Taiwan Today

No es frecuente ver a un tigre tomar la retirada ante la llegado de un conejo. Sin embargo, eso es precisamente lo que ocurrirá al marcar el reloj el comienzo del Año Nuevo Lunar, que ocurre este año el 11 de este mes. El Año del Tigre llega a su fin para dar lugar al Año del Conejo. Mientras el Tigre trajo consigo los tumultuosos altibajos de 1974, con la recesión económica mundial causando trastornos y recriminaciones, el pacífico Conejo ha de introducir un año más tranquilo. Pero ni el mismo Conejo impedirá que su año sea recibido con estruendo de cohetes y fuegos artificiales. El Año Nuevo es el festival de los festivales en un país tan afecto a la celebración de esas festividades tradicionales. La reunión familiar es el centro y corazón de los festejos. Practicamente nadie que pueda regresar al seno de su familia deja de hacerlo en esta ocasión. Y aquellos a quienes sus ocupaciones absolutamente se lo impiden, lo harán en los días siguientes, a los que se extiende el espíritu festivo. Desde hace algunos años, las autoridades han dado sanción oficial a la celebración, concediendo vacación desde el mediodía del último día del año hasta el día dos inclusive. Los estudiantes de todos los niveles ya han comenzado sus vacaciones con anterioridad, regresando a sus hogares los que estudian en lugares apartados. El comercio y la industria extienden la vacación más allá de los límites oficiales; por lo general resumen sus actividades el día quinto o sexto, y hay comerciantes que prolongan el descanso por algunos días más. Todos los medios de transporte extienden hasta el extremo sus posibilidades, teniendo como lema no dejar a ningún pasajero sin llegar a su destino. La avalancha es enorme pero trenes, buses, aviones, barcos y toda clase de vehículos continúan partiendo mientras queden pasajeros a la espera. Conforme al tradicional respeto y consideración por los ancianos y débiles, todos los trenes ordinarios, que no tiene asientos numerados, llevarán vagones especiales para que aquellos puedan subir comodamente y encontrar un asiento sin verse envueltos en la marea de pasajeros. Una vez más el pueblo podrá celebrar el Año Nuevo sin preocupaciones de falta o escasez de alimentos u otras cosas necesarias. La oficina de precios del Ministerio de economía ha anunciado que se cuenta con abundantes provisiones para los días festivos y que se vigilarán los precios al consumidor para impedir especulaciones. En una larga lista de artículos y cantidades disponibles se incluyen las siguientes, que damos como muestra: 20.000 cabezas de cerdos, 1.200.000 libras de carne vacuna congelada, 200.000 libras de carne ovina congelada, 610 cabezas de vacunos, 1.250 toneladas de pescado, 250.000 pollos y patos, 6.005 toneladas de vegetales y cantidades ilimitadas de aceite vegetal, huevos, harina, azúcar, arroz, etc. Tampoco hay límite en la provisión de gas que buena parte de la población usa para cocinar. Para la ciudad de Taipei se han anunciado las cantidades que se distribuirán diariamente a los comerciantes desde el día 4 hasta el 10 de febrero inclusive, es decir la semana antes del Año Nuevo. En realidad, una visita a los supermercados y a los innumerables almacenes bastaría para tranquilizar al más receloso. Las cantidades de alimentos envasados que se pueden ver en todos esos comercios bastarían para garantir a toda la población un Año Nuevo bien provisto. Pero, desde luego, las amas de casa exigen artículos frescos para preparar sus deliciosos platos que engalanarán la mesa familiar en la comida conque se despide al año que se va y se recibe el nuevo. Algunos de esos platos se preparan en cantidades que hacen innecesario cocinar los dos o tres días siguientes, dedicandose la familia a recibir y devolver visitas sin preocupaciones de cocina. El ambiente de año nuevo se hace sentir ya con intensidad desde el día 16 del último mes (este año el 27 de enero) en que se realizan ritos especiales y los patrones ofrecen un banquete a sus empleados como expresión de gratitud por sus servicios y para augurarse mutuamente prosperidad para el año próximo. Y el día 24 (4 de febrero) tiene lugar la importante ceremonia de enviar al cielo al Dios de la Cocina o del Hogar Familiar para que presente su informe anual sobre la familia. La imágen del dios, que ha presidido la actividad de la familia desde su sitial de honor en la cocina, es quitada de su sitio y entregada a las llamas, acelerando así su viaje. El dios regresará al hogar el último día del año y con eso todo estará propiamente dispuesto para la gran ocasión.