08/05/2024

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Dichos Populares: T'ui Ch'iao, T'ui Ch'iao - PENSARLO BIEN

06/05/1977
Chia Tao había estudiado con suma diligencia y se dirigía ahora a la capital para tomar parte en los exámenes imperiales. El viaje sería largo y cansador, por lo que decidió hacerlo con tiempo y sin prisa, como si fuera una excursión de recreo. Cabalgaba en su robusta mula contemplando las bellezas naturales, y como tenía muy buen gusto y facilidad para la poesía, el viaje se le convirtió en un gran placer. Marchaba al paso firme de su cabalgadura, y al aproximarse la caída de la noche, buscaba alguna posada donde reposar hasta el día siguiente. Pasaba una tarde entre ondulantes montañas; encantado con los bellos paisajes que se sucedían uno al otro como en un cuento de ensueño, pasó de largo sin detenerse en la posada de una villa pequeña, y sólo el brillo de la luna en el bello cielo despejado lo llamó a la realidad, cuando se encontraba ya a considerable distancia de la posada. Reinaba el silencio más completo; hasta los insectos callaban y la luna, allá arriba, despedía su resplandor plateado. Chia Tao sintió como si fuera el único ser viviente en el universo. Echando una mirada alrededor, vió de pronto el techo arqueado de un monasterio reflejando la luz de la luna por encima de los árboles. La serenidad, la misteriosa belleza del paisaje, le produjeron una impresión profunda, y la inspiración poética lo movió a componer una copla: "Las aves dormitan en los árboles del estanque. Un monje empuja la puerta bajo el cielo plateado por la luna". Chia Tao pasó la noche junto al estanque, al frente del monasterio, durmiendo por momentos. A la mañana continuó su viaje, sin poder apartar de su pensamiento los bellos paisajes que había contemplado. De pronto, la copla que había compuesto la noche anterior le pareció imperfecta. Había sido ya muy tarde en la noche; por lo tanto las puertas del monasterio estarían cerradas, sin duda alguna. En ese caso, cómo pudo un monje abrirla empujando? Después de considerarlo por un momento, se le ocurrió que quizás sería mejor cambiar la palabra "empujar" (t'ui) por "golpear" (ch'iao). Volvió a recitar el poema con la línea "un monje golpea a la puerta", y no le sonó mal. Pero inmediatamente surgió otra dificultad. En medio del silencio reinante, los golpes a la puerta sonarían desagradablemente, rompiendo la serenidad y calma de la noche. No; así tampoco se daba expresión adecuada a su pensamiento. Siguió deliberando sin poder llegar a una solución satisfactoria. Sin prestar atención a otra cosa, repetía con sus manos los gestos de empujar y golpear, y soltó las riendas, con lo cual la mula se dirigió al camino principal, frente a frente con la comitiva de un importante funcionario que pasaba por aquel lugar. Los guardias de ese personaje se adelantaron y arrestaron a Chia Tao, llevandolo ante el funcionario para ser interrogado. La noche pasada sobre el suelo frente al monasterio había descompuesto sus vestiduras y su sombrero estaba algo inclinado. Como había seguido su viaje sin lavarse ni acicalarse convenientemente, su presencia dejaba mucho que desear. Quiso su buena suerte que el alto funcionario no fuera otro sino el gran poeta y filósofo Han Yü, renombrado ya en su tiempo, durante la dinastía T'ang. "Amigo, cómo no cabalga con más cuidado" le preguntó amablemente Han Yü. Chia Tao hizo una profunda inclinación y respondió: "Excelencia, realmente, me resulta difícil explicarme. Estaba ensimismado, procurando decidir qué palabra caería mejor en una copla que acababa de hacer. Por eso no ví el séquito de Su Excelencia; le ruego me quiera disculpar". Al oir esa explicación, Han Yü se sintió interesado: "Oh? Podría recitarme esa copla y decirme cuáles son las palabras de que duda? Quizás yo podría ofrecerle alguna sugerencia". Tranquilizado ya ante el tono amable y el interés del ilustre personaje, Chia Tao repitió su poema y explicó porqué las palabras "empujar" y "golpear" le parecían fuera de lugar. "Qué bello poema!", dijo Han Yü. "Yo pienso que "ch'iao" (golpear) es mejor que "t'ui" (empujar); me parece que el sonido de un golpe a la puerta daría mayor realce al silencio y soledad del lugar". "Qué bien dicho, Excelencia; cuán verdadero", prorrumpió Chia Tao, encantando con la explicación que en verdad daba forma al pensamiento que él mismo no había atinado a expresar. "Puedo aventurarme a inquirir el nombre de Su Excelencia?" "Me llamo Han Yü; puedo preguntarle su nombre? " "Han Yü! El gran poeta y filósofo! Este es un día venturoso para mí! Mi humilde nombre es Chia Tao. Voy a la capital para tomar parte en los exámenes imperiales." Con gran sorpresa del séquito, Han Yü bajó de su carruaje y no sólo no mandó castigar al impertinente viajero, sino al contrario se detuvo por un buen tiempo conversando amigable y animadamente con él. El incidente pronto fue conocido en los más altos círculos literarios. La copla de Chia Tao corrió de boca en boca, convirtiendose en tema corriente de todas las conversaciones literarias. Y ya entonces se comenzaron a usar las palabras que habían distraído al poeta, dando lugar a su encuentro con Han Yü, con el sentido de considerar una cosa cuidadosamente. T'UI CH'IAO, T'UI CH'IAO: PENSARLO BIEN se usa para exhortar a otro a pensar muy bien una cosa antes de adoptar una decisión, o para indicar que uno lo ha hecho así en una situación determinada; por ejemplo: he decidido aceptar su propuesta después de "t'ui ch'iao, t'ui ch'iao".

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