Se creía extensamente en la República de China que el aprender música occidental era solamente perder el tiempo. Se dice que las diferencias de cultura y geografía hacen a los chinos casi imposible lograr la verdadera habilidad en este puro arte.
La Orquesta Sinfónica Juvenil de Hwashin, un grupo de músicos aficionados, destruyó el mito. Fundada en 1976, y dirigida por Chen Chin-sen, ha recorrido ya un largo camino, demostrando que no hay que tener prevención y que más importa la presciencia que el prejuicio.
Tras dos años de penoso trabajo, los 20 miembros de la agrupación ganaron el primer premio en el Concurso Internacional de Cuerda "Rudyard Kipling", famoso por su prestigio internacional, y que tuvo lugar en julio pasado en Kerkerade, Holanda. Estos jóvenes demostraron que bien podían rompers, las barreras existentes entre lo occidental y lo oriental, recobrando así la confianza perdida de los chinos en este sentido a lo largo de muchos años. Se llegó a la confiramción del éxito de estos muchachos durante una gira posterior por Amsterdam y La Haya, cuando el público expresó su admiración por la forma como los integrantes han absorbido las técnicas y contenidos emocionales de la música occidental.
Chen fue estimulado después del viaje por Europa. Nacido en Miaoli, en el centro de Taiwan, Chen practicaba el violín desde niño. Luego de graduarse en Tamkang en 1965, continuó aprendiendo violín, piano y teoría musical en el Conservatorio de Munich. A su regreso a Taiwan, cuatro años después, sirvió como profesor por algún periodo antes de retomar al Viejo Mundo para adelantar estudios de violín y conducción. Con tales experiencias dirigió la Orquesta Sinfónica de Taiwan y luego fundó la de Hwashin.
Pero Chen es un hombre modesto y silencioso a pesar de los éxitos. Más no le falta razón cuando dice, por ejemplo, que "un músico no debe esperar recompensas inmediatas; más bien, debe ignorar las contrariedades temporales y aún las críticas rigurosas, y dedicar todo su tiempo, sacrificando todas las cosas si es necesario, con un solo objeto: practicar". "El sembrar -añade- puede llevar mucho tiempo, pero la cosecha bien vale la pena". Y eso, precisamente, es lo que está demostrando Chen repetidamente...