06/05/2024

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Literatura: La Anciana Señora King

16/05/1976
(Por Pai Hsien-yung, nacido en 1937 en Kweilin, provincia de Kwanghsi. Llegó a Taiwan con su familia en 1952. Estudió literatura inglesa en la Universidad Nacional de Taiwan recibiendose en 1961.)

Recuerdo el año cuando ganamos la guerra, la segunda guerra mundial. Mis padres estaban todavía en Nanking y yo, acompañado por mi niñera Swen Sao, fui a vivir en Hungjao, no lejos de Shanghai. La mayoría de los pobladores allí eran agricultores, pero había también algunos comerciantes, que viajaban con frecuencia a Shanghai. Todos, cualquiera que fuera su ocupación, eran gente próspera, sin preocupaciones por la vida, pues siempre tenían más que lo necesario. La tierra allí era rica y al madurar los granos se veía una enorme extensión amarilla - "una mina de oro".

Entre los residentes de Hungjao, nuestros vecinos, los King eran los más ricos. Swen Sao me lo dijo. Decía que si no tuvieran cientos de "mous" (medida de superficie) de arrozales, no podrían vivir como lo hacían. Swen Sao tenía un trato muy agradable y a sólo unos pocos días de establecemos allí ya tenía excelentes relaciones con todos en la familia King. Cuando me llevó de visita y entró sin anunciarse, ni siquiera el perro que cuidaba la entrada se dió por en tendido.

La residencia de los King era muy grande, una casa muy amplia y anticuada con dos patios. En el gran patio anterior había muchos olmos ya poca distancia de la entrada había una espaciosa sala con capacidad para más de doce mesas de banquete. Los muebles eran todos de brillante teca negra; entre ellos había cuatro mesas cuadradas del tipo de "ocho hadas" (mesas cuadradas para ocho personas), con superficies de mármol veteado de gris. En verano eso daba frescura y era agradable al tacto. Pinturas antiguas y piezas de caligrafía colgaban de las paredes; las mesitas de té distribuidas por todas partes, exhibían macetas multicolores con lindas plantas, y algunas hermosas piezas artísticas. A veces no podía contener mi impulso a tocarlas, y entonces Swen Sao me chistaba entre dientes: "Hermanito Yung, mi pequeño señor, me postraré ante tí, pero por favor, no toques nada. Si rompes alguna de esas cosas no tendremos como substituirlas."

Ibamos con mucha frecuencia por lo que nos enteramos de todos sus asuntos familiares. Había dos hermanos en la familia King. El mayor pasaba mucho tiempo en Shanghai, por lo que el menor se encargaba de los asuntos de la familia y su granja.

Sin embargo, todos en la familia estaban sujetos a la voluntad de la jóven señora King, incluyendo al jóven señor King. La jóven señora King era un ama de casa muy capaz, de lengua aguda y corazón duro. Como el viejo señor King se confiaba en ella enteramente, todos en la familia, hasta la haragana e inútil criada Ah-hung, saltaban al menor sonido de la jóven señora y nadie se atrevía a holgazanear por un minuto.

Pero esa señora de voluntad de hierro procuraba ganarse la amistad de Swen Sao, probablemente porque Swen Sao sobresalía en el bordado. Casi cada día mandaba alguien a pedir a Swen Sao que la visitara para ayudarla en algún bordado. La jóven señora King también me distinguía a mí con su afecto, por razón de su precioso hijo Hsiao-hu (tigrecito). Hsiao-hu y yo no llevamos muy bien desde el principio; los dos teníamos alrededor de diez años y a los pocos días de conocemos parecíamos viejos amigos. Hsiao-hu era un malcriado, y me lo decía todo. Me dijo que no tenía miedo a su padre; que su padre era bueno pero medio inútil. Al hablar de su madre hizo un gesto sacando la lengua mientras miraba alrededor furtivamente y no se atrevió a decir palabra. Hablando de su tío levantó su pulgar derecho exclamando: "Ah, es de lo mejor! ". Yo también pensaba así. Hasta hoy no he podido olvidar la figura alta y varonil del viejo señor King, su bigote negro bien recortado y su manera sencilla. Lo que recuerdo con más claridad es la corbata roja brillante que usaba - era el único que usaba cortaba en el pueblo. Hsiao-hu me dijo que su tío tenía cuarenta años pero yo creía que no pasaba de treinta y cinco.

