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Dichos Populares: CHIAO T'U SAN K'U – Liebre Astuta Tiene Tres Cuevas

16/08/1977
Los Siete Reinos Guerreros competían vigorosamente entre si para asegurarse la captura del poder central a la caída de la tambaleante dinastía Chow. El erudito Feng Hsuan no había encontrado favor en su nativo reino de Ch'i, y sus amigos lo exhortaban a buscar fortuna en otro reino. Era entonces común que hombres de letras y guerreros ofrecieran sus servicios a un reino vecino. Feng Hsuan se negó rotundamente. "Miles de personas son bien recibidas por el Príncipe Meng-ch'ang. Por qué irme a otras tierras. Además, mi anciana madre se entristecería con mi partida". El Príncipe Meng-ch'ang era primer ministro del reino de Ch'i y pariente del' Rey. Su hospitalidad era bien conocida. Se decía que tenía hasta tres mil huéspedes bajo su techo. Un día, Feng Hsuan se presentó a Meng-ch'ang. Su desaliñado vestido y la herrumbrada vaina de su espada no fueron obstáculo para que fuera recibido benignamente por el Príncipe. Meng-ch'ang era de elevada estatura y noble porte. Su figura y semblante imponían respeto pero sus palabras y modales eran afables y corteses. "Maestro Feng, es un honor recibirlo en mi humilde morada. Tenga a bien sentirse aquí como en su propia casa". Feng fue alojado con los huéspedes de tercera categoría, pero pronto, con sus tretas, consiguió que lo trasladaran a la segunda categoría y después a la de huéspedes más elevados. El Príncipe Meng-ch'ang sostenía a tantos huéspedes que hasta para él la carga se hizo demasiado pesada. Meng-ch'ang era señor del distrito de Hsueh y poseía numerosos documentos, títulos de posesión, certificados de préstamos y otros, con los cuales tenía derecho a hacer recaudaciones periódicas en su distrito. Al verse apremiado por falta de fondos, decidió enviar a una persona de confianza a efectuar una recaudación que le ayudara a superar la dificultad. Eligió para ello a Feng Hsuan, quien ya se había mostrado honesto y prudente en otras ocasiones. Munido con sus documentos, Feng partió y llegó a Hsueh sin contratiempos. Pero con suma sorpresa vió que las calles estaban desiertas no sólo de hombres atareados y chiquillos correteando de aquí allá, sino hasta de las gallinas y cerdos que siempre llenaban el aire con sus cacareos y gruñidos. En el palacio ancestral de Meng-c'hang encontró al mayordomo, quien le informó que la sequía y las langostas había asolado el distrito. "El pueblo no podrá pagar nada; apenas tienen para comer. Yo he logrado salvar alguna cantidad de grano y unas piezas de plata para Su Señoría". "Llame al pueblo a reunirse aquí" le mandó Feng. "Lo haré, señor, pero será inútil". El pueblo llegó, todos extenuados y enflaquecidos. Esa vista conmovió a Feng hasta humedecer sus ojos. El buen pueblo de Hsueh reducido a ese extremo! Cuánto habrían sufrido! Feng Hsuan tomó su decisión: "Amigos. Vengo mandado por Su Señoría el Príncipe Meng-ch'ang. Sabiendo de sus adversidades, Su Señoría cancela todas las deudas. Quemaré aquí, ante ustedes, todos los documentos". Tan inesperadas fueron esas palabras que todos quedaron con la boca abierta, parpadeando con fuerza para ver si estaban soñando. Después de un momento un viejito rompió el silencio reinante: "Señor, quiere decir que no debemos pagar nada a Su Señoría? " "Exactamente, mi viejo amigo", respondió Feng; y golpeando el pedernal con su eslabón, encendió un papel y lo puso sobre la pila de documentos que pronto fueron consumidos por el fuego. "Vean, estoy cumpliendos las órdenes del Príncipe Meng-ch'ang." De pronto un enorme clamor se alzó de la multitud: "Viva para siempre el Príncipe Meng-ch'ang! Que el Ciclo lo proteja para siempre! " Feng Hsuan mandó entonces al alarmado mayordomo que