29/04/2024

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Dichos Populares: MEN TING JO SHIH: La Corte Como el Mercado

16/11/1977
Cuando el rey Wei-huang del reino de Ch'i presidía la corte, ninguno de los presentes se atrevía a decir nada que no le pudiera agradar. Su orgullo y arrogancia le impedían dar oídos a cuestiones menos placenteras y si alguien mencionaba sufrimientos del pueblo o casos de injusticia, su ira era incontenible. Si alguien le ofrecía consejo para poner remedio a esas situaciones corría el riesgo de ser arrojado al calabozo o enviado al exilio. Las desventuras del pueblo se prolongaban de ese modo y los más osados criminales escapaban sin castigo. Afortunadamente uno de los ministros, llamado Tsou Chi había adquirido gran habilidad en decir ciertas cosas con una gracia de que el rey gustaba mucho. Fue esa habilidad la que finalmente remedió la situación aliviando al pueblo. Tsou Chi no sólo poseía la gran cultura y sagacidad que le habían valido ser elevado muy pronto a la posición de ministro. Era también jóven y de muy buen aspecto y figura. Un día, después de vestirse cuidadosamente para asistir a la corte, se miró en el reluciente espejo de bronce. Satisfecho con lo que vió, preguntó a su esposa: "Qué te parece? Quién es más buen mozo, yo o el Maestro Hsu-kung, de la ciudad del norte? " "Mi esposo, quién compararía a ese hombre contigo?", respondió ella con una sonrisa picaresca. Sin dudarlo, tú eres de mejor aspecto que el Maestro Hsu-kung". El Maestro Hsu-kung tenía fama de ser el hombre más bello del reino, tanto por su físico admirable como por su aspecto varonil y el equilibrio de sus facciones. El tono y la prontitud de la respuesta dada por su esposa lo dejaron con alguna duda sobre su sinceridad. Más tarde preguntó a su doncella favorita la misma cuestión. "Oh, mi señor, cómo se puede comparar al Maestro Hsu-kung con usted. Mi señor es el hombre más guapo que he visto en todo el reino", dijo la chica con tímida coquetería. Concluida la corte. Tsou Chi regresó a su casa con un amigo. Después de conversar de varias cosas, el ministro dijo: "Te quiero consultar una cosa y espero que me digas la verdad". El otro pensó que se trataría de algún asunto de gran importancia, quizás de un secreto de estado, y respondió con cautela: "Si? De qué se trata?". "Bah, no es nada importante", dijo Tsou Chi con sonrisa avergonzada. "Quiero saber quién es de mejor aspecto, el Maestro Hsu-kung o yo? " "Oh ... no hay duda, tú eres de mejor aspecto. . . Comparado contigo, él es un hombre vulgar", dijo el otro procurando dar un tono de sinceridad a su voz. Aunque Tsou Chi no carecía enteramente de vanidad, su sentido común le decía que el Maestro Hsu-kung no podía haber sido aclamado como "el hombre de mejor aspecto en Ch'i" sin ningún fundamento. Decidió entonces hacer una visita a Hsu-kung. Después de la entrevista quedó convencido que el veredicto popular era correcto. El Maestro Hsu-kung era, en verdad, el hombre más guapo del reino. A la mañana siguiente tuvo una audiencia privada con el rey y le contó su aventura del día anterior, añadiendo: "Majestad, cuando vi al Maestro Hsu-kung me convencí que no podía haber duda; ciertamente es de mucho mejor aspecto que yo. Y sin embargo, mi esposa, mi doncella y hasta mi amigo, me aseguraron que yo era el de mejor aspecto. Por qué?" "Oh, quisieron agradarle", respondió el rey sonriendo. Qué otra razón puede haber?" "Sí, majestad. Ahora sé que me engañaron porque mi esposa me quiere, mi doncella me teme y mi amigo espera algo de mí. Y yo casi me dejé persuadir por ellos. Si no hubiera tenido la buena idea de ir a ver al Maestro Hsu-kung personalmente, me hubiera quedado convencido que yo era el más elegante y guapo de todos". "Aunque la cosa es de poca importancia, la falta de sinceridad de todos aquellos en quienes yo creía que me podía confiar me hubiera dejado envuelto en la ignorancia sobre un asunto respecto del cual yo manifesté claramente mi deseo de ser informado con verdad. Si se hubiera tratado de un asunto de mayor importancia, las consecuencias pudieron haber sido muy serias. El rey clavó sus ojos en el rostro de Tsou Chi, frunciendo el entrecejo. Una nube amenazadora pasó brevemente por su mirada. Sus labios se contrajeron. Lentamento se entreabrieron en una leve sonrisa. De pronto estalló en una sonora carcajada. Río y rió sin poderse contener ni articular palabra. Con un gesto de la mano indicó un asiento al ministro, invitándolo a sentarse. Por fin se dominó lo suficiente para poder decir: "Lo comprendo, Tsou Chi, lo comprendo. Es la historia del Maestro Hsu-kung verdadera o es uno de sus cuentos tan bien hilvanados? De cualquier modo está muy bien traída, y le aseguro que producirá su efecto." "Haga un anuncio oficial; desde hoy todos -sean ministros, cortesanos, oficiales o pueblo ordinario- todos los que me hagan conocer hechos verdaderos que necesiten correción, por desagradables que sean, si lo hacen personalmente recibirán la recompensa de primera clase; si lo hacen por escrito la de segunda clase; y si lo hacen indirectamente, por medio de alguna alegoría o parábola, se les dará la recompensa de tercera clase. Qué le parece, Tsou Chi; cree que de ese modo podré enterarme de la verdad? " "El Cielo bendiga a su majestad", respondió Tsou Chi postrándose ante el rey. "Levántese, Tsou Chi, levántese. Usted me acaba de dar una instrucción y consejo que me eran muy necesarios, y que nadie se atrevía a darme. Usted debe ser el primero en recibir la recompensa de primera clase. Y le aseguro, eso no es más que una pequeña muestra de mi gratitud más sincera". La órden del rey fue proclamada en todo el reino. Y desde ese día toda clase de personas iba y venía constantemente y la sala donde se tenía corte parecía haberse convertido en el mercado. El rey Wei-huang los recibía a todos y recompensaba debidamente a cuantos lo ayudaban con sus comentarios y consejos a solucionar problemas del reino y de su pueblo. El reino de Ch'i adquirió una prosperidad y vitalidad que no había conocido por mucho tiempo. MEN T'ING JO SHIH: LA CORTE COMO EL MERCADO ha pasado al uso popular para describir un lugar en el cual, la presencia de una persona atrae a una cantidad de gente. Por ejemplo se dice: desde que fulano es gerente de la compañía su despacho (o su casa) es MEN T'ING JO SHIH.

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