Taiwan Today

Lu Ching-feng, también conocido por el seudónimo de Chung-yüeh, comenzó a pintar desde muy jóven. Ahora, a los 51 años de edad, bien puede decir con certeza que ha tenido pleno éxito en su carrera. Críticos y expertos de diferentes países han valorado altamente su obra que, según él mismo lo expresa, representa su propia vida en el contexto del ambiente de la época en la que le ha tocado participar. Lu es nativo de la provincia de Hupei y culminó sus estudios en el Departamento de Arte de la Escuela de Guerra Política. Tras duros años de trabajo, sus cuadros pronto se vieron en galerías de los Estados Unidos, Alemania, Italia y Francia y, en la actualidad, es uno de los artistas más brillantes y conocidos internacionalmente. Cuando se le pregunta qué representa para él la pintura, tiene una respuesta digna de un tratado filosófico: la pintura es el resultado de lo que la gente es. De todas sus experiencias, de todas sus vivencias; de lo que ha sufrido; de lo que ha gozado; de todo. Así, armado de esta creencia, y aprovechando una variada gama de disciplinas, ha diseñado un mundo hermoso que va dejando a su paso un legado en apariencia inagotable. En algunas de sus exposiciones su pintura es de manchas, mientras en otros sectores hay únicamente líneas y dibujo. Pero, de todos modos, es la realidad lo que él pinta. dentro de su original manera de introspección, de búsqueda y de descubrimiento. Más por encima de cualquier opinión, Lu es un pintor maduro que en sus obras demuestra que sabe a cabalidad lo que va a hacer mañana, así esté en China, en México, en Italia o, simplemente, pensando en la azotea de su casa. Es un pintor de verdad...