Naturalmente, la señora King mayor era la tía de Hsiao-hu. Pero cuando le pregunté me respondió con desprecio: "Al diablo con ella. Qué clase de tía es? Llámala la bruja! ".

Resultaba extraño; pero todos en la familia King se referían a la señora King mayor como "la bruja". Hsiao-hu la llamaba así; la jóven señora King la llamaba así; y hasta Ah-hung, cuando debía llevarle algo a su cuarto, murmuraba con furia: "Esa bruja espantosa! Por qué debemos obecer a alguien con esa cara de vinagre? ".

La señora King mayor rara vez salía de su cuarto. Algunas veces la ví entrar furtivamente a la sala para tomar una taza de té; pero si la jóven señora King estaba allí, la mayor se retiraba con prisa, como amedrentada. La señora King mayor nunca fue a la mesa a las horas de comer. Después que los demás habían comido, Ah-hung recogía en un plato algo del arroz y vegetales que habían quedado y se lo llevaba a su cuarto.

Pero lo que me causó más sorpresa fue que, cuando el señor King mayor volvía de Shanghai no le prestaba la menor atención. Ocupaban cuartos separados; el de él muy amplio, con elegantes muebles traídos de Shanghai, mientras el de ella era pequeño, obscuro y húmedo con sólo una ventanita, y quedaba al fondo de la casa, lo más lejos posible de la entrada. Yo no solía ir a su cuarto, porque la jóven señora me lo había mandado. Una vez la jóven señora me vió cuando yo llegaba a la puerta, y me apartó. Tomandome de la mano señaló a la puerta y dijo en voz baja: "Hermanito Yung, no molestes a la vieja bruja. Es una mujer barata, comprendes?". En realidad no "comprendí" porqué la vieja señora era una "mujer barata", pero cuando la jóven señora me miró con sus ojos penetrantes, me asusté y asentí vigorosamente con la cabeza.

"La vieja bruja es realmente la más odiosa" me dijo un día Hsiao-hu mientras comíamos batatas asadas bajo un olmo en el patio del frente.

"Por qué?", pregunté entre grandes bocados de batata, pensando que aunque la vieja señora King fuera odiosa no podría ser "la más odiosa".

"Ah", Hsiao-hu entornó sus ojos. "mamá me lo dijo. Mamá dice que la bruja no es una buena mujer, que no merece sentarse a la mesa con nosotros. No basta eso? Viendo su cara yo no podría comer mi arroz! ".

No pude menos que asentir, pues la apariencia de la vieja King no era, realmente, muy agradable. Hsiao-hu dijo que ella tenía cincuenta y tres años, trece más que su esposo, pero viendo sus canas en el corto pelo, yo la creía mucho más vieja. Baja y gorda, con los pies vendados, se movía de un lado al otro al caminar. Hsiao-hu decía que parecía un pato viejo y creí que tenía razón. Pero lo peor era su cara, llena de arrugas y se pintaba unas cejas arqueadas. A veces no las pintaba bien, y una quedaba más alta que la otra, causando una impresión muy desagradable. Entonces Hsiao-hu la comparaba con el payaso de la ópera, y yo debía también asentir.

"Bah! La vieja bruja no es pareja para mi tío!". Hsiao-hu escupió la cáscara de la batata, agitando sus piernas.

"Oh"; respondí con un gruñido, viendo ante mí el elegante bigote del señor King, el mayor, y las cejas falsas de su esposa.

"A mi tío no le gusta hablar con ella. A veces la vieja bruja va a él quejandose de esto o de aquello, pero el la rechaza y la maldice llamandola una ... " Hsiao-hu pensó por un momento, y aplaudiendo exclamó: " ... perra! Deberías ver la cara de la bruja entonces. Algo digno de verse! ".

"No se siente muy apenada entonces? " pregunté, creyendo que en esos momentos sería mucho más fea que de ordinario.

"Y qué importa lo que sienta? Mi tío la maldice con frecuencia". Hsiao-hu levantó la cabeza dando un fuerte mordisco a su batata, como si se sientiera orgulloso de su tío.

"Debe llorar mucho, no es cierto?" Yo la había oído llorar muchas veces y nuevamente se apareció ante mis ojos, moviendose como un pato mientras furtivamente se secaba sus lágrimas.

"La bruja no sólo llora; también hace juramentos en secreto. Un día pasé por su ventana y estaba murmurando qué desalmado era mi tío y qué lengua tenía Mamá.

(Continuará en al Nº próximo)

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