Taiwan Today

Concluyendo su tercer visita a la República de China, la profesora uruguaya Elena Ramirez pronunció una conferencia sobre el tema que ha sido su ocupación habitual por los últimos veinte años, la difusion de la cultura china en América Latina. La profesora Ramirez, conocida generalmente aquí por su nombre, Elena, es Directora de la Academia Sun Yat-sen en Montevideo. Esa Academia, que honra la memoria del Padre y Fundador de la República de China, está dedicada enteramente a promover el conocimiento de la literatura, artes y tradiciones del pueblo chino y de las enseñanzas del Dr. Sun. La Conferencia que tuvo lugar el 18 del corriente en el auditorio del Ministerio de Educación, contó con el patrocinio de la Asociación de Cultura y Economía Sino-Uruguaya, Academia Sínica (Chung Hwa), Departamento de Español de la Universidad Tang Kang, Departamento de Español de la Universidad Fu Jen, Círculo de la Universidad Española y Centro Cervantes. Con recuerdo emocionado, Elena mencionó sus primeros contactos con China y su cultura a través de su venerado Maestro, el profesor Hsiao Yu. Este distinguido hombre de letras chino llegó a Montevideo más de dos décadas atrás, llevando consigo una valiosa colección de libros de su país, y a pesar de no conocer la lengua castellana, comenzó inmediatamente a ofrecer una introducción a la cultura china a cuantos lo desearan. Con la ayuda de su señora, Ling Cho y los buenos oficios de alguno de los estudiantes quien traducía a sus condiscípulos las instrucciones dadas en francés por el profesor Hsiao, pronto se formó un núcleo de personas de variada edad y condición, cautivadas por los destellos de belleza presentados a su vista por el profesor y deseosas de avanzar por esas sendas muchos de cuyos panoramas les habían sido hasta entonces enteramente desconocidos. Pronto el grupo se hizo demasiado numeroso para el reducido espacio disponible en la residencia del profesor Hsiao y las reuniones culturales se trasladaron a salas más amplias facilitadas por colegios privados. Paso a paso, el profesor Hsiao fue guiando a sus discípulos por los variados caminos de la rica herencia cultural de China y muchos de ellos, además de aprender a expresarse correctamente en la lengua china y a leer con facilidad obras de literatura escritas en la misma, llegaron a dominar el arte caligráfico y la pintura tradicional del antiguo país oriental. Como Confucio, el Maestro por excelencia, el profesor Hsiao continuó dedicando todo su tiempo a sus queridos discípulos. Aún después de fallecida su esposa y fiel compañera de tareas, Ling Cho, el profesor no cesó en sus esfuerzos por dar a conocer la cultura de su pueblo, lo que hizo sin aceptar remuneración material, hasta que le faltaron las fuerzas y emprendió el viaje a las regiones eternas donde lo esperaba su esposa. La Academia del Dr. Sun Yat-sen surgió como brote espontáneo de la voluntad de los discípulos para continuar la obra del Maestro. Y transcendiendo los límites del Uruguay ha llevado, en forma de cursos ordinarios y cursillos breves y conferencias, la semilla de la cultura china a varios países latinoamericanos. Elena concluyó su disertación anunciando dos buenas noticias: una referente a las actividades de la Academia, gracias a cuyos esfuerzos que cuentan actualmente con el apoyo de las autoridades educacionales del Uruguay, se ha aprobado el establecimiento de una cátedra de cultura china en la Universidad Nacional de Montevideo. La otra, de carácter personal, tenía sin embargo el sentido de respuesta a una pregunta repetida muchas veces por sus numerosos amigos chinos; Elena anunció su próximo casamiento con el señor Martinez, de Montevideo, quien siente también un profundo interés por todo lo referente a la civilización china. Y expresó, con gran satisfacción, que su futuro esposo la alentaba a continuar su trabajo al frente de la Academia Sun Yat-sen. En sus dos meses de permanencia aquí, Elena ha trabajado intensamente procurando materiales de enseñanza y comprometiendo la colaboración de diversas instituciones culturales para asegurar a la cátedra de cultura china en la universidad uruguaya una alta jerarquía intelectual desde sus comienzos, y para expandir más aún las actividades de diseminación de la cultura china ejercidas por la Academia Sun Yat-sen.