadas en China Libre.
Los representantes mexicanos -Alfredo Luis del Río y señora: Ramón Inclán, Pedro Martínez y señara y Alfonso Luis Escalante- se dieron cuenta que en una nación en pleno desarrollo como la República de China y, en especial, en Taipei, una de las más pujantes ciudades de Asia, se exhiben a diario películas procedentes de todas partes del mundo... menos de México. Entonces, propusieron su proyecto: traer películas mexicanas y ganar un nuevo mercado y mayores espectadores.
Sobre el particular, dijeron a NOTICIAS DE LA REPUBLICA DE CHINA:
- La verdad es que el arte no tiene fronteras. Aunque no tenemos relaciones diplomáticas, creemos que nuestros países pueden aprovechar sus diversos medios de comunicación, iniciondo un intercambio de programas radiales, televisivos o cinematográfico, con lo que se logrará un buen acercamiento espiritual y cultural entre nuestros pueblos. Esta vez, como primer paso, hemos traído dos filmes mexicanos -uno de ellos candidatizado para el Oscar-. Esperamos solamente la reacción del público chino.
No hay duda que las costumbres y el lenguaje constituyen grandes barreras, pero si los mexicanos pueden -y les gusta- admirar una cinta china, ¿por qué los chinos no podrían hacer lo mismo con una película mexicana?
Tal vez no les falta razón a estos "manitos": el arte no tiene fronteras, después de todo...