distribuyera lo que tenía según las necesidades del pueblo y emprendió el regreso. "Oh, ya está de vuelta? Pudo cobrar algo? " preguntó el Príncipe, sorprendido de verlo tan pronto. "Si, Señoría; en cierto modo. Pero lo gasté todo a cambio del amor del pueblo a Su Señoría". Sin poder ocultar alguna impaciencia, el Príncipe añadió: "Explíquese, Maestro Feng". Feng relató al Príncipe todo lo ocurrido. Este lo oyó estupefacto. Magnanimidad si, generosidad, muy bien. Pero cómo cubrir los grandes gastos causados por tantos huéspedes? Pero eso ya estaba hecho y de nada serviría enfadarse con Feng. No mucho después Meng-ch'ang perdió el favor del Rey y muy pronto se encontró con muy pocos amigos. Uno de ellos era Feng Hsuan, quien de buen grado lo acompañó al exilio en su Distrito de Hsueh. Todavía a alguna distancia, un gran grupo de campesinos salió a recibirlos, con varillas de incienso para honrar a su bienhechor y con abundantes obsequios de vino y alimentos. "Ah, Maestro Feng; ahora entiendo lo que es el desinterés. La lealtad de esta buena gente es conmovedora. Mi estadía aquí no carecerá de gozo", dijo el Príncipe a Feng. "Alteza: -respondió este-, "Hsueh es sólo un retiro seguro. Se dice que una liebre astuta se cava tres cuevas. Permitame cavarle otras dos". Pocos días después Feng Hsuan se presentó al Rey de Wei y lo convenció que la caída en desgracia del Príncipe Meng-ch'ang se debía a un complot del Rey de Ch'in, quien esperaba así debilitar a Ch'i y atraerse a Meng-ch'ang a su servicio para aumentar su poderío. "Quien se gane la buena voluntad del Príncipe será, sin duda el más poderoso de todos los Reyes". El Rey de Wei determinó entonces enviar una gran caravana llevando ricos presentes a Meng-ch'ang, e invitandolo a trasladarse a Wei. Feng Hsuan, por su parte, regresó apresuradamente a Hsueh y aconsejó al Príncipe que rehusara los ricos obsequios y la invitación. Tres veces rechazó Meng-chang los regalos y otras tantas los volvió a despachar el Rey de Wei. Con ese ir y venir, la noticia pronto llegó a oídos del Rey de Ch'i, quien se arrepintió de haber sido tan duro con su primo y primer ministro, y le envió una nota escrita de su mano en la que le pedía ser excusado de su ingratitud y lo invitaba a retornar a la capital y su oficio. Meng-ch'ang, que por sobre todo era un gran patriota, regresó inmediatamente con sus pocos seguidores. "Señoría, le dijo un día Feng Hsuan; "con dos cueyas seguras, es conveniente cavar la tercera. Ahora que Su Majestad está bien dispuesto, sería oportuno que Su Señoría le sugiera trasladar el templo familiar del real clan de Tien al Distrito de Hsueh". "Como descendiente del clan de Tien. Su Señoría tiene derecho a proponer que se traslade a lugar seguro; y Su Majestad no negará nada estos días. Con el templo familiar en Hsueh, el lugar será defendido a toda costa. Y como Su Señoría es Señor del Distrito de Hsueh, Su Majestad se guardará de dar oídos a los calumniadores en el futuro. En Hsueh nadie, ni siquiera Su Majestad excede a Su Señoría en prestigio". En Hsueh el Príncipe era Señor, y además era amado y reverenciado como amigo y bienhechor; en Wei, el Rey siempre recibía a Meng-ch'ang como a un buen amigo; y en la capital de Ch'i, era el primer ministro, modelo de gobernantes y pilar del reino, de quien dependía el bienestar de todos y también la conservación del templo del clan real de Tien. "Señoría, las tres cuevas estan cavadas y seguras. Su Señoría puede ahora estar tranquilo", le dijo Feng Hsuan en conclusión. CHIAO T'U SAN K'U expresa la necesidad de prepararse para las adversidades futuras. Por ejemplo, se aconseja a un amigo: no es prudente investir todo tu capital en ese proyecto. LA LIEBRE ASTUTA TIENE TRES CUEVAS.

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