Taiwan Today

El Doble Diez ha sido una vez más ocasión de festejos llenos de gozo y de fervor patriótico. La función oficial del gobierno nacional, la gran concentración en la plaza de la Presidencia, los vibrantes y vistosos desfiles y toda clase de actividades que llenaron el día hasta el magnífico despliegue de juegos artifiales de la noche y el continuo vaivén de la gente que se prolongó hasta muy tarde por las calles engalanadas y brillantemente iluminadas, el Doble Diez en esta capital provisional de la República ha sido una fecha inolvidable. Las más altas autoridades de todas las ramas del gobierno tomaron parte en la función realizada en la Presidencia y encabezada personalmente por el Presidente de la República, Yen Chia-kan. En la víspera de la festividad, el Presidente Yen se había dirigido a todo el pueblo de la nación con un mensaje difundido a todos los rincones del país por la radio y televisión. Después de presidir el acto conmemorativo en la Presidencia, el Primer Mandatario recibió el saludo de las altas autoridades nacionales y posteriormente del Cuerpo Diplomático acreditado en Taipei. A las 10 de la mañana comenzó el acto multitudinario en la gran plaza frente a la Presidencia. Abrió el acto Nieh Wen-ya, presidente del Yuan Legislativo y director de la comisión organizadora. Se ejecutó el Himno Nacional, que fue coreado fervorosamente por la enorme multitud de 250.000 personas congregadas allí y presentandos por Nieh, hicieron uso de la palabra representantes de los que han alcanzado su libertad fugandose del continente, de los Chinos de Ultramar, y de la juventud de la nación. Finalmente, Nieh Wen-ya y otras autoridades se dirigieron al despacho presidencial invitando al Presidente Yen a hacer uso de la palabra en el gran acto. La presencia del Presidente Yen fue saludada con grandes aplausos de la multitud. Tanto las palabras del Primer Mandatario como las de los otros oradores han reafirmado con claridad la posición del gobierno y pueblo de la República de China de continuar la lucha hasta que todo el pueblo chino en el continente pueda gozar de la libertad y disfrutar de la prosperidad y felicidad bajo el amparo de la Constitución Nacional y bajo la guía de los Tres Principios del Pueblo. Otros actos En Taipei y en todas partes de Taiwan y las islas avanzadas de Kinmen y Matsu, otros muchos actos dieron expresión a los sentimientos populares. En el desfile de Taipei, las Unidades de Autodefensa de Kinmen y Matsu fueron, quizás, las que provocaron mayores aplausos. Integradas por hombres y mujeres, esos cuerpos de civiles voluntarios reciben adiestramiento periódico para tareas de defensa de sus islas. El pueblo de Taiwan parecía expresar con sus fuertes y prolongados aplausos, su estima y reverencia por esos jóvenes de ambos sexos que sacrifican tiempo de sus tareas habituales para estar mejor preparados para cualquier eventualidad, en esos bastiones clavados en medio del campo enemigo. En otro de los programas con actuación de numerosos colegios, alumnos y alumnas de la Escuela Municipal de Sordomudos de Taipei ejecutaron con precisión y maestrias varias de las más vistosas danzas aborígenes, que se basan enteramente en el ritmo musical. Todos los movimientos y complicados desplazamientos de las danzas fueron guiados por señales a mano de una maestra. Había emoción y gratitud a la dedicación de esos maestros en los estruendosos aplausos que premiaron las danzas, como babia también respeto y reverencia hacia esa juventud que no se ha dejado doblegar por el infortunio. En el exterior Las noticias del exterior muestran que los festejos del Doble Diez han adquirido este año extensión e intensidad especiales en todo el mundo. Los grupos de Chinos de Ultramar venidos este año a Taiwan han excedido a los de años anteriores, pero eso no ha impedido que en sus países de residencia se hayan tenido festejos de resonancia especial. Se nota en los Chinos de Ultramar regresados al país y en los que no regresaron una intensidad de sentimiento al hablar de la Madre Patria. Como notó el Presidente Yen, la mayoría de los Chinos de Ultramar se desempeñan en países que no tienen relaciones diplomáticas con la República de China, sino las tienen con el régimen maoísta. Los métodos usados por los agentes maoístas, secundados en algunos casos, por comunistas y "liberales" de aquellos países, van desde las promesas intentos de soborno hasta la amenaza y el asesinato. Pero las organizaciones de los Chinos de Ultramar han rechazado vistoriosamente las intentonas maoístas de coparlas. La verdad no es apetecible para muchos, pero es una realidad patente para quien no quiera cerrar las ojos. La inmensa mayoría de los chinos diseminados por todo el mundo apoya total y absolutamente al gobierno de la República de China como al único gobierno legal de China y repudia por completo al maoísmo con su tiranía brutal y sus crímenes execrables. Y lo mismo es verdad de la inmensa mayoría de los chinos en el continente; sólo que no se les permite expresarlo. El Día Nacional en el año 66 de la República, ha encontrado a la nación pujante y llena de bríos y ha reafirmado su dirección y determinación.