06/05/2024

Taiwan Today

Noticias de Taiwán

Literatura: La Hija del Granjera II

26/04/1975
(Viene del Nº 9) En misión oficial pasó por la provincia donde el inspector general tenía ahora su oficio. Aunque no se conocían, el jóven creyó un deber de cortesía hacerle una visita. El inspector general, habiendo oído buenos informes del jóven, se aficionó a él y lo consideró elegante y de buenos modales. Lo invitó a un banquete e inquirió acerca de su familia. "Viaja con usted su honorable señora?", preguntó. El jóven funcionario respondió: "Me avergüenza decir que no estoy casado". "Qué pena", dijo el inspector, sin agregar otra palabra al respecto, pero en su corazón pensaba en un posible casamiento de su hija adoptiva con este jóven funcionario. Después del banquete pidió a un amigo que sugiriera el matrimonio al jóven quien, por su parte, se sintió encantado. "El inspector general es muy bondadoso al considerar la unión con un funcionario tan bajo como yo", dijo al enviado. "Me siento halagado al aceptar". Se fijó la fecha y el funcionario y la hija adoptiva del inspector general celebraron sus bodas con felicidad. La novia era muy bella, pero lo que agradó al "hsiu tsai" aún más fue que el inspector general dió a su hija una generosa dote. Todo superaba en mucho sus esperanzas. Cuando recordaba la predicción del adivino no podía menos de reirse ante tal necedad. El "hsiu tsai" estaba muy satisfecho con su esposa, a la que amaba mucho. Pero ella sufría constantemente de dolores de cabeza. Por varios años el "hsiu tsai" recurrió a muchos doctores en busca de remedio, pero sin ningún éxito. Por fin, un día oyó de un famoso doctor, especialista en ese tipo de aflicciones. Lo fue a ver, pidiéndole que viniera a su casa a examinar a su esposa. "La causa de la enfermedad está en el cerebro", dijo el doctor al concluir su exámen. Puso entonces una cierta medicina en la cabeza y poco después una aguja salió del cráneo y el dolor cesó inmediatamente. El "hsiu tsai" se sintió horrorizado al ver la aguja, pero se dominó sin revelar sus sentimientos. Su esposa, desde luego, no sabía cómo esa aguja se encontraba en su cráneo, porque al tiempo del incidente era demasiado chica para recordarlo. Para asegurarse que su esposa era la misma niña a quien había tratado de asesinar, el jóven inquirió discretamente entre los parientes del inspector general sobre el verdadero origen de la niña. Así vino a conocer la verdad y finalmente se convenció que su matrimonio había sido ordenado por el destino. Confesó entonces a su esposa todo lo ocurrido y pidió su perdón. Ella era una mujer virtuosa y lo perdonó, dando el asunto al olvido. Avergonzado de su antigua conducta, el "hsiu tsai" la amó y respetó más aún. Lu Hsien, el Vicemagistrado de Hsiang­ chow, contó esta historia muchas veces. Pero para no avergonzar al "hsiu tsai", nunca reveló su nombre.

Popular

Más reciente