29/04/2024

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Dichos Populares: CH'I JEN YU TIEN: Hombre de Ch'i Temeroso del Cielo

26/01/1978
Vivía en el reino de Ch'i un hombre que se daba el título de filósofo. Se daba corte con sus filosfías y le gustaba que los demás lo consideraran como hombre de muchos conocimientos. Decía que con sus estudios y meditaciones había adquirido un conocimiento del universo que escapaba al común de los hombres, revelándole a él muchos de sus arcanos. Pasaba largas horas sentado bajo el cielo estrellado, contemplando los misterios del universo y afirmaba que cada vez los penetraba con mayor profundidad. En ocasiones acompañaba su contemplación con algunas estrofas que tarareaba suavemente, como embebido en sus visiones de cosas exaltadas: "Oh bello, bellísimo cielo adornado con estrellas brillantes, como cúpula esplendorosa que hospeda a la humanidad" Aunque a los principios lo había movido en parte la vanidad, el deseo de que el vulgo lo viera como a hombre extraordinario, dotado de una percepción excepcional, poco a poco se dejó atrapar por su propia trampa. Observaba con todo cuidado los fenómenos naturales y después discurría consigo mismo sobre sus significados posibles. Relacionaba una cosa con otra, pero ya en el plano nebuloso de su mente algo enajenada. Si veía una estrella errante dejando su trazo de luz sobre el cielo, decía: "Ah, ah! Ha caído una estrella. Un gran general, o quizás un rey, ha muerto". Una de sus conclusiones sacadas de sus profundos estudios era que cada personaje importante tenía su estrella en el cielo. Deducía de ahí que las estrellas caídas significaban la muerte de esos personajes, pues al desaparecer estos ya no tenían aquellas razón de permanecer en el cielo. Una límpida noche de otoño vió de pronto una estrella fugaz. Gozando con esa vista se disponía a reflexionar sobre su significado, cuando vió otra, y otra. Qué espectáculo tan extraordinario! Se quedó toda la noche contando estrellas fugaces. Con el cielo despejado, la noche fue fresca. Se sintió frío y cansado, pero en vez de irse a la cama, esperó la salida del sol, para calentarse con sus rayos. Quedó en su lugar mientras el sol subía del oriente y se hacía más brillante y más caliente. Los rayos caían sobre él con intensidad creciente. Después del frío de la noche se sentía ahora abrasado. Su mente se ofuscaba y sentía gran debilidad. De pronto lo asaltó un pensamiento aterrador. "Y si el cielo se viniera abajo? Su imaginación le pintó inmediatamente, con abundancia de detalle y color, ese tremendo cataclismo. "Y qué sería de los hombres? Desde luego, toda la humanidad perecería. Nadie podría escapar el desastre. Ni malos ni buenos. Pero eso sería terriblemente injusto. Todos por igual. Y sin embargo, no puede quedar duda. Si el cielo cayera, cómo podría escaparse alguien? Continuó por el resto del día y hasta ya entrada la noche sus divagaciones sobre la caída del cielo y sus consecuencias, la injusticia y al mismo tiempo le inevitabilidad de la muerte universal. Ese pensamiento se convirtió en una obsesión. La contemplación del cielo ya no le produjo placer, sino temor y disgusto. Y sin embargo, no podía apartar sus ojos del cielo, como buscando la señal de que comenzaba la caída. Perdió por completo el apetito y el sueño y quedó tan debilitado que apenas si podía caminar. Sus parientes y amigos temieron por su vida e intentaron hacerle ver la necedad de sus temores. "El cielo no es como el techo de una casa. Cómo se puede caer? Déjate de historias y come algo. Con el estómago lleno es posible que te vuelva el sueño y puedas descansar. " Unos lo aconsejaban con palabras amigables; otros lo increpaban con alguna rudeza. Pero los consejos y razones cayeron en el vacío. "No se preocupen por mí, amigos", respondía con voz apagada por la debilidad. "Pero es mejor que se preparen. Cualquiera de estos días el cielo se caerá". Pasaron así algunos días y la escena se repetía contínuamente. Mientras él seguía con sus predicciones de ruina y calamidad, los otros buscaban todas las razones concebibles para sacarlo de su locura y salvarle la vida. Por fin, uno de sus amigos le dijo con gran exasperación: "Bueno, supongamos que estés en lo cierto. Por qué preocuparte? Si el cielo se cae, caerá sobre todos y no sólo sobre tu cabeza " . "Ah, mi amigo", respondió él con una débil sonrisa compasiva. Ahí está el problema de los que presentimos y vemos el futuro. Ojalá que yo fuera tan ignorante y simple como ustedes! " El temor de la caída del cielo dominó lo poco que le quedó de vida. Continuó observando el sol durante el día y las estrellas por la noche, hasta que la debilitación llegó al extremo y puso fin a sus días. CH'I JEN YU T'IEN: HOMBRE DE CH'I TEMEROSO DEL CIELO se usa para ridiculizar a los que se preocupan excesivamente con cosas sin mayor importancia, a veces hasta el extremo del seudofilósofo del cuento. Así comenta uno: El viaje que planeamos con fulano lo ha enfermado; prevé toda clase de problemas, sospecha que tal cosa no estará a tiempo, etc.; es como el CH'I JEN YOU T'IEN!

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