Taiwan Today

La vigencia de los conceptos de vida y sociedad legados por Confucio quedó una vez más de manifiesto en la República de China. Las varias ceremonias que señalan cada año la fecha ponen de relieve lo que es una realidad constante en este país. Este año fue el 2527 aniversario del nacimiento del Sabio. Las ceremonias conmemorativas que suelen captar más la atención del público son las celebradas en los Templos de Confucio. Sin embargo, la conmemoración oficial del gobierno central tiene lugar separadamente, tomando lugar en la misma las más altas autoridades de la nación y es presidida personalmente por el Presidente de la República. En la ceremonia central de este año, en presencia del Presidente Yen Chia-kan, de los Presidentes de los cinco Yuan o poderes del gobierno, ministros, jefes militares y otros altos funcionarios, el Ministro de Educación, Li Yuan-zu disertó sobre el espíritu de la filosofía de Confucio. En los asuntos políticos, dijo Li, Confucio propugnaba una política de benevolencia; los gobernantes debían mantenerse informados de las necesidades y aspiraciones del pueblo, y gobernar en consecuencia, proveyendo a esas necesidades y satisfaciendo esas aspiraciones. Las relaciones sociales para Confucio se fundaban en el concepto de la fraternidad. Todos los hombres son hermanos y el amor que se da a los miembros de la familia debe ser extendido a todos los demás. Li concluyó que en las difíciles circunstancias de hoy y ante las arduas tareas a cumplir, es necesario aferrarse a los ideales de Confucio, con bondad como base, perdón como camino y sinceridad como motivo. En el Templo de Confucio de Taipei tuvo lugar la solemne y vistosa ceremonia según los ritos de la dinastía Ming. La música, las danzas de niños, las ofrendas, todo fue réplica ajustada de cómo se honraba al Maestro en el período de más esplendor de esa dinastía. Ceremonias semejantes honraron a Confucio en Taichung como celebración provincial y en las diversas capitales departamentales. Hasta en los pueblos más pequeños, donde no existe templo de Confucio, hay una estatua del Maestro en alguna escuela u oficina pública, y allí se reune el pueblo del lugar para rendir homenaje. El sentido confuciano de la vida imprime su sello en las familias, y es la familia el vehículo que lo transmite y perpetúa sin solución de continuidad. Sólo el régimen maoísta en el continente chino se ha levantado contra la perpetuación del confucianismo en la vida china. El ridículo "movimiento de crítica a Lin Piao y Confucio" prácticamente ha sido silenciado por la indiferencia del pueblo. Los violentos discursos y ponzoñosos escritos de los maoístas no lograron alterar la actitud de las masas del pueblo en ese sentido. El 1 de este mes, los nuevos cabecillas maoístas se vieron obligados a reconocer en la práctica el fracaso del "movimiento" y hasta dejaron caer alguna frase que se podría interpretar como de respeto hacia el Maestro. No engañarán a nadie. El día que aceptaran con sinceridad las enseñanzas de Confucio, deberían dejar de ser comunistas.