Taiwan Today

Una vez más el pueblo de la República de China pudo celebrar con sumo regocijo, en paz y prosperidad, el amable Festival de la Luna de Otoño. Según el calendario lunar, la festividad cae en el decimoquinto día de la luna octava. Ese día recurrió este año el 8 de septiembre del calendario gregoriano. Muchas bellas leyendas han atraído al pueblo chino hacia el apacible astro nocturno a través de los siglos. En esta noche la luna se muestra en todo su esplendor y es esta una de las festividades en que las familias tienden a reunirse, otra razón por la que el festival es esperado con ansias. Después de la alegre y abundante comida familiar, cuando las sombras ya han cubierto los cielos, provistos todos de los "yueh ping" o pasteles de la luna y los "youdz" una fruta del género de los pomelos, salen al jardín o la terraza, o si la casa no cuenta con un lugar apropiado, van a las plazas públicas o a orillas del río, a esperar la salida de la luna. Un tifón que pasó a alguna distancia de Taiwan se conjuró con una corriente fría del continente para nublar partes del norte y este de Taiwan. Pero aún así, el amable astro nocturno se dió maña para dejarse ver en diversos momentos, con gran alegría de todos. Desde el año pasado el Festival de la Luna de Otoño es feriado nacional, permitiendo a todos gozar más plenamente de la fecha. Las autoridades pertinentes habían adoptado oportunamente las precauciones necesarias para que ni la posible llegada de un tifón pudiera causar escasez de ninguna clase. El tifón que se levantó esos días en el Pacífico no afectó a Taiwan más que con los nubarrones mencionados y el pueblo tuvo a mano todos los alimentos y golosinas preferidos en este día. Aunque con menor intensidad que en los días del Año Nuevo Chino, todos los medios de transporte se vieron colmados por las muchedumbres regresando a sus familias o saliendo de paseo en busca del lugar ideal para contemplar la luna. El pueblo chino tiene desde hace algunos años un nuevo motivo para volver sus miradas y pensamientos a la luna. La bella Chang O está allí, como también Wu Kang y otros héroes de las leyendas. Pero desde el primer "alunizaje", los astronautas estadounidenses dejaron allí un mensaje del Presidente Chiang Kai-shek expresando su esperanza de que la humanidad pudiera arribar a la fraternidad universal y continuar a establecer la paz cósmica.