29/04/2024

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Literatura: Jen La Zorra Hada (III)

26/08/1975
(Viene del Nº anterior) Si se descubriera que faltaba un caballo sería castigado. Pero si pagaba treinta mil por el caballo todavía saldría ganando. En otra ocasión Jen pidió a Wei un vestido nuevo. Wei le iba a comprar satín y brocado para mandarlo hacer pero Jen le dijo que lo prefería ya hecho. Wei encargó a Chang Ta, un comerciante que lo procurara y lo mandó a Jen para preguntarle qué clase de vestido quería. Viendola, Chang Ta quedó atónito ante su aspecto de angel y exclamó dirigiendose a Wei: "Usted se debe haber escapado con ella de alguna familia noble. No es la clase de mujer con la que conviene envolverse porque es demasiado bella para este mundo. Mejor envíale inmediatamente a su casa para no tener problemas". Eso demostraba lo excepcional de su belleza. Nadie podía comprender porqué prefería vestidos de confección a otros hechos a su medida. Poco más de un año después Cheng fue nombrado capitán en Huaili y se dispuso a permarecer en esa ciudad dorada por algún tiempo. Todo el tiempo que había tenido a Jen como amante Cheng no había podido pasar la noche con ella porque tenía su esposa en su propia casa. Con frecuencia se sentía desconsolado al no poder estar con Jen día y noche. Ahora estaba encantado de tener la oportunidad de separarse de su familia y pidió a Jen que fuera con él a su nuevo puesto. Pero Jen no aceptó. "Probablemente estarás allá por uno o dos meses. De qué nos servirá estar juntos por un tiempo tan breve? Yo preferiría quedarme aquí y esperarte, si me pudieras dar suficiente dinero y comida." Cheng le imploró pero ella todavía se negó. Finalmente Cheng buscó la ayuda de Wei. Wei fue a ver a Jen y le preguntó porqué no quería acompañar a su amante. Jen le contestó con tono vacilante: "Un brujo me vaticinó que la suerte me será contraria si viajo hacia el oeste. Quiero protegerme contra eso." Cheng se asombró pero deseaba tanto tenerla consigo que no pensó en otra cosa. Se rió con Wei diciendo: "Porqué temer las brujerías? " Y volvió a insistir. Por fin Jen dijo: "Y si la profecía del brujo es verdad y debo morir por tí? Qué bien nos haria? " "Qué disparate!", exclamaron Cheng y Wei. Insistieron tanto que ella ya no se pudo negar. Wei le prestó su caballo y les dió una comida de despedida en Linkao. La pareja se despidió de Wei, agitando sus largas mangas al alejarse, Jen en el caballo y Cheng siguiendola en su burro. La criada montaba otro animal. Después de dos noches llegaron a Mawei. El guardabosques de la Puerta Occidental había estado adiestrando sus perros de caza en Lochuan por unos diez días. Al pasar Jen y Cheng un perro negro saltó de los arbustos y allí, ante los mismos ojos de Cheng, Jen cayó de pronto al suelo y volvió a su forma original - una zorra. Ella procuró escapar hacia el sur y los perros la siguieron. Cheng gritó a los perros, procurando detenerlos, pero fue inútil. A poco más de un "li" (medida lineal de unos 530 metros) la alcanzaron y la mataron. El apenado Cheng dió algunas monedas al guardabosques para rescatar el cuerpo. Después de enterrarlo, clavó una rama en el suelo para señalar el lugar. Volviendo la mirada vió el caballo de Jen comiendo pasto junto al camino; sus vestidos estaban sobre la montura y sus medias y zapatos colgaban del estribo. Se había marchado como una chicharra que deja su piel; sólo sus joyas estaban en suelo. No quedaba otra cosa. Hasta su criada había desaparecido. Algunós días más tarde Cheng regresó a la ciudad y Wei le dió la bienvenida con gran alegría, preguntandole: "Cómo está Jen?" "Murió", respondió Cheng con lágrimas en los ojos. Wei se sintió muy apenado. Entraron en la casa y lloraron juntos. Con gran vacilación Wei preguntó la causa de su muerte. "La mataron unos perros cazadores", respondió Cheng. "Los perros cazadores son feroces, pero cómo pueden dar muerte a un ser humano? , dijo Wei. "Ella no era un ser humano". Wei se quedó estupefacto. "No era un ser humano? Entonces qué era? " Cheng le contó toda la historia. Wei se maravillaba y suspiraba al oirlo. Al día siguiente fueron a Mawei a visitar el lugar donde estaba enterrada, derramando allí muchas lágrimas. Regresando a casa y recordando toda la vida de Jen, la única diferencia que recordaban con una mujer humana era que ella no sabía coser. Más tarde Cheng fue nombrado Jefe de Inspectores de la Casa Real. Se hizo muy rico y tenía más de diez caballos. Murió a los sesenta y cinco años. Hacia la mitad del período de Ta Li yo estaba en Chunglin y me veía con frecuencia con Wei Yin que me repitió la historia hasta que yo supe todos los detalles. Después Wei fue nombrado supervisor y gobernador de Lungchou y allí murió. Es triste pensar que una bestia asumiendo forma humana resistiera ser violada y permaneciera casta y fiel a su señor hasta la muerte, mientras pocas mujeres hoy se le pueden comparar! Qué pena que Cheng no fuera más inteligente! Apreció sólo su apariencia pero no supo estudiar su naturaleza. Un hombre verdaderamente sabio hubiera probado las leyes de cambios, investigado la naturaleza de esos seres extraordinarios y registrado con su pluma la clave del misterio, en lugar de contentarse con sólo disfrutar de su gracia y encanto. Es realmente muy lamentable. En el segundo año del reino de Chien-tsung yo era Consejero de la Izquierda. Un día iba yo de Shauhsi a Suchow. El General Pei Chi de la Guardia Real, Sun Cheng, Magistrado Segundo de la capital, el Ministro de Finanzas Tsui Hsu y el Consejero de la Derecha Lu Chun iban en la misma dirección. Viajamos juntos por tierra y nos embarcamos en la misma embarcación. Chu Fang, el ex Consejero se nos unió en ese viaje. Flotamos en el río Ying y en el Hwai, con banquetes durante el día y largas charlas por la noche. Cada uno de nosostros relató una historia extraña. Cuando mis compañeros oyeron la historia de Jen, la Zorra Hada, se sintieron asombrados y muy conmovidos. Suspirando me pidieron que la escribiera para conservar la memoria de un acontecimiento tan extraño. Eso es lo que he hecho.

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