05/05/2024

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Los Festejos del Año Nuevo

06/03/1977
La impresión que se pudo recoger de artículos, comentarios y editoriales de prensa, de los programas de televisión, especialmente los de carácter noticioso, y de la simple observación del pueblo en los días festivos, es que el Dragón cedió paso con gracia y gentileza a la Serpiente o "Dragoncito", trayéndonos un Año Nuevo inolvidable. A la abundancia y prosperidad evidentes en todos los sectores del pueblo se añadieron expresiones constantes de satisfacción y alegría en rostros y palabras, un tiempo espléndido en los cuatro días de vacación oficial, un órden inusitado en los medios de transporte a pesar de las enormes masas humanas que se movieron en todas direcciones y la ausencia de víctimas de los incendios que son prácticamente infaltables en esos días, tanto por ser los cohetes considerados como indispensables para la celebración y caer en gran parte en manos de los niños, como por la costumbre de ''tener siempre algo caliente en la cocina", a la espera de visitas. Como lo notó el Primer Ministro Chiang Ching-kuo en un saludo de Año Nuevo dirigido a todo el pueblo por televisión, tenemos armonía, todos actuando unidos, con un sólo espíritu; "no se refleja la armonía de nuestro pueblo, de nuestras familias, de nuestra nación, en todas las cosas?". El número de personas que tomó algún medio de transporte en esos días ha sido increíble; Las administraciones de ferrocarriles y de ómnibus de la dirección de caminos transportaron más de 12 millones de pasajeros en el espacio de a­ proximadamente una semana. Si se añaden las innumerables compañías privadas de transporte suburbano y las igualmente innumerables compañías locales, la cantidad de vehículos privados y compañías con menor volúmen de transporte como las de aviación y navegación costera, se puede calcular que el número de viajeros excedió en mucho a la población total de la isla. El editorialista de un matutino local escribía después del Año Nuevo: "Nosotros hemos cambiado la historia de China", y llegaba a esa conclusión comparando la historia milenaria del país con la espléndida realidad imperante hoy aquí, fruto de la dedicación inteligente y constante al trabajo y del coraje inquebrantable del gobierno y del pueblo todo de esta isla. Se puede decir sin exageración alguna que no quedó sector de nuestra población sin celebrar con actividades especiales de significado también especial para ellos, la llegada del Año Nuevo. Para mencionar algunos ejemplos, los lisiados, agrupados ahora en una asociación especial dedicada a promover su bienestar promoviendo la obtención de posiciones dignas y útiles en la sociedad, tuvieron sus programas propios, planeados y dirigidos por ellos mismos, en los que compitieron en justas deportivas y artísticas, se divirtieron y gozaron de una camaradería propia de su condición. Los encarcelados por varios delitos recibieron regalos especiales, visitas de sus familiares, y una espléndida exhibición artística llegó hasta muchos sitios de reclusión para ofrecerles inspiración artística juntamente con un nuevo tipo de distracción. El Año Nuevo, la festividad por excelencia en el calendario tradicional chino, ha sido, en verdad, una bendición para nuestro pueblo. Vigorizados todos en su espíritu con el calor y afecto de las reuniones familiares, y físicamente con el saludable descanso de cuatro o más días, ayudados por el clima que impulsó a salir de casa y gozar de la naturaleza, se han reiniciado las tareas habituales.

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