Taiwan Today

Los diferentes museos de la República de China cuentan ahora con novedosas muestras de la cultura autóctona suramericana y, en especial, de la Era Precolombina. Pero esto se debe, en gran parte, al patriotismo de un ciudadano chino de ultramar: Wang Chi-hsiung, residente en Bolivia, quien luego de arduas investigaciones en la propia Cordillera de Los Andes -lo que le ocupó más de cuatro años-logró formar una de las más valiosas colecciones de su tipo en el mundo, para obsequiarla a su país. La historia de Wang es sencilla. Se reduce a indicar que, siendo huérfano y pasando penalidades, tuvo que iniciarse como cocinero, profesión ésta que le llevó a servir como tal en la representación diplomática de la nación en Bolivia. Allí se despertó en él una curiosidad que se convirtió en interés inusitado por la cultura inca y, en general, el antiguo arte de los aborígenes suramericanos. Y como esa parte del mundo tiene, debido a su variedad étnica, un rico folclore que se patentiza en formas muy diversas, el anhelo de Wang se cumplió: llegó a formar una de las más increíbles colecciones de artesanías, pinturas, fósiles y otros objetos precolombinos, algunos de ellos elaborados hace más de 200 millones de años. Wang, perfectamente, hubiera podido enriquecerse de la noche a la mañana vendiendo los artículos a cualquiera de los grandes museos del mundo; sin embargo, prefirió donarlo a su país, ayudando al mismo tiempo a enriquecer en esta forma la vida cultural de millones de sus compatriotas. Este año decidió retornar a su patria y, en una sencilla ceremonia, Wang hizo entrega de su muestra artística al Ministro de Educación, Chu Hwei-sen, quien a su vez ordenó repartir los artefactos típicos en varios museos para su exhibición permanente. Describir las piezas que componen la colección mencionada -más de 200- es más difícil de lo que se pueda suponer. Quizá todo se incluya al decir que son obras significativas de una sociedad realmente madura para la época en que existió. Pero, de todos modos, lo que es más significativo es el papel jugado por Wang: organizar, catalogar y analizar las piedras, prendas, fósiles y adornos, con un trabajo y una voluntad raros de igualar. Alguien ha dicho que, entre los incas, podían encontrarse los más grandes artistas del mundo. Es de creer. Las pinturas, grabados, esculturas y trabajos de orfebrería son, en verdad, un concepto diferente del arte. Y para nosotros, en la República de China, algo nuevo que, en cierta forma, nos acerca un poco más a Suarmérica. Todo gracias al interés y patriotismo de Wang Chi-hsiung.