29/04/2024

Taiwan Today

Noticias de Taiwán

Dichos Populares: ERH T'AO SHA SAN SHIH: Dos Peras Matan A Tres Valientes

16/09/1977
El Rey Ching-kung del Reino de Ch'i estaba disgustado con los tres rudos generales Kung Sun-chih, Tien Kai-chian y Ku Yen-yü, que a grandes voces discutían algo. Eran bravos guerreros y hombres de muchas letras, pero qué modales tan toscos tenían! Su desprecio por la etiqueta de la corte era intolerable! Y si algún día se mostraran irrespetuosos, quién los podría contener? Nadie, pues eran fuertes como leones! "Hmm.. es necesario alejarlos de aquí, deshacerse de ellos, aunque me hayan servido tan bien", pensó el Rey. Llamó privadamente a su primer ministro, Yen-tze, hombre de gran sabiduría y habilidad. "Estos tres generales, Kung, Tien y Ku", dijo el Rey, "cómo es que con tantos estudios y conocimientos no dan ninguna importancia al decoro en la corte? Son buenos generales pero les falta el buen sentido de un campesino ignorante". "Majestad", respondió Yen-tze con cautela;" en realidad son hombres sencillos; en el campo de batalla se encuentran en su elemento, pero en la corte son como pez fuera del agua". "Bueno, sí; pero su presencia en la corte me irrita. Deseo librarme de su presencia, pero recuerde, no en forma hiriente o descortés, porque me han servido muy bien". "Es muy conveniente que Su Majestad prevenga cualquier problema", dijo Yen-tze con una inclinación. "Como he dicho antes, son hombres sencillos; no será difícil hacerlos partir de la corte". "Si? Cómo?", inquirió el Rey con alguna impaciencia. "El distrito del sur ha enviado a Su Majestad un cajón de peras muy sabrosas. Si Su Majestad les obsequia dos de esas peras diciéndoles que son para los dos más valientes entre los tres, creo que ellos mismos pedirán el permiso de Su Majestad para irse". "No acabo de entender cómo ocurrirá eso; pero haré como usted dice", concluyó el Rey. Como lo había pensado Yen-tze, los tres simples generales cayeron en la trampa. El Rey les mandó que contaran sus hazañas. Primero Kung Sun-chih y después Tien Kai-chian narraron con orgullo algunas de sus acciones de más valor, y sin esperar más el Rey les ofreció las peras, proclamandolos los generales más valerosos. Con eso, Ku Yen-yü, que como más jóven entre los tres esperaba su turno para hablar, no pudo contenerse. "Majestad", exclamó con voz estentórea; "Fui yo quien salvó a Su Majestad de aquel monstruo acuático, cuando usted cruzaba el río. Tuve que arrojarme a las aguas para dar muerte al monstruo. Con una mano sostenía su cabeza y con la otra su cola pára impedir que acometiera la embarcación de Su Majestad. No fue ese un acto de gran valor? "Sí, ciertamente, respondió el Rey; recuerdo muy bien que usted me salvó del monstruo acuático. General Ku, usted es el más valiente de todos". Diciendo eso, ordenó a los otros dos entregar las peras al general Ku. Los esforzados héroes de tantas batallas se sintieron profundamente humillados al ser tenidos en menos ante toda la corte. Sin más, desenvainaron sus espadas y allí mismo se quitaron la vida. Ku Yen-yü quedó como aturdido a la vista de sus camaradas caídos. Como en sueños, abrió sus manos dejando caer las malhadadas peras. Los que estaban cerca de él se alejaron prudentemente, porque era hombre de tal fuerza que podía derribar un pilar del palacio con sus manos. Pero él no prestó atención a los circundantes, teniendo ojos sólo para las dos figuras inmóviles en el suelo. "Oh . . oh . . oh . . .", bramaba con dolor." Qué he hecho a mis camaradas, mis hermanos? Cómo puedo vivir, cuando ustedes dos han muerto? Jactarme de mis acciones por sobre las de ustedes... cómo olvidé nuestra hermandad... ? Perdónenme, mis camaradas, perdónenme!" Ku Yen-yu continuó sus lamentaciones sin que las palabras del Rey lo pudieran consolar ni calmar. De pronto, se volvió hacia el Rey con una profunda inclinación. El soberano pensó que ese gesto indicaba la aceptación de sus exhortaciones, y se disponía a añadir otras expresiones que pacificaran totalmente al bravo guerrero cuando este desenvainó su espada y de un golpe se quitó la vida. Allí, en el suelo ante el Rey, yacían los tres valientes generales, en su propia sangre. El Rey Ching-kung contempló la escena con gran consternación. Su deseo de verse libre de la presencia de los toscos y rudos generales se había hecho realidad. Pero a qué precio ¡Su frívolo disgusto por los modales ordinarios de aquellos tres valientes los había llevado a la muerte! "Oh, Yen-tze, dijo a su ministro con tono dolorido," cuánto lamento lo ocurrido! qué no daría por poder devolverles la vida! Quién pudo pensar que dos peras pudieran matar a tres valientes!" "Majestad, la muerte de los tres generales se debe a mi falta de consideración. Yo soy culpable de lo ocurrido", respondió apenado el primer ministro. "Debí haber pensado que para un guerrero su valor es lo más importante. Aunque los tres generales eran muy buenos amigos y camaradas, sin embargo competían cada uno con los otros por el honor de ser visto como el más valiente." "Cómo creía usted que dirimirían la cuestión", inquirió el Rey, deseando saber qué camino había calculado el ministro que seguirían los tres amigos. "Yo pensé que ante la perspectiva de tener que competir entre ellos, optarían por retirarse de la corte, como Su Majestad deseaba. Nunca se me ocurrió que llegarían a darse la muerte". Desaparecidos los tres generales, tanto el Rey como los cortesanos, que antes habían evitado su compañía considerándolos desagradables y carentes de buenos modales, se disputan ahora el honor de honrarlos y recordarlos con admiración y respeto. ERH T'AO SHA SAN SHIH se usa para describir a personas de buenos sentimientos y corazón noble, pero ajenas a las convenciones del trato social, que caen fácilmente en las trampas tendidas por otros más astutos. Si, por ejemplo, un comerciante se da maña con varios artificios para provocar una contienda entre sus competidores más sólidamente establecidos, hasta debilitar sus negocios quedando él mismo en posición ventajosa, se aplica el dicho ERH T'AO SHA SAN SHIH: DOS PERAS MATAN A TRES VALIENTES, haciendo que las compañías rivales se arruinen en su contienda.

Popular

Más reciente