08/05/2024

Taiwan Today

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Año Nuevo en el Continente

16/02/1977
Cada año, al celebrarse aquí los festivales tradicionales del pueblo chino, y en especial el Festival de Primavera o Año Nuevo, la alegría de la ocasión se ve empañada por el recuerdo de la condición miserable en que el pueblo del continente deberá pasar la fiesta. Algunos periodistas y otras personas que han visitado el continente como huéspedes de los maoístas han pretendido crear una imágen de bienestar y satisfacción en el pueblo. Ojalá fueran esos informes verdaderos! Pero la realidad tremenda e innegable es que el pueblo del continente, además de verse brutalmente desposeído de hasta la menor apariencia de libertad, se ve igualmente privado de toda comodidad y satisfacción material y hasta del consuelo de compartir su miseria unos con otros en un ambiente de paz y tranquilidad en su círculo familiar. No han faltado personas honestas y veraces entre los recientes visitantes al continente, y de sus relatos se percibe fácilmente la falsedad de las declaraciones de aquellos apologistas del régimen maoísta. El Profesor John W. English, de la Universidad de Georgia, y el Dr. Edward No. Luttwak, del Centro de Estudios de Política Exterior de la Universidad Johns Hopkins han desinflado efectivamente los balones largados por aquellos logreros y mercenarios. El Profesor English conversó con varios periodistas extranjeros estacionados en Peiping en 1975; la conclusión de esas conversaciones es que ninguno de ellos ha podido cumplir libre y eficazmente su misión de periodista. Todo lo que pueden publicar les es entregado directamente por funcionarios del régimen maoísta, y con mucha, muchísima frecuencia no obtienen respuesta a sus inquisiciones. Tampoco se les permite conversar con personas del pueblo, y por otra parte esas personas no se atrevería a conversar libremente con ellos. El Dr. Luttwak ha descripto la miseria aterradora en que vive el pueblo y la decepción usada por los maoístas para engañar a los visitantes. En una visita a una supuesta "comuna agrícola" llegaron a un sitio donde había tres elegantes carpas multicolores; su interior estaba vistosamente decorado y el piso cubierta por una alfombra. Se informó a los visitantes que esas eran carpas de la "comuna". No vieron ni a agricultores trabajando en el campo, ni animales o maquinarias de trabajo; nada fuera de las carpas. Uno de los visitantes levantó una esquina de la alfombra que cubría el piso, y descubrió que abajo había pasto verde y fresco; es decir, la carpa había sido armada para recibir y engañar a los visitantes! La muerte de Mao durante la visita de Luttwak los libró por unos días de itinerario fijo y de sus perpetuos acompañantes y traductores; lo que vieron entonces en Peiping, saliendo algo de la avenida por la cual siempre los llevaban y traían, fue una visión de hacinamiento y miseria que le recordó "los infames talleres donde se chupaba la sangre de los trabajadores en el Nueva York de 1890." Todas esas cosas, y muchas más, son bien sabidas aquí. Tenemos el testimonio directo de los miles de fugados del continente en estos últimos años, y las informaciones documentadas con fotos, de los servicios de inteligencia tras las líneas enemigas. Por eso la compasión y el afecto vuelan hacia los hermanos oprimidos en el continente. Aunque en estos días se refuerzan los envíos de diversos artículos, por medio de globos llevados por el viento, los maoístas, cualquiera que sea el nombre o facción con que se revistan, ponen en juego toda su maldad para evitar que ese alivio y consuelo llegue a manos del pueblo. Pero la descomposición del régimen aumenta a pasos acelerados. La esperanza común es que pronto podamos celebrar todos el Año Nuevo Chino en paz, prosperidad y alegría, reunidas las familias dispersas, al desmoronarse por completo el régimen depravado y reinar nuevamente en todo el continente la benéfica Constitución de la República de China.